Tastes just like home. (ksj+myg)

-January, 2012

—21 de enero, 2012.

Yoongi cree que abrir cajas de pandora es una cuestión peligrosa, más que nada, cuando todo se relaciona con sus sentimientos. Hay cosas que es mejor mantener encerradas y en total afonía, porque una vez abiertas es difícil volver a encerrarlas.

Tal como sus sentimientos.

Kihyun lo observa con simpleza y con la misma mirada emocionada, incluso si llevan juntos más de un año. Está ahí, es dulce y cargado de amor. Sus clavículas bailan ligeramente fuera de su camiseta y tiene una mirada llena de emoción; pero Yoongi cree que sus sentimientos no son tan explosivos como los del bonito chico de cabello cobrizo a su lado.

Pero él no debe abrir esa caja, no debe darles paso a las preguntas sin respuestas.

—Te amo —dice y Yoongi se queda en silencio con una sonrisa.

A veces, es más sencillo responder con un beso y dejar palabras en el aire. Siente que está siendo injusto, demasiado egoísta quizás; pero, a veces sus miedos son mayores. No es un justificativo, sabe todo lo que está haciendo mal en ese instante, sabe que sus sentimientos van en montaña rusa, y que sus te amo corresponden en silencio a los de alguien que no lo ve de la misma forma.

Kim Seokjin es un dolor de cabeza, con su porte de estrella y sus labios pomposos. Sus sentimientos por él son la verdadera caja sin abrir y Yoongi temía que si alguien los descubriera, todo podría terminar mal y en un completo desastre.

Entonces se esconde y arrebata las cuestiones que no puede responder.

—¿Te quedarás esta noche? —pregunta Kihyun.

—¿Quieres que me quede?

—Quédate toda una vida si deseas.

Yoongi está siendo injusto con el chico de ojos chispeantes.

—Toda una vida suena demasiado tiempo.

—¿No crees que es posible amar a alguien por toda una vida?

—No lo prometo porque no lo veo probable. —Yoongi acomoda los mechones negros que caen sobre su cara—. Prometer un para siempre sería una mentira.

Kihyun sonríe ligeramente, tumbándose en la cama a su lado, sus pestañas se baten de forma adorable, y es lindo en cada una de las palabras en las que podría describirlo.

—A veces, pienso que estás enamorado de alguien más.

—Pues, te aseguro que no es una realidad.

Sus ojos vuelven a chocar, son oscuros y profundos, brillan y parecen bailar bajo la misma melodía que las luces que titilan afuera.

—Yoon. —su voz suena acaramelada, con ese toque que siempre tiene al hablar—. Vámonos de aquí.

—¿A dónde quieres ir?

Juntos, acostados en medio de una cama mullida y paredes amarillentas, con la luz de las farolas de la calle entrando por la ventana, muchas veces y en momentos como aquel, Yoongi piensa en su futuro, a veces y solo a veces, piensa que escapar podría ser la mejor solución.

—A cualquier lugar, solo es necesario que esté lejos de Seúl. ¿No te aterra estar enjaulado en esta selva de concreto?

—No es un lugar tan feo. —Yoongi admite.