Capítulo 5

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Ya en el carro de Armando Betty nota que Armando toma un camino que no es el que lleva a su casa.

-Betty: Doctor ¿para dónde vamos?.

-Armando: A mi apartamento Beatriz.

-Betty: ¿Queeee? ¿usted enloqueció? ¿cómo así que a su apartamento? yo quiero ir a mi casa.

-Armando: Betty usted está enferma y yo la quiero cuidar.

-Betty: Pero yo no quiero ir a su apartamento, yo me quiero ir a mi casa, imagínese si doña Marcela llega a ir a su apartamento y me encontrara ahí, no quiero ni imaginarme lo que pasaría.

-Armando: Marcela ya no va más para mi apartamento desde que terminamos, tranquila Betty, nada malo va a pasar, se lo prometo.

-Betty: Pero.....

-Armando: Por favor venga conmigo a mi apartamento ¿si?.

-Betty: Está bien doctor, vamos.

Betty se sentía nerviosa, desde que conoció a Armando y se enamoró de él siempre se había preguntado como sería su apartamento y después de descubrir la carta de Mario jamás se imaginó que lo conocería, por fin llegan al apartamento y se encuentran con el portero, Betty no puede evitar recordar las palabras de Mario en la carta: "Ha pero eso si,  yo no le presto más mi apartamento no señor, usted me dañó el record, que digo me lo dañó, me lo volvió pedazos, hasta el portero se burló de lo fea que era la mujer que llevó", Betty siente miedo de enfrentarse a ese nuevo portero del apartamento de Armando, se imagina todas las burlas que hará de ella y se queda paralizada.

-Armando: ¿Betty qué pasa? ¿se siente bien?.

-Betty: Sí.., estoy bien.

Armando que cree que Betty se sintió mal otra vez la abraza y camina junto con ella sin importarle en lo más mínimo que el portero los mire.

Por fin llegan al apartamento de Armando, él abre la puerta.

-Armando: Siga Betty.

Betty se queda parada y Armando la toma de la mano.

-Armando: Mi amor, tranquila, no se preocupe por Marcela que le aseguro que no vendrá por acá, así que deje de preocuparse ¿vale?.

-Betty: Sí.

Armando se acerca a Betty y la besa.

-Armando: Mi vida la adoro y no se imagina lo feliz que me tiene que usted esté acá, ahora espere aquí  mientras veo que cocinó Rosita.

-Betty: ¿Rosita?.

-Armando: Sí, ella es la señora que asea el apartamento, además cocina delicioso y siempre me deja algo para que coma cuando regreso de trabajar, así que espere aquí que en un momento traigo la cena y ni se le ocurra decirme que tiene hambre porque ya sabe que nada de lo que diga me convencerá de dejarla sin cenar.

Rosita había preparado una rica ensalada de pollo que Betty disfruto mucho, y claro que también estaba disfrutando de la compañía de Armando, después de tantos problemas con él y lo del accidente de sus papas hacía mucho tiempo que no se sentía tan relajada y contenta, Armando la trataba muy bien y aunque sabe del engañó Betty no puede sentir que cada día lo quiere más.

Después de cenar Armando lleva a Betty a su recámara y una tímida Betty termina recostada en la cama de Armando y él la cobijaba con amor.

-Armando: Espero que esté cómoda mi picarona, ahora tiene que descansar que buena falta le hace, hace muchos días que no duerme bien-la besa-.

La Noche antes de la junta directiva Donde viven las historias. Descúbrelo ahora