Conquista a mi novio

37- la verdad

Me bajo de la silla mirando hacia donde están los demás, nadie viene, espero que no. Camino hasta el baño que está abajo y pego mi oído de la puerta.

—¡Maldición! —dice James—. Bájate ya.

Me recuerda al meme de la película de Shrek “abajo, fifi”. Me río de recordarlo y oculto mi boca. Parece respirar profundo, pensé que se masturbaría, estoy dispuesta a ayudarlo. Pero tengo que seguir en el papel de la “ Cuñada”, por ahora.

—James —toco la puerta—. ¿Estás bien? Vine a ver que sucedía, pues pensé que la comida te cayó mal.

—Espera… 

Pasa al menos un minuto y abre la puerta, me niego a mirar si ya se le bajó la erección y actuar como que no sentí nada. Su respiración sigue alterada y forja una sonrisa.

—Estoy bien, y si, me había caído mal la comida —miente pero hago que la creo.

—Ay, lo siento mucho —digo tocando su brazo y sus vellos se erizan al instante, me acerco un poco más y él se echa atrás chocando con la puerta—. Si necesitas ayuda o algo, no sé, puedo cooperar.

Estoy siendo tan atrevida, pero no me arrepiento.

El vuelve a respirar profundo y quito la mano para dejar que se calme.

—Estoy bien, vamos a divertirnos, no ha pasado nada.

Asiento con la cabeza y le sonrío.

—Pues vamos.

Me volteo para que me siga, pero no siento sus pasos, vuelvo a mirarlo y enseguida cierra la puerta.

—¿No estoy sucia atrás? —le pregunto señalando mi culo. Él lo mira y su pecho se exalta como su cuerpo, niega varias veces.

—N-no, e-estas bien —dice nervioso.

—Está bien, vamos.

Él se coloca a mi lado porque lo esperé y seguimos el camino, pero de pronto una Eva salvaje aparece, y se detiene mirándonos confundidas.

—James…  Erika, ¿qué hacen aquí? Estaba buscándolos.

Sonrío maliciosa y borro esa sonrisa mirando a James. Este no sabe que decir.

—A James le cayó mal la comida y vino corriendo al baño, yo quise saber que le pasaba. Tranquila hermana, mientras James esté conmigo, nada le pasa.

Ella frunce el ceño y me mira con su típica mirada acusadora. Porque no confía en mi tanto como yo en ella.

—Ah, voy al cuarto a vestirme, me está dando frío. ¿Vienes James?

Este rasca su nuca y lo miro fijamente, parece dudar. La mira a ella y luego a mi.

—Bueno, estaré en la piscina —les digo más incómodo que ellos.

Camino sin dejar de reír por todo lo que causé en James. Me desea, lo repito, claramente me desea. Lo veo en su mirada, en como su piel se eriza. Él sabe que es a mi a quien ama, solo necesita pruebas de algo que yo puedo darle, pero ya dije, si quiere esa prueba, tendrá que ganársela. No pienso entregar lo único que le confirma la verdad aparte de mi palabra. Si quiere saber todo, tiene que hacerme suya una vez más.

Porque será la última vez.

…

Me bañé en la piscina y jugué con Lana y las chicas, mientras que James regresó y estuvo conversando a “solas” con ellos, en una esquina, pero parecía que se contaban un secreto o algo así, pues lo decía en voz baja y por momentos Paul me miraba mientras hablaban, o lo hacía Ryan con una mirada curiosa.