Aidan Gallagher, el primer chico del que me enamoré (Aidan y tú) [1]

CAPÍTULO 1

"La chica que nunca presta atención"

–T/N, T/N, ¿quién es T/N? -gritó el profesor-
–Es ella, la chica que nunca presta atención -dijo ese chico y me señaló-. Yo no entendía que estaba pasando, así que sólo instintivamente me quité los audífonos e incómoda dije:
–Aquí, profe
Noté que ese chico me sonreía, no sabía si era una sonrisa amable o si se burlaba, así que sólo decidí ignorarlo, bueno, como a todo, en realidad siempre he ignorado todo lo que sucede a mi alrededor... Voltee a ver a mi mejor amiga, Daniela, le pregunté qué es lo que había pasado y ella dijo:
–El profesor pasaba lista, era tu turno y como no respondías, el chico de allá, -señaló al chico- dijo que T/N eres tú. Yo estaba ya demasiado confundida y sacada de onda, ¿quién rayos era él? ¿Por qué me conocía? Y entonces le dije a Dani:
–¿Y él quién es? ¿Cómo sabe mi nombre? -Daniela se limitó a encoger los hombros-
Terminando las clases todos salieron del salón, yo siempre me quedaba hasta el final, no sé por qué, pero ví que ese chico esperaba por mí, esperaba a que yo saliera del salón, tal vez para burlarse porque soy "la chica que nunca presta atención" o que sé yo, pero estaba esperándome.
–Soy Aidan -dijo saludando-.
Que lindo nombre pensé, "Nadia" al revés. -reí en mi mente-
–¿Aidan? -pregunté aún confundida-
–Sí, un gusto
–Cuando el profesor de Álgebra pasaba lista, tú dijiste que T/N soy yo. ¿Cómo sabes mi nombre?
–También dije que nunca prestas atención y es cierto -dijo altivamente-. Qué clase de respuesta es esa pensé. Ese chico, Aidan, no me dejó decir más nada y se marchó.
Llegué a casa. ¡Que tipo tan raro! Me dije a mí misma. La pregunta de cómo es que me conoce no ha salido de mi mente ni un instante, en realidad, ese chico no ha salido de mi mente. Ese día no hice más nada que pensar en él...
Al siguiente día llegué a la escuela temprano, bueno, siempre llego temprano, me gusta la puntualidad. Es Nadia otra vez, digo, Aidan -dije en mi mente-.
–¡Hola!
–Hola. -saludé amablemente- ¿Ahora sí me dirás cómo o por qué me conoces y por qué rayos dices que "nunca presto atención"?
–Oh, ayer te dije, soy Aidan
–¿Aidan qué? ¿Aidan quién? -dije un poco alterada-
–Aidan Gallagher -dijo y sonrió-
De verdad era un nombre lindo, pero jamás lo había escuchado, su nombre y su apellido no me daban ninguna pista para saber cómo me conoce.
–Eso no me dice nada, igual, a mí lo único que me interesa saber es cómo sabes mi nombre y a qué te refieres con lo de que "nunca presto atención"
–¡Ay T/N! -suspiró mientras se acercaba a mí-
–¿Qué? -grité-
Dios, ese chico colmaba mi paciencia.
–¿Segura que lo único que quieres es saber por qué sé tu nombre?  -dijo arqueando una ceja-
Tal vez estaba coqueteandome, no estoy segura de eso, nunca nadie me ha coqueteado. Pero eso parecía, parecía un completo coqueteo, sin ningún disimulo, así que no pude evitar sonrojarme.
–Sí, segura -dije antes de que notara mis mejillas rojas-
–Oh, ¿y por qué estás nerviosa?
Rayos, ya notó mi evidente nerviosismo. Quise decir algo pero Aidan no me lo permitió y siguió hablando, y como si no fuese suficiente lo cerca que ya estábamos, él dio un paso más y quedamos más cerca aún
–Te impongo, ¿cierto?  -dijo esbozando una sonrisa coqueta-
¡Ahh!, claro que me impones, eres tan jodidamente guapo -dije en mi mente-
–Tu silencio lo dice, ¡claro que te impongo! -dijo un poco emocionado-
–Déjate de estupideces. ¿Vas a decirme cómo es que me conoces? ¿Sí o qué? -Tragué grueso para poder decir todo eso-
–Te lo diré con una condición...
–¿Qué condición? -rodé los ojos-
–Que aceptes salir conmigo -sonrió-
–¡Estás jodido! -Dije, dejando claro que a pesar de que me impone y de que me parece demasiado guapo jamás saldría con él-
En realidad no estoy interesada en salir con alguien y menos con Aidan. Después de decirle que estaba jodido, di la vuelta e intenté irme, pero Aidan me tomó de la mano y me hizo girar hacia él. Dios, estábamos demasiado cerca, nuestros cuerpos estaban rosandóse y él no me soltaba la mano
–¡Suéltame! -dije molesta-
–¿En serio crees que estoy jodido?  -dijo y volvió a arquear una ceja-
–Jamás saldré contigo -dije con voz firme-
–Ya lo veremos...-Dijo mientras me guiñaba el ojo-
Me soltó la mano y luego huí rápidamente de ese lugar.