XIII

715 127 23
                                    

Ese día que llegué a tu casa, a pedir perdón, y a saber como estabas, me recibiste con lagrimas, y sonrisas que intentabas dar.

Mi corazón se encogió, me sentía culpable.

Tu piel se veía más blanca de lo que era, bajo tus ojos se veían las grandes ojeras que tenías, tus ojos cansados, tu cabello desarreglado, esa vez fue la primera vez que te conocí realmente.

Conocí a aquel chico inseguro, aquel chico frágil, aquel chico que lloraba todas las noches por que se sentía insuficiente, por qué odiaba cada parte de su cuerpo.

Por qué odiaba lo que veía en su reflejo, al verse en el espejo.

¿Como te hacía entender que tu eras perfecto?

¿Por qué mis palabras no fueron suficientes?

¿Por qué no fui suficiente para que te quedarás?

Rompiste tu promesa.

—Minho— sollozaste al verme frente a tu puerta.

Me lancé rápido a rodearte entre mis brazos.

Me necesitabas tanto como yo a ti.

—T-tenías ra— hipaste —razón— comenzaste a llorar más fuerte —Si-siempre tuviste razón, lo si-siento tan-tanto.

Temblabas bajo mi agarre, no sabía cómo calmarte.

Me eché a llorar junto contigo por qué me partía el alma verte en aquel estado.

—Bebé, no te preocupes, estoy contigo ¿si?

Te lleve a tu habitación y te acosté en tu cama, sentándome a tu lado.

—No te vayas hoy, Min, quédate conmigo, por favor, te necesito— me suplicabas.

—No iré a ningún lugar, Sunggie.

—Perdóname.

Me abrazaste y me tumbaste a tu lado.

—Duerme conmigo— me pediste —Por favor Honnie.

Asentí mirándote, dejé mi chaqueta y mi celular en tu mesita de noche, y me acosté junto a ti, agarrando la manta para taparnos a ambos.

Te pegaste a mi cuerpo, en busca de calor, tus lagrimas ya habían cesado, pero sorbías tu nariz a cada ratito.

—¿Quieres hablar de ello, bebé?

—Terminé con mi novia, tenías razón, Min, ella no me amaba, solo me utilizaba, y mis amigos se alejaron de mi, ya no soy popular, me avergonzaron frente a todos, volvieron a tratarme mal, ¿por qué no te hice caso desde un principio y me alejé de ellos?

—Sung, no importa si no me hiciste caso, ya no importa, ahora lo importante es que ya no tienes ningún lazo con ellos, no tienes por qué fingir ser como ellos, son basura, pero tú eres especial, tu eres una persona con un gran corazón, eres perfecto ante mis ojos, Hannie, no se qué pasa por esa mente tuya, pero bebé, eres jodidamente perfecto.

Mientras hablaba, me prestabas atención, y me estrechabas más hacia ti.

—Cada parte de tu cuerpo es perfecto, eres hermoso, eres muy guapo, amor, en tus ojos se reflejan las mismísimas estrellas cuando estás feliz, mejor aún, tus ojos brillan más que ellas, opacándolas por completo, tu boca es tan irresistible que dan ganas de nunca dejar de besarla, tus piernas, tus brazos y tu abdomen no tienen nada de malo, están bien, están perfectas tal y como están, y tus mejillas, oh Hannie, tus hermosas mejillas regordetas, te hacen ver aún más tierno de lo que ya eres, te asemejas a una pequeña ardilla, una muy hermosa ardilla, tus mejillas son lo mejor que he visto, dan ganas de estrujarlas entre mis manos, y morderlas cual manzana recién cocechada.

—Mis mejillas no son lindas.

—No, no son lindas, son preciosas, son hermosas, son perfectas e inigualables, tus mejillas son la cosa más perfecta que he visto en una persona, tu cara y tus mejillas, son lo mejor de este puto planeta...

No me dejaste seguir cuando ya te tenía encima mío, besándome con urgencia, con necesidad.

Esa noche fue perfecta.

My safe place |𝘔𝘪𝘯𝘴𝘶𝘯𝘨|Where stories live. Discover now