✞cuatro✞

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EE.UU Pensilvania, oct 4.1,810

Era una mañana como siempre las aves cantaban se sentía en el ambiente húmedo un aura melancólica, la gente salía hacía sus trabajos; el trote de los caballos que pasaban los charcos de agua salpicaban ligeramente algunas flores que estaban en las bordas de las calles, los niños salían abrigados dirigiéndose a la escuela no tardó mucho en que empezara a caer una llovizna los paraguas de color negro era lo que decoraba en los alrededores del pueblo.

En el local Fazbear's era lo mismo de siempre las personas que estaban allí estaban en espera para que la señorita megglodí pudiera darles una cita con los hermanos Fazbear's o con algún otro de los empleados con experiencia, entre ellos se destacaba un chico joven cabello rojo, alto, ojos ámbar, el joven de 20 el se dedicaba de fabricar sus propias armas y de asesinar hombres lobos el joven era muy buscado entre las personas de alta sociedad ya que lo caracterizan como un buen chico y algo maniático y sanguinario con sus víctimas les da un final muy cruel según sus espectadores un gran show ante los ojos de los demás.

A lo que íbamos ese joven lo reconocían como Aidan o por su apodo "Foxy" solo sus amigos de confianza podían decirle así, el punto es que entre la señorita megglodí y el joven Aidan son hermanos ellos llevaban trabajando desde muy temprana edad pero para Meg tener un hermano así es como que si no lo pudieses reconocer, solo de reconocer a ese pequeño niño inocente que jugaba a las escondidas con su pequeña hermana era simplemente adorable pero es muy duro que el tiempo pase rápido y cada uno vaya cambiando hasta llegar al punto en que no puedas reconocer a tu pariente según Megglodí él es como un libro comienzas con una historia sencilla pero tras pasar las páginas te vas dando cuenta que esto no es una fantasía, es la dura realidad el saber que tu hermano es así solo por un accidente... Ver la muerte de tus padres... En un incendio causado... Solo por un hombre lobo...

—Disculpe señorita— un hombre de capucha negra estaba frente del mostrador de madera, tan solo de ver sus vestimentas se notaba que solo era un pueblerino, Meg salió de sus pensamientos al ver al señor.
—ah...Disculpe, usted debe ser el señor Robert, ¿No?— dijo Meg después de darle un vistazo a su agenda para poder alzar su vista al señor.
—si soy yo—
—muy bien sigame— dijo la joven de cabello albino para guiar al hombre hacía la oficina del joven Alfred, el señor sólo se digno a seguir a la joven subieron unas escaleras el señor observaba el contorno del lugar; era como de una película de terror no había tanta iluminación sus paredes tenían un tapizado rojo ocre con decoraciones doradas, el piso era de madera y habían cuadros algo extraños de personas con disfraces raros o con caras siniestras que parecían observar a cualquiera que pasará por allí.
Finalmente llegaron a una puerta de madera color café oscuro la joven abrió la puerta dejando ver a un azabache viendo por la ventana de como las diminutas gotas de agua la salpicaba.

—Puede pasar— dijo haciendose a un lado para dar paso al señor.
—Señor Alfred—dijo el hombre entrando al lugar no sin antes quitarse su sombrero.
—Bueno me retiro, con permiso—la señorita se retiró del lugar cerrando la puerta.
—Señor Robert, lo he estado esperando por favor tome asiento sin pena— dijo el azabache despegandose de la ventana dejando ver una simple sonrisa en su rostro y tomado asiento en la silla que estaba frente a su escritorio.
—Señor Alfred,por favor ayúdeme sé que no tengo suficiente dinero para poder pedir al menos sus servicios y-
—No se preocupe, será gratis esta vez—dijo cortando las palabras del señor, Robert sólo se quedó boquiabierto por tales palabras.
—¿D-disculpe?...—
—Lo que usted escucho, será gratis no le cobraré nada—
—P-pero—
—No diga nada más señor Robert esta vez será gratis—
—¿P-por qué hace esto?— dijo confundido el señor es de saber de locales así como el de los Fazbear's u otros más no hacen obras de caridad ni menos para los pobres, el azabache suspiro al parecer no entendía el señor.
—Vera, en toda la existencia de nuestro negocio hemos invertido nuestro tiempo en cosas extraordinarias ante el ojo humano— dijo parándose y dirigiéndose hacía una mesita en la que tenía dos tazas y una tetera, el joven peli- negro tomo la tetera con cuidado y sirvió té en ambas tazas.
—La verdad es que para cualquier persona se quedaría impactada de cada aventura o relato por algún empleado o empleada que sobre sale de aquí, no sólo aniquilamos; no, también salvamos vidas de personas esto es como un juego de "el depredador y la presa" y bueno... Cada vez que estamos solos quien sabe si podría morir justamente ahora—se dirigió hacía el señor entregándole una taza de té y tomando asiento.
—¿A qué se refiere con esto?— pregunto sin saber nada el señor, a lo cual el azabache despegó la taza de té de sus labios para mirar al señor con una cara sería.
—jajaja ah~... Vaya Señor Robert, veo que usted quiere ir al grano con este tema pero bueno— dejo la taza en su escritorio para poder sacar de uno de sus cajones un colmillo de algún animal a lo cual el hombre lo vio con susto.
—Como ve esto es un colmillo, pero no es cualquier colmillo es uno de Vampiro— simplemente asqueroso pronunciaba el señor, pero para Fred era una reliquia el sólo ver ese gran colmillo amarillento y con algo de polvo era muy valioso para él.
—Esto que ve aquí es de mi tatara abuelo, el venció al demonio chupasangre y como recompensa de eso arrancó su colmillo de un puñetazo la bestia lloraba del dolor por tal golpe otorgado de mi abuelo, ese fue el punto en que clavo una estaca en su pecho— dijo clavando un cuchillo de plata en el escritorio asustando al señor Robert era como si estuviera hablando con un loco.
—Y el como de costumbre quemó su cuerpo en un poste enmedio de todo el pueblo para poder admirar tal escena, con satisfacción sus cenizas fueron dispersadas en el aire dando un final feliz al cuento.— dijo como un narrador de cuento profesional.
—Pero... Aún no lo era, el demonio se había reproducido como una maldita rata, su historia está en el secuestro a una indefensa dama del pueblo; su belleza era admirable para los ojos de los hombres que no pudo resistirse y... La secuestro, dicen que la mantuvo encerrada en un castillo como prisionera, la violo repetidas veces tanto que dió a luz un fruto demoníaco su piel era tan pálida como la de un muerto, su cabello era albino como la nieve, sus oídos eran puntiagudos como sus colmillos, sus ojos reflejaban maldad—.

—Es como el que yo vi— tales características eran como las que Fred estaba contando, él sólo vio al señor y en sus propios pensamientos dijo "bingo" se veía que está vez ganaría mucha fama en el pueblo y más si vencía al demonio.
—Desde muy pequeño crecí con esa historia que por décadas estubo relatada como una leyenda de puras fantasías, pero esto no es falso es real  mi sueño siempre fue el mismo... Vencer a la bestia— el azabache se sentía lleno de irá y al mismo tiempo de adrenalina, esos sentimientos que lo motivaba a hacer actos indescriptibles.
—Pero...¿Por qué tanto odio a un Vampiro?—
—Jajaja ah~.... Señor Robert ¿No ve que es obvio?, Esa maldita bestia ha matado sin parar a personas inocentes sus actos son impresionantes es más hasta yo lo llegó a admirar, desde los 13 años llevo investigando acerca de este ser, en que lugares ha atacado y quienes fueron sus víctimas curiosamente todas bueno... Casi todas han subestimado que el sólo es un simple Psicópata que busca atención y ellos han muerto. El ataque que más me atrajo hacía él fue del incendio del pueblo cercano estamos hablando de-
—El pueblo Guettyburg— finalizó el señor.
—Exacto—
—Pero dicen que no fue por eso... Sólo fue un simple accidente—
—¿Accidente?... No señor de hecho... El mismo demonio lo incendio dicen que el pueblo, estaba celebrando por la muerte de un Vampiro a lo cual fue apodado como "Orlok" su irá hizo que incendiara el pueblo completo, algunas personas salieron vivas del incidente ellos mismos mencionan que la bestia lloraba sangre de sus víctimas aún que eso no lo comprendí, pero dicen que en tan solo un abrir y cerrar de ojos se transformó en una nube de murciélagos gigantes, que se dispersaron hacía todas las personas que trataban de huir de él, los murciélagos arrancaban trozos de carne de cada persona, que poco a poco iban muriendo por desangrarse o por susto.—
—...Dios...—
—Y bueno... Mi sueño siempre fue enfrentarme a él y tomar su cráneo como trofeo— vaya maniático el hombre tuvo suficiente con la historia se paro de su asiento asustado para ver a al azabache con cara de asombro  y miedo a la vez.
—No se preocupe Señor Robert, yo me encargo de esto por ahora necesito que llene este test para yo poder hacer algo con la bestia—dijo el azabache entregándole una hoja de papel con algunas preguntas.
—E-esta bien— el señor solo tomo una pluma y la remojo en el tintero para poder llenar la hoja.
Una sonrisa se asomaba en el rostro del peli- negro, no era una sonrisa de alegría era parecida como la de un Psicópata. Su cuerpo daba pequeños temblores por fin encontró lo que siempre había deseado y era tiempo de ponerse manos a la obra.

•//Vampiro//•[goldfed]Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ