Otra Vida, Mismo Amor.

Capítulo XXXVII 🦋

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- Ven, te quiero enseñar algo - susurré en su oído.

- umm, ansío ver - me responde Andrés con doble intención.

Tomé la mano de Andrés y lo lleve a mi lugar favorito, el lago, donde vine cada vez que me sentía frágil. Llevaba varias semanas sin ir a ese lugar, las orillas del lago estaban cubiertas por hojas de árboles, amarillas, cafés, naranjadas, el lugar estaba inundado por contrastes otoñales.

- Es hermoso - dice Andrés con la mirada perdida en el lugar - pero algo solitario, bastante, ¿por qué?, ¿qué le hiciste a los visitantes? - enarco una ceja en señal de falsa indignación.

- Yo no hize nada, creo que no vienen por la historia del lugar - comienzo a caminar por la orilla del lago, mirando las hojas que yacen en el suelo.

Sus manos se entrelazaron con las mias y pidió que contara la historia.

- no me interrumpas - advertí antes de iniciar - se dice que una joven y hermosa chica, la más hermosa de la ciudad, dicen que tenia el don de enamorar a cualquiera y sin querer hacerlo todos se enamoraban de ella, pero ella solo tenía ojos para un chico, alto, moreno y muy apuesto...

- Suena a mí. - me interrumpe mientras me abraza por detras.

- Que no me interrumpas, y tu no eres moreno.

- Pero si apuesto, muy, muy apuesto - sonrió confirmando su atractivo, besa mi cabeza y nos sentamos debajo de un gran arbol frondoso que aun conserva sus hojas a pesar del otoño amenazador. Me incorporo en medio de sus piernas y recargo mi espalda en su pecho para continuar con la historia.

- El chico, al igual que ella tenia a muchas chicas en espera de que las amara pero como es obvio, él amaba tan solo a la chica de cabellos rubios, eran tal para cual, una pareja perfecta pero los estereotipos de la villa impedían su amor, una pareja nacida en época equivocada. Ella rubia y blanca como la nieve y él lo suficientemente moreno para ser discriminado. Los padres de la chica no iba a permitir que alguien de color estuviese con su única hija, según ellos de sangre azul. La pareja estaba cansada del impedimento a su amor y decidieron fugarse juntos, llegaron a esta ciudad que antes era tan solo un pueblo de indígenas, les dieron una casa cerca del lago y trabajo para el chico, pasaron 2 años y ya tenian una hermosa bebé de tan solo año y medio, todo era parsimono hasta que 1 año mas tarde los padres de la chica los hallaron y asesinaron a la pobre niña en este lago, obligando a los dos jóvenes a presenciar el acto, ellos no pudieron con tanto dolor y decidieron sumergirse en el lago para morir ahogados. Un amor no es amor si...

- no hay sacrificio - me sorprendió que terminará la frase.

- Ya la habías escuchado, ¿verdad?.

- No, amor, pero se que la historia no terminó así... ¿Quieres escuchar mi final? - sus manos jugaban con mi cabello y yo tocaba su antebrazo con suaves caricias. Asentí con la cabeza para dar inicio a su versión.

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