•//Vampiro//•[goldfed]

✞Trece✞

EE.UU Pensilvania Dic. 24, 1810

Otro día más pasaba, cada vez el frío se hacía intenso en el insólito lugar, se suponía que éste día sería especial para Alfred pronto será navidad y él no pudo hacer nada de lo que tenía planeado para ese día, todo se fue al carajo.

Su piel no podía estar más pálida, sus labios se volvían cada vez más rosas por la diferencia de pigmentos, esos hermosos ojos rubíes zafiros perdieron su brillo desde hace mucho.

Aún seguía adorando el paisaje que le otorgaba la ventana, pero no podía salir, ese era su único deseo. Ser libre. Es tan confuso, se supone que él debía estar con su familia y amigos justamente en ese momento, se supone que él debía de acabar con los vampiros y no convivir con ellos ¿Qué pretendía el albino? Hacerlo engordar para devorarlo, usarlo de sacrificio, usarlo como objeto de chantaje, sacar sus órganos, alimentarse por cada gota de su sangre, convertirlo en uno de ellos, son tantas opciones y solo una de ellas será su destino para su historia.

—Señor Alfred, puede bajar a almorzar, por favor— lo llamó una sirvienta diferente, ésta vez ya no era la sirvienta de antes ¿Qué habrá pasado con ella?. Se puso su calzado y la siguió, aquel lugar parecía que no cambiaba en lo absoluto.

Era muy fino; limpio y lustre, pero no había vida en él, no sabía que le faltaba. Algo que encajaba en ese paraje que con el paso del tiempo se fue y lo abandonó dejandolo vacío. Después del gran recorrido por los pasillos y bajar la extensa escalera, tal fue su sorpresa de no ver al Amo sentado en las sillas del comedor ¿Era una broma?.

—Amm... Disculpa, pero ¿Dónde está el "Amo"?— preguntó haciendo unas comillas con sus dedos a la señorita que lo acompañaba. —el amo está en su día de descanso, así que yo estaré al pendiente de usted señor Alfred— agarró uno de sus brazos y lo sentó en un asiento y empezó a servir cada bocado que el azabache iba a digerir.

Es de lo más extraño que Gadiel no estuviese allí, pero viendo el lado positivo, por fin estaría solo, al fin se sentiría libre. ¿Cómo empezaría este día?. Un pensamiento ligero se le ocurrió que hizo abrir sus ojos "¿Y si esta es mi oportunidad?" Él deseaba ser libre y su sueño se le estaba cumpliendo, sólo debía encontrar el momento exacto para escaparse de vista de la sirvienta y encontrar una salida fiable.

⸸

Ya habían pasado algunas horas después del gran banquete del azabache, éste por más que intentaba ponerse de pie solo podía sentir una gran pesadez en su cuerpo debido al sobrecargo en su estómago, "esta vez se pasaron" pensó.

Pidió un permiso a la dama de compañía para poder ir al tocador, ambos se encontraban pasando por el largo pasillo que lo llevaría al baño. Éste teniendo su momento de liberación aprovechó un poco que su "niñera" se distrajo, salió rápido del baño escondiéndose entre las penumbras del sitio como si fuese niño iba corriendo por todo el lugar camuflajeadose de cada cosa que se mueva para no ser descubierto. El lugar era tan inmenso que ni sabía si ya había pasado por el mismo lado repetidas veces; decidido entró a unas de las habitaciones al azar, echó un vistazo y parecía una como las restantes; se veía un poco más obscura que la suya; tenía un fuerte olor a canela y roble de árbol y su cama lucía intacta. Cerró la puerta y siguió con su camino en busca de alguna salida.
Su mareo se hizo prencente de tanto repetir las mismas puertas una y otra vez, estaba por darse por batido hasta ver una puerta distinta a las demás, su color era incarnadine con detalles de oro, junto a una brillante perilla bañada en oro, su marco era blanco. Pero había un detalle no era una puerta, sino dos. Le llamó mucho atención y no pudo evitar ver qué había dentro.

Abrió la puerta lentamente asomando la cabeza viendo una avitancion obscura por completa iluminada sólo por una vela rojo puro, en la cama se veía claro que alguien reposaba en ella, buscó con la mirada y ¡Eureka! Una ventana cubierta por mantas oscuras, entró lentamente al lugar intentado no hacer el más mínimo sonido que despertase al bello durmiente.