22

1.2K 78 0
                                    

t/n: Esto es inútil -solté con desesperación-

Katherine: Pues no tenemos todo el día -protestó-

t/n: Deja de quejarte y piensa en algo.

Katherine: ¿Qué debe comer un vampiro que mata a los de su misma especie? -dijo con sarcasmo-

t/n: Eso es, que idiotas hemos sido.

Cogí a Katherine sin que se lo esperase, e hice justo lo mismo que había hecho con la chica que ahora estaba en el suelo con el cuello partido. La pobre gritaba de dolor y me insultaba por lo que estaba hecho, pero estaba dando resultados y no iba a parar hasta verle bien activo. De pronto la soltó, la cogí con fuerza para que no cayese al suelo, se había desmallado pero Mikael ya estaba de pie frente a nosotras.

t/n: Hola Mikael -le sonreí-

Mikael: ¿Quién sois? -preguntó serio-

t/n: Ella, a la que le acabas de provocar un desmayo, Katherine Pierce. Y yo soy t/n, la que te ha sacado de ahí a cambio de tu ayuda.

Mikael: Yo no ayudo a vampiros.

t/n: ¿Tampoco si te digo que se donde están tus hijos? -le miré fijamente-

Mikael: Te escucho.

t/n: Me han enfadado, tu los quieres muertos, yo los quiero lejos de mi.

Mikael: ¿Dónde están? -preguntó impaciente-

t/n: Tengo un plan y no lo vas a echar a perder, solo pido algo de tiempo ¿Qué me dices?

Mikael: No voy a desperdiciar la única oportunidad de matarlos -advirtió-

t/n: No lo harás, te lo prometo.

Subimos al coche, a Katherine la metió Mikael en la parte trasera y nos dirigimos a Mystic Falls. Le expliqué que al llegar tendríamos que hablar con los hermanos Salvatore, los cuales tenían un reciente mensaje mío para vernos en su casa. Cogió a Katherine y entró junto a mi.

Elena: ¿Quién es él?

t/n: A ella no la he invitado -miré a los hermanos con enfado- Déjala en el sofá -le sugiero a Mikael y me obedece al instante-

Elena: Tendrás que acostumbrarte a verme -soltó con desagrado-

t/n: ¿Estoy hablando contigo? -pregunté con desprecio-

Damon: Stefan le ha traído, y a ella también -miré a la dirección en la que apuntaba-

t/n: Una bruja Bennet, al menos ella podrá servirnos de algo, aunque no parece tener mucha fuerza.

Ella me miró fijamente y noté como intentaba destruir mis neuronas y volverlas a crear, lo que no sabia era que eso conmigo no funcionaba.

t/n: ¡Ahhh! -fingí dolor y segundos después comencé a reírme- No seas patética, esos trucos baratos los entrené hace mucho, igual que la verbena -dejé de reírme y continué- Ahora mismo debería arrancarte el corazón, pero por suerte para ti tengo asuntos mas importantes de los que encargarme.

MI DESTINOWhere stories live. Discover now