[Capitulo 25]

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Edmond.

Decido terminar de una vez con esto, contarle la verdad a Lana y sincerarme con ella de una vez por todas.

—¿Recuerdas lo que te contó Matt acerca de mis ganas de joderle su trabajo?— Inquiero.

—¿Y eso no es costumbre?— Ríe mientras enarca una ceja y se cruza de brazos.

Sonrío por su falta de seriedad ante lo que me está costando tanto decirle. Y es que así es ella, hace que sonría como un genuino estúpido con solo mirarla.

—Me refiero al Delivery que hice hace unos meses al edificio donde vives.— Explico mi punto con más claridad.

Lana parece entender todo y me anima a continuar, haciendo un gesto con su mano.

—¿Recuerdas que él te habló acerca de que yo quería experimentar lo que se sentía trabajar?— Esto suena realmente patético cuando lo digo. Mierda, sé lo que es trabajar, pero al idiota de Matt no se le ocurrió más nada que decirle que esto.

Patético y más patético.

—Si, lo recuerdo.— Añade algo confundida por el rumbo que lleva la conversación, pero no deja de observarme.

—Mintió.— Digo sin más rodeos y continuo explicando.— Mintió por mi.

Lana frunce el ceño y me mira con confusión, parece no entender nada de lo que digo. Y puedo decir que es toda una gran cagada esto. Está siendo más complicado de lo que pensé que sería, y es qué: ¿cómo le dices a la chica que te gusta que la seguiste sin conocerla?

Suena peor pensándolo así. Joder.

—No estoy entendiendo a que te refieres con lo que me estas diciendo.— Ríe nerviosa y aparta la mirada centrandola en sus manos, las cuales están trazando pequeños círculos en su pantalón de manera inconsciente.

Y es que es tan hermosa sin darse cuenta.

Tomo una bocanada de aire e intento ordenar mis ideas en mi mente, intento pensar con claridad las palabras que voy a decirle. Paso una de mis manos por mi cabello desordenandolo y con la otra toco su mano deteniendo su acto de dibujar círculos imaginarios sobre la tela de su pantalón y captando así su atención. Ella me observa a la espera de que diga algo.

—Soy un mentiroso.—Confieso en voz alta por primera vez, mientras la miro fijamente y decido terminar con esto.— Sabía que tu vivías en ese edificio.— Recuerdo el puto drama que le hice a Matt ese día para que me dejara ir en su lugar y no hago más que sonreír internamente. Eso fue parte del inicio de todo.— Casi hago que él estúpido de mi mejor amigo pierda su aburrido trabajo, en el cual no le pagan ni la mitad que en otro trabajo pudieran pagarle, solo por ir a verte.— Digo sincero.

Ella reprime una sonrisa y yo continúo.

—Se que es algo totalmente enfermo el hecho que te siguiera hasta el edificio donde vives. Pero tú y tú jodida manera de mirarme me atraparon.— Sostengo su rostro entre mis manos, evitando perderme cada detalle de ella. Siendo tan naturalmente perfecta. Su piel bajo mi roce es tan suave que no puedo evitar no pensar en tocarla, en sentirla más cerca de mi.— Llevo demasiado tiempo esperando que alguien me atraiga de la manera en la que tú lo haces. Tu me llevas mas allá de la locura indiscutiblemente, controlas mis demonios mejor de lo que nadie antes lo ha hecho y sé que tal vez mañana me sentiré patético por decirte todo esto. Estoy siendo vulnerable por ti y no tengo miedo de que me rompas el corazón, es tuyo, decide que haces con él.

Su rostro refleja sorpresa total. Jamás pensó y la verdad es que también jamás pensé estarle diciendo esto a alguien, estar dejando que vea que puede hacerme daño y no sentir miedo de ello.

Te Reto.[En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora