MI DESTINO

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t/n: Porque ella no esta encerrada en una tumba, ella esta viva y feliz dando vueltas por el mundo -dije con un tono algo sarcástico-

Stefan: Pues brindemos por ella -dijo aún mas sarcástico cuando les sirvieron las copas-

Damon: No puede ser, ella no haría eso.

t/n: Pues lo ha hecho.

Damon: ¿Sabes dónde esta? -preguntó nervioso-

t/n: No, no tengo ni idea, desapareció por segunda vez hace cinco años.

Stefan: ¿Qué importa eso ahora? Nos engañó a los dos con el otro y resulta que también nos mintió.

Damon: Pero yo estaba enamorado de ella.

Damon estaba lleno de nostalgia y sus palabras eran totalmente ciertas. Pensé que acabaría llorando, pero a penas soltó unas pocas lágrimas, bebió un sorbo de la copa y parecía que no hubiese pasado nada.

Stefan: ¿A que has venido? -volvió a preguntar-

Damon: Porque me ha llamado Lexi, dice que has vuelto a recaer.

t/n: ¿A recaer?

Stefan: ¿Hay algo de malo en eso?

Damon: Que cuando recaes muere gente, demasiada gente.

t/n: Un destripador -afirmé con una sonrisa-

Stefan: Exacto, y no necesito ni tu ayuda ni la de nadie.

Damon: Lexi vendrá en una hora.

t/n: ¿Quién es Lexi?

Stefan: Mi mejor amiga.

t/n: ¿Y qué te van a hacer?

Stefan: Van a secuestrarme, atarme a una silla y obligarme a que deje de ser un destripador -le dedicó una sonrisa amarga a Damon-

Damon: Es por tu bien, luego nos lo agradecerás.

t/n: Ósea que te quieren convertir en un muermo, entonces vámonos -solté tranquila-

Damon: ¿Qué?

t/n: He venido a divertirme, no a ver como torturáis a alguien por ser como es.

Stefan: A mi me parece bien.

Damon: No, no te vas a ir.

t/n: Adiós guapo.

Y justo antes de que pudiese si quiera levantarse, le cogí la mano a Stefan y ambos nos fuimos a la parte inferior del bar, había muchísimas personas bailando y la música estaba muy alta. Comenzamos a bailar mientras mordíamos a algunas personas de la fiesta, hasta que nos pusimos a bailar, esta vez juntos y de pronto me besó. Le seguí el beso hasta que vi que Damon, acompañado de Lexi, nos habían encontrado y salimos corriendo para que no nos encontrasen. Me llevó a la que para entonces era su casa y seguimos besándonos hasta hacerlo. Los meses siguientes fueron igual, hasta que un día decidí marcharme sin siquiera avisar.