:*Capítulo 24*: "Es diferente"

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Desperté con la luz llegando directamente hacia mis ojos. Me tapé la cara con la mano y abrí los ojos. Yvette estaba en frente de mí con una linterna en su mano.

- ¿Qué haces aquí?- pregunté- Y apaga esa cosa.

- Pensé en darte una sorpresa y parecía que tenías un mal sueño, y pensé que sería irónico, ya sabes. Camina hacia la luz y todas esas cosas.- dijo

- Si, como sea.- dije sentándome en mi cama- ¿Hay alguna razón para que quieras venir a “darme una sorpresa”?

- Bueno, quería que me ayudaras y le dijeras a Elizabeth que no puedo ir a la escuela hoy… ni después.- dijo

- ¿Por qué?

- Bueno, dile que estoy enferma o que me secuestraron los Mortem Discimus, yo qué sé, inventa algo.- pero esa vez, Yvette no tuvo suerte ya que Elizabeth entró por la puerta y puso sus manos en la cadera inclinando un poco la cabeza.

- ¿Qué haces aquí, Yvette?- preguntó Elizabeth.

- Yo… solo…- empezó a decir Yvette, pero luego chasqueó los dedos y desapareció.

- Dijo que…- empecé a decir antes de que Elizabeth negara con la cabeza.

- Sé que no quiere ir a la escuela.- dijo- Aunque se niega a decirme la razón.

- A mí tampoco quiso decirme.- dije

- Olvídalo y levántate. Hoy debes ir a la escuela y será un día algo ajetreado.

- ¿Cómo?- pregunté algo confundida mientras me levantaba de la cama.

- Es como un cambio de colegio.- luego de eso se fue para que yo pudiera cambiarme.

Terminé de alistarme y salí a desayunar. Cuando terminé, salí del departamento para llegar temprano esta vez y entré en el autobús. Este estaba casi totalmente lleno, entonces vi a Ander, quien miraba a los costados. Él estaba sentado y no había nadie a su lado, así que me acerqué.

- Hola.- dije captando su atención- ¿Puedo sentarme?

- Claro.- dijo con una sonrisa.

- ¿Por qué está tan lleno?- pregunté viendo alrededor.

- Todos tienen que venir en este autobús. Al menos todos aquellos que no quieran estar en un bus con humanos. Además es prohibido que sean vistos transportándose.

- ¿Y Lydia?- pregunté extrañada de no verla en el bus.

- No vendrá. No le gusta estar cerca de los humanos. Como mínimo no vendrá el primer día, que es hoy. Tal vez mañana venga.

- ¿E Yvette?

- No lo sé. Nunca había asistido a la escuela antes y no la conozco tan bien como a Lydia.

- Dijo que no quería venir, pero al final no sé si vendrá o no.

Pasamos el resto del viaje hablando de cosas sin sentido. Hablamos como si fuera tan normal. Una vez que llegamos, el autobús se detuvo y todos salieron no tan apresurados. La escuela contaba con tres autobuses, pero al parecer, los otros dos fueron utilizados para los nuevos estudiantes. Cuando Ander y yo bajamos, pude ver la diferencia entre los hechiceros y los humanos. Los hechiceros parecen más misteriosos y perfectos, en cambio los humanos parecen decirte sus secretos en sus ojos, algunos de ellos se voltearon a ver a Ander, otros se quedaron viendo a los demás.

Entramos por la puerta principal de la escuela y fuimos a ver los horarios, que se encontraban en el tablero de noticias. Para los estudiantes de quince años había un horario. Para los de dieciséis había otro. Para los de diecisiete otro. E increíblemente también había para los estudiantes de catorce años, aunque realmente no hay ningún hechicero de catorce en esta escuela.

Ander y yo nos dirigimos a nuestra primera clase, la cual era Literatura. La profesora nos dio la bienvenida y empezó su clase. Repitió la clase que yo ya había pasado, algunos de los chicos, que parecían hechiceros, también se quedaron aburridos ya que ya debían tener las notas. Sin embargo, todo el resto del aula estaba prestando atención y tomando notas.

Yvette no apareció hasta la tercera hora. Ella entró con un supuesto pase para llegar tarde. Era Historia, pero igualmente era la misma clase que la semana pasada, por lo que no tuve que prestar atención. Yvette se sentó  a mi lado, al igual que Ander.

- ¿Por qué llegaste tarde?- pregunté

- Elizabeth me trajo a la fuerza.- dijo casi sin preocuparse de que la escucharan- Te dije que no quería venir.

- ¿Por qué?- preguntó Ander metiéndose en la conversación.

- Por eso.- dijo señalando la puerta.

La puerta se abrió y entró Elizabeth con Giselle por detrás.

- Lo lamento, profesor.- dijo- Vengo a traer a una nueva estudiante de intercambio y recién salió de la entrevista que tuve con ella y sus padres, así que me gustaría que la dejara pasar.

- Por supuesto.- dijo el profesor- Tome asiento, señorita.

- Gracias.- dijo Giselle antes de sentarse justo detrás de Yvette, quien al sentirla detrás, puso una mueca.

El profesor siguió con su clase. Yvette y Giselle parecían estar discutiendo sobre algo, pero no pude escuchar de lo que hablaban. Al tocar el timbre, todos salimos hacia la siguiente clase y a la siguiente… y así pude ver que todas las clases eran iguales a la semana pasada.

Cuando llegó el descanso, yo pensé que iríamos al lugar de siempre, pero vi a los estudiantes nuevos salir y una vez que ellos se fueron, la otra mitad entró en diferentes aulas. Seguí a Ander por una puerta todavía sin entender.

- ¿A dónde vamos?- pregunté en un susurro

- A la clase de hechicería.- dijo Ander en el mismo tono.

- ¿Por qué en la hora de descanso?- pregunté algo extrañada.

- Sería raro que una parte del curso saliera para otro lugar y que la otra mitad se quede en clases.- explicó- Es una de las razones por las cuales odiamos cuando llegan estudiantes humanos. Nos quitan todo descanso.

Por primera vez, vi a mi alrededor. Estábamos en un pasillo oscuro y no podía ver adelante, ya que Ander estaba en frente. Una vez que llegamos, vi que nos encontrábamos en el aula al que llegué el viernes; pero esta vez era más pequeño ya que había cuatro aulas a los costados.

- ¿Para qué son las aulas?- pregunté

- La primera a la izquierda es para los estudiantes de quince, nosotros, los primerizos. La que está a su lado es para los de dieciséis. La primera a la derecha es para los estudiantes de diecisiete años. Y por último, el aula que está al lado es el aula de pruebas. Dentro de cada aula, hay una división: Oro y plata. Normalmente separan a los hechiceros según su edad y grado de brazalete para no causar accidentes.-  explicó Ander

- ¿Por qué el viernes no fue así?

- Porque la primera semana es para aclimatarse. ¿Por qué crees que no tuvimos una clase en sí?

Pensé un momento en lo que dijo y recordé que el primer día, los hechiceros solo empezaron a hacer hechizos sin sentido por doquier.

- ¿Y en qué grado está Yvette?- pregunté

- Supongo que en oro.-  dijo Ander sin prestar mucha atención mientras entraba en el aula. Yo lo seguí, pero no podía dejar de pensar en su respuesta.

Yo no estaba segura de que Yvette tuviera el brazalete de oro. Realmente nunca me había puesto a pensar en eso. Asumí que ella estaba en ese nivel, pero la verdad no estoy segura, ya que… nunca la vi con ese brazalete.

La hija de la MuerteWhere stories live. Discover now