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Katherine: ¿Quieres traer a Mikael de vuelta? ¿Te has vuelto loca? -abrió los ojos como platos y se quedó boquiabierta.

t/n: Para nada -respondí tranquila-

Katherine: Si te ayudo nadie puede saberlo, Klaus me quiere muerta y no voy a darle mas motivos.

t/n: Como digas, mientras me ayudes.

Katherine: ¿Estás segura de lo que quieres hacer?

t/n: No puedo estar mas segura.

Katherine: En ese caso, tendré que ir a Chicago.

t/n: Genial, iremos mañana por la mañana -dije sonriente-

Salí de casa de Katherine y fui al Grill, me pedí una copa de ron pero como no, alguien tenía que venir a molestarme.

Klaus: Hola amor.

t/n: Hola Klaus -dije algo cortante-

Klaus: ¿Te pasa algo? -preguntó frunciendo el ceño-

t/n: No quería compañía, y menos la tuya.

Klaus: Veo que le has hecho la cruz a los Mikaelson.

t/n: No ha todos, de momento.

Klaus: Me alegra escuchar eso porque he traído a alguien.

Le miré extraña y de pronto apareció Rebekah por la puerta. Me sonrío y vino a abrazarme, yo le devolví el abrazo, aunque no con el mismo entusiasmo que ella.

Rebekah: Te dejo a solas con mis hermanos y mira lo que te hacen, menuda panda de idiotas -soltó volteando los ojos-

Klaus: No te he sacado del ataúd para que nos insultes.

Rebekah: Lo sé, pero ya que ahora puedes escucharme, aprovecho.

t/n: Pues si tu idea era sacarla para que mágicamente encienda mi humanidad, por mi vuelve a clavarle una daga -sonreí amarga-

Rebekah: Te lo voy a pasar porque sé que ahora mismo eres una zorra sin escrúpulos.

Klaus: Os dejo para que paséis un día de chicas.

Se marchó de inmediato dejándome a solas con Rebekah, por lo que parecía iba a intentar que recuperase mis estúpidos sentimientos, pero en cuanto Klaus salió por la puerta pareció cambiar.

Rebekah: ¿Qué se hace aquí para divertirse?

t/n: Rebekah, si tienes pensado que recupere mis sentimientos...

Rebekah: Acabo de salir de un ataúd, créeme que lo último que voy a hacer es arreglar las cagadas de Kol, si tu quieres ser así por mi bien. Con o sin humanidad vas a seguir siendo mi amiga -dijo sincera antes de que terminase de hablar-

t/n: Mejor, porque no tenía la intención de cambiar.

Rebekah: ¿No hacen fiestas aquí?

t/n: No hoy, pero podríamos ir a tu casa esta noche.

Rebekah: Perfecto, hoy duermes conmigo.

MI DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora