Capítulo 26: Omurice

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Si Yoongi era completamente sincero, no era como si fuese la primera ocasión en la que su corazón terminaba roto —O algo similar hacía aquella expresión. La cosa es que, se sentía completamente distinto.

Su vida seguía como si nada realmente hubiese sucedido. Después de colgar, horas después de despertar e incluso los días que siguieron. Quito la mayoría de las fotografías colgadas en las paredes de su habitación, guardo un montón de cosas en cajas y las metió bajo su cama y entonces pensó que dolería un poco menos, sin embargo no lo hizo.

Una parte suya creía que era una ventaja enorme tenerlo lejos, no verlo en el noticiero en la mañana, ni en los shows de media tarde, era una suerte enorme no temer con encontrárselo —aunque de alguna forma lo deseaba. Yoongi quería volver en el tiempo y sentarse a escucharlo reír una vez más, quería verlo tirar sus cosas y dejar comida en medio del auto, ver como el baño terminaba hecho un desastre por las mañanas y su mirada molesta cuando encontraba sus partituras tiradas. Yoongi quería verlo y decirle que realmente lo sentía por no poder cumplir con sus promesas.

Min Yoongi no derramo ni una sola lágrima —muy contrario a su propia suposición— simplemente se sentía como si una parte suya faltara y el vacío fuese tan enorme que solo quedaba silencio —y una nada infinita. Tenía estrellas brillantes pegadas en su techo y muchas canciones que hablaban sobre él. Tenía su ropa escondida en su armario y cada paso en su propia casa le recordaba lo que parecía ser una vida entera a su lado. Recordaba sus besos en el sofá de la sala, sus charlas en la cafetería y las cientas de noches en las que no pegaron un ojo y se acompañaron en silencio. Yoongi sentía que había perdido el sentido hace mucho y a su alrededor lo único que quedaba eran fantasmas de los momentos más felices de su vida.

Durante todo el tiempo juntos, Yoongi había comparado a Seokjin con una canción —una de sus favoritas— una melodía dulce con un final estridente, con una letra de mensaje contundente y las palabras exactamente necesarias.

Min Yoongi no había dejado de escuchar las canciones favoritas de Kim Seokjin y aquello, solo rompía un poco más su corazón.

Todo cerca de él era un recordatorio inminente. Las tazas de café y las magdalenas con mucha crema. Sus canciones. Sus fideos instantáneos de la tienda de conveniencia. Las calles de Seúl. Yoongi quería llorar y una parte suya lo retenía. La misma que en realidad, evitaba que hablara del tema.

Era algo así como, darle mayor peso a todos los sucesos. Si lo decía en voz alta confirmaba algo que intentaba evitar, algo que en su mente aún era muy difuso. Y es que, Yoongi aún no lo entendía. Lo esperaba, sin embargo, de una forma ilógica fue malditamente inesperado. Simplemente sucedió y Min Yoongi no lograba comprenderlo.

Su vida seguía el mismo ritmo —y es que claro— sin darse cuenta aquella rutina ya era una vida sin Seokjin. Tenía un trabajo, despertaba solo y tomaba café sin azúcar en medio de sus pausas. Y aun así le hacía falta. Extrañaba sus llamadas y sus bostezos poco prudentes. Extrañaba poder echarlo de menos y saber que en algún punto volvería a estar en casa.

Yoongi estaba enojado. Con ambos. Con él. Con Seokjin y sus decisiones. Estaba molesto con los semáforos en rojo y las canciones que hablaban de amor. Estaba molesto con la fragilidad de su relación y el montón de palabras que quedaron en el aire. ¿En qué momento las cosas habían cambiado tanto?

Llego a su casa en silencio. Aparco justo en frente de la entrada y se quedó ahí por un instante. Podía ver su teléfono vibrar en el asiento del copiloto y una fotografía a todo color de Seokjin en el fondo. Yoongi debía cambiar esa foto y poner cualquier otra, pero ahí estaba. Aferrándose a su último fragmento. Era algo pequeño pero era suyo, era una más de tantas fotografías —una de las únicas sobreviviente después de una eliminación masiva— una más tomada en la granja de la familia de Tae, con una sonrisa brillante y mejillas sonrosadas; con sus ojos brillantes y el pequeño recordatorio de lo bonito que lucía sonriendo solo para él.

Tastes just like home.    (ksj+myg)Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin