El fantasma de una dialover [Diabolik Lovers]

Capítulo 3

Mientras observaba caminar a Kanato por los pasillos de la escuela me preguntaba la razón por la cual él era el único que reaccionaba a mi presencia.

Me refiero a que yo he atravesado en varias ocasiones a los demás pero ninguno ha tenido escalofrios o cosas así.

Al final terminé pensando en el cuerpo astral y como se formó el universo.

-¿Que me habré fumado?- me pregunté en un susurro.

Siendo sincera no hice nada productivo en todo el día y desde que descubrí que puedo controlar los objetos y similares tengo metido en la cabeza que quiero poseer un cuerpo.

Pero no tengo idea de como hacerlo.

Entonces me la pasé pensando mientras veía a Subaru bañarse, no era la primera vez pero aún deseaba ser su jabón. Como siempre, en vez de hacer algo productivo estaba espiando la virgen desnudez de un chico que si se enterara me destroza la vida a base de piñas.

Aunque había otra cosa que me incomodaba: ¿porqué razón estaba en la mansión Sakamaki?

Yo estaba totalmente consciente de que Diabolik Lovers era una serie de videojuegos que tiene manga y serie, en resumen: no es real.

Por más que duela.

O sea, no tiene sentido que ahora esté metida en un videojuego.

A no ser que ahora yo tampoco exista en la vida real y sea producto de la imaginación de una chica que quiso escribir una historia de humor que tenga que ver con Diabolik Lovers para subirla a internet y entretener a otras chicas que también están obsesionadas con estos vampiros sexys.

Mmm... ¿podría ser...?

Na, a veces me pongo demasiado conspiranoica. No puede ser posible que eso suceda.

¿O si?

De tanto pensar estupideces ni noté cuando Subaru salió del baño, ya cuando atravesé la puerta no estaba por ningún lado. ¿Que haría ahora?

El leve sonido de un violín hizo que me detuviera en mis intenciones de ir a acosar a alguien. Era un sonido triste, quería escucharlo más de cerca ya que estaba influyendo muchísimo en mi estado de ánimo.

No tuve que buscar mucho ya que el intérprete estaba en uno de los balcones al final del pasillo donde se encuentran las habitaciones. Esa noche no había luna por lo tanto estaba un poco oscuro pero la luz no hacía falta si lo que yo quería era escuchar el violín.

Si, Shu era el que estaba tocando y de manera hermosa. Tocaba con los ojos cerrados así que aproveché para admirarlo, tal vez jamás volvería a verlo tocar el violín.

Me paré en una de las esquinas a escuchar, no sé cuanto tiempo estuve ahí pero fue bastante. Cuando por fin la canción terminó ni siquiera deseaba irme de ahí, era extraño.

-¿Porque viniste?

Por un segundo pensé que se estaba dirigiendo a mi pero cuando Yui contestó todas las esperanzas de tener un compañero se esfumaron. Casualmente ella estaba por ahí cuando se detuvo a escuchar.

-Si alguien pudiera verme. Me siento tan sola.

Aunque no sé de que me quejo, yo jamás tuve un verdadero amigo. Las chicas se burlaban de mi porque me gustaba el anime y mi cuarto era literalmente un museo.

Habían mañanas que ni siquiera deseaba salir de la cama.

Tenía un chico que me gustaba más que cualquier cosa en el mundo y, a veces, saber que podría verlo me animaba a ir a la escuela.