Capitulo 7

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Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.


Recargado en la fría pared del hospital, se hallaba el malhumorado lider Uchiha. Había llegado segundos después de Hashirama y no le permitieron acceder a su esposa. Trató de quitársela a su amigo, cuando se acercó a el en su casa, pero el imbecil se resistió a entregársela y en su lugar, literalmente lo quitó de en medio para llevársela en brazos.

Las miradas de ambos se desafiaban continuamente, cuando se encontraban. El Senju estaba en el lado opuesto de la pared y desde allí, se veían el uno al otro. Sabía que su amigo, esperaba noticias, para comenzar a lanzarle reclamos acerca de su comportamiento. Tampoco es que le tuviera miedo, pero en ese momento, no estaba de humor para sus sermones.

Apretó los puños enfadado, al ver la notable preocupación, que mostraba Hashirama hacia su mujer ¿que demonios le sucedía a ese tarado? ¿Porque siempre estaba al pendiente de ella? ¿Acaso Hashirama? No eso no podía ser, su amigo no había mostrado interés en nadie, que no fuera su difunta esposa, incluso antes de casarse con Mito, Hashirama, solo tenía ojos para ella y eso, que nunca le faltaron las féminas, queriendo lanzarse sobre el.

Haciendo una recopilación de los últimos sucesos, se dio cuenta de algunos hechos que pasaban frente a sus narices y los ignoró. Un ejemplo claro, fue la tristeza que demostró Hashirama, luego de enviudar. El no volvió a ser cómo antes, desde ese día, no le hacía bromas ni se reía como desquiciado y todo cambio, cuando conoció a su esposa. El Senju mostró un comportamiento, que nunca antes le había mostrado, se veía posesivo y protector con ella y esa evaluación, solo comprobó, lo que pensó. Hashirama, parecía interesado en Hinata.

La idea de saber a ese idiota enamorado de su mujer, lo cabreo de sobre manera y lo peor, era que ni siquiera sabía porque, ya que el no la amaba, simplemente cumplió su parte del contrato y continuaría haciéndolo hasta que se llegara la fecha de expiración.
¿Ellos se unirían cuando ella fuera libre? Y de ser así ¿porque lo incomodaba? Frustrado, con sus revelaciones internas, se dirigió hacia el Senju.

—¿Que demonios te traes con mi mujer?—Hashirama lo miro con molestia.

—¿Porque lo preguntas Madara? ¿Porque le doy el lugar que merece una dama? Cosa que no haces tu ¿o porque limpió sus lágrimas, las que derrama por tus acciones? Responde—le ordeno enfrentándolo y dispuesto a romperle la cara, como lo estuvo antes que ella lo detuviera.

—Ese no es asunto tuyo, así que no interfieras—le advirtió, sin poder responder a ninguna de su preguntas.

—Te equívocas, Hinata es asunto mío, por el simple hecho, de ser mi amiga y como tal, cuidaré de ella como no lo haces tu—Madara pensaba argumentar, pero el castaño no se lo permitió—Eres un descarado, mostrándote con tu amante frente a ella ¿no puedes esperar hasta estar a solas? ¿Como puedes ser tan cruel, con alguien como Hina?

—En primer lugar, yo...—el Uchiha, se tuvo que callar, cuando llegó Mikoto, Itachi y Fugaku.

—¿Como esta Hina?—preguntó Mikoto muy preocupada por la chica.

—Aún no sabemos nada de ella—Hashirama se veía muy preocupado por la salud de la ojiperla, pero aún así, estuvo al tanto de su pequeño—Envié un Anbu en busca de Kenzo, discúlpeme por las molestias—los tres Uchihas, negaron diciendo que Kenzo, no era ninguna molestia.

—¿Como esta ella?—se apresuró a preguntar Hashirama, cuando Shizune salió de la habitación donde se llevaron a Hinata. Mikoto también se acercó y Madara permaneció a la espera de lo que diría sobre su esposa.

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