Alaina.
Me encuentro sentada esperando en las escaleras del edificio donde vivo. He despertado desde muy temprano, después de desayunar me dispuse a arreglarme y ahora estoy lista para salir con él pelinegro todo raro. A decir verdad una persona en su sano juicio no hubiera aceptado la invitación luego de presenciar lo que yo, pero no me disgusta la idea de volver a salir con él.
No tengo ni la menor idea de a donde iremos, así que no sabía cómo tenía que vestirme, tomé lo primero que encontré, unos vaqueros y una camiseta azul con la cara del hombre araña, será mi atuendo perfecto, junto a unas zapatillas deportivas.
Llevo un largo rato esperando a Edmond y ya comienzo a sentirme impaciente. Verifico mi teléfono y noto que tengo un mensaje de mi mejor amigo, así que decido mandarle un mensaje al cual responde y me hace prometerle que lo llamaré en la noche.
Pasó otro largo rato esperando y me levanto de donde estoy y me dispongo a ir nuevamente a mi habitación... Él no vendrá.
El sonido del motor vibrante de una motocicleta hace que observe hacia atrás y lo reconozco a distancia con solo verlo manejando una moto color negro, haciéndolo lucir imponente y más intimidante de lo que ya es.
Lo veo estacionar muy cerca de mi y juro que en este momento me siento estúpidamente anonadada por él chico que tengo enfrente.
Es un capullo, pero no se le quita lo bueno que está.
Lo veo bajarse de la motocicleta con una media sonrisa dibujada en sus gruesos labios y no fue hasta que estuvo a unos cuantos pasos cerca de mi que pude detallarlo mejor.
Lleva una mochila de excursionista colgada en su espalda y viste unos vaqueros negros desgastados junto a una sudadera verde militar y sus botas de combate. Sus ojos se ven más claros de lo usual, haciéndolos lucir aún más bonitos, el olor a perfume masculino que emana de él es embriagador, es un delicioso olor a perfume pero también un sutil olor a jabón. Su perfume embriagador es algo de lo que soy consciente desde que chocó en la cafetería conmigo.
—Manchas.— Dice en forma de saludo, el idiota apodo que ha escogido para mí me hace irritar, pero no lo demuestro.
Me sonríe con superioridad, la cual he notado que es su sonrisa favorita, porque de lo contrario a penas sonríe.
Estiro mi mano en forma de saludo y él la toma, siento lo áspera y fría que es su mano bajo mi tacto. Apreto con demasiada fuerza el agarre, pero él no parece ni inmutarse.
—Capullo.— Digo en forma de saludo y sonrió con suficiencia.
Si él quiere jugar, no sabe con quién juega.
Al parecer le hace gracia como lo he llamado, porque sonríe y al hacerlo se marca el hoyuelo maligno en su mejilla izquierda.
Refuto observándolo seria, pero al final no puedo evitarlo y sonrío.— Llegas tarde.
Moja su labio inferior con su lengua humedeciendolo y frunce el entrecejo, haciendo que algunas líneas de expresión aparezcan en su frente.
—Tuve algunos contratiempos y tuve que pedirle la motocicleta a Matt porque mandé a pintar la mía.— Confiesa con voz calmada quitándose el casco de su cabeza y dejando a la vista su cabello azabache y despeinado en mechones rebeldes.
La curiosidad me vence y me atrevo a preguntarle a donde me llevará, pero él solo niega con su cabeza y me deja claro que tengo que esperar a llegar.
—Ya sé como manejas los autos.— Digo recordando lo rápido que le gusta manejar.— La verdad me aterra saber que tal vez puedo dejar el culo pegado a la carretera.— Soy sincera y hago una mueca al pensar en lo terrible de la idea.
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Te Reto.[En Edición]
Teen FictionAlaina Smith estaba lista para olvidarse de su pasado, empezar de cero y concentrarse en continuar con su vida. Lo que ella no sabia era que el destino ya le tenia preparada su próxima jugada, un dulce tormento con el que tendría que lidiar casi a d...