En nuestro tercer año juntos, todo iba bien, la verdad era sorprendente que todo nos saliera tal y cual lo esperabamos, tanto así que no podía pedirle más.
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— Es hoy, es hoy, es hoy.
Jos no paraba de dar vueltas en el pequeño salón de fiestas que había rentado Yaya para la revelación de su bebé.
El mismo no podía estar más que emocionado por finalmente ser tío, la cantidad de regalos para el nuevo integrante de la familia que había comprado era impresionante.
— Sigo creyendo que se trata de un bello niño.
— Mentira, tengo el presentimiento que será una preciosa niña, una mini Fernandita.
Rei suave y negué con la cabeza — Si fuera igual que Fer, sería igual que tú.
— ¡Exacto! – Mencionó mordiendose suavemente el labio inferior.
— ¡Vengan, llegó la hora de que se enteren! – Mencionó Yael, el novio de Fer.
La verdad es que la noticia igualmente me tenía bastante ansiosa.
Salió Fer con un globo gigantesco color negro con las palabras "Girl or boy?" después de una interminable cuenta regresiva, por fin, lo estallo.
— ¡Es una niña, lo sabía, lo sabía, lo sabía! – Todos soltamos una carcajada por la emoción de Jos.
Se veía tan adorable, la mayor adoración de Jos, son los bebés, y eso se sentía bien.
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— Éste es muy lindo – Mencione admirando las grandes paredes blancas y enormes ventanales que había en el departamento, ya que andaba en busca de uno nuevo.
El problema eran los precios, eran lo bastante elevados para poder pagarlos yo sola.
— Muchísimo, solo me falta vender mi riñón para poder cotejarlo – Comenzó a reír.
— Bobo – Dije y me empece a reír también.
— Y bien ¿qué opinan? – Preguntó Samantha, la chica de bienes raíces con su blanca sonrisa.
