CAPÍTULO 40

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"Sentado junto a ti"

–Estamos aquí porque tú quieres que te lea Eleanor y Park y este es un buen lugar para hacerlo -expliqué- Pongámonos cómodos porque empezaré a leer -dije y me senté en el piso-
–¿En el piso?
–Donde tú quieras -encogí los hombros- A mí me resulta cómodo sentarme en el piso
–Y a mí me resulta cómodo estar cerca de ti -sonrió- Entonces, ¡en el piso! -dijo y se sentó a mi lado-
–¿Estás listo? -pregunté sonriendo-
–Sí, por favor léeme -dijo y yo empecé a leer-
*SPOILER ARLERT. FRAGMENTO DEL CAPÍTULO 1 DE ELEANOR Y PARK*
–«XTC no bastaba para ahogar el escándalo que armaban los idiotas de las últimas filas. Park se ajustó los auriculares a los oídos. Al día siguiente llevaría Skinny Puppy o los Misfits...»
–¡Park tiene un buen gusto musical!
-Aidan me interrumpió-
–¡Lo sé! Pero Nadia, no interrumpas -dije y continué leyendo-
Minutos después ya había terminado el primer capítulo.
–Fin del primer capítulo -dije mientras volteaba a ver a Aidan-
–Ok, vamos por el capítulo 2 -afirmó sonriendo-
–No, tú dijiste "sólo un capítulo al día" -cité las palabras de Aidan- Lo siento
–Pero no puedes dejarme así -dijo quejándose-
–No, sí puedo -dije sonriendo-
–Pero T/N... -volvió a quejarse- Quiero saber qué pasa después de que Eleanor se sentó a un lado de Park en el bus
–Lo sabrás, pero mañana
–¡Pero yo quiero saberlo ahora!
–Si te urge, puedes descargar el libro en tu celular y leer tú solo, o mejor aún, puedes ir a una librería, comprar el libro y disfrutar de el en físico -sonreí-
–Uh, no. Yo quiero que me lo leas tú. Por favor T/N, sólo un capítulo más, ¡por favor!
A mí no me gusta que me rueguen, pero tú Nadia, te ves tan lindo haciéndolo, que me haré del rogar -dije y reí en mi mente-
–Es que, no sé... -dije haciéndome del rogar-
–Por favor T/N. Hago lo que tú quieras, pero por favor, ¡sigue leyendo! -suplicó-
–¿Lo que yo quiera? -dije con cierta emoción-
–Pues... -dijo dudando- Sí, lo que tú quieras
–Entonces, capítulo 2 -continué leyendo-
Leí el capítulo 2 esperando a que Nadia cumpliera con su palabra, e hiciera lo que yo quisiera. Mientras leía estuve pensando en 268 bromas por hacerle, ya que aceptó hacer lo que yo quisiera, pero no se me ocurrió nada bueno, así que, como Aidan, yo sólo improvisaría.
–Terminé. Ahora harás lo que yo quiera -sonreí-
–Sí, supongo que no me queda de otra -dijo y suspiró- Pero antes dime, ¿exactamente por qué estamos en este lugar? Ya sé que vinimos a leer, pero, ¿por qué aquí?
–No sé. Supongo que me gusta este lugar, me gusta estar aquí, me hace sentir cerca de mis abuelos -confesé- Por eso escondí esa escalera, para usarla siempre que quiera o necesite estar aquí. Mis padres nunca me darían las llaves de esta casa, ellos saben lo importante y lo cercanos que eran para mí mis abuelos y creen que viniendo a este lugar, no sé, puedo hacerme daño mental, emocional, o psicológico, qué sé yo, creen que puede lastimarme su recuerdo. Digamos que mis padres no quieren que caiga en depresión o algo así por la muerte de mis abuelos -sonreí atenuadamente-
–¿Exactamente hace cuánto tiempo murieron?
–3 años
–¿Puedo preguntar por qué?
–Mi abuelo sufrió un ataque al miocardio y murió al instante, mi abuela no pudo con el dolor de haber perdido al ser que más amaba en su vida, su corazón no resistió más y dos semanas después de la muerte de mi abuelo, le pasó lo mismo, ambos murieron de un infarto
–Wow -dijo consternado- Yo no sé qué decir, lo siento mucho -dijo y yo le di una sonrisa atenuada-
–Como ya lo sabes, este lugar es muy especial para mí, y aunque mis padres piensen lo contrario, la verdad es que aquí me siento tranquila y segura. Podría decirse que este es uno de mis lugares favoritos en el mundo, o quizá sea mi único lugar favorito, sobre todo porque ahora lo comparto contigo -dije sonriendo-
–¿Sabes algo? Mi lugar favorito en el mundo también es este, sentado junto a ti -dijo sonriendo y me sonrojé- Gracias por hacerme parte de este lugar, me hace sentir especial
–Bueno, no es como que me encante admitirlo, pero lo eres -le sonreí- Ok, dejémonos de cursilerías y pasemos a lo que realmente importa ahora; tú dijiste que harías lo que yo quisiera, entonces...
–Sí, no sé por qué dije eso
–¿Tienes miedo? -reí-
–Es que tú no eres ni un poquito predecible, no puedo imaginar nada de lo que te gustaría que hiciera, entonces sí, estoy un poco asustado -confesó y luego rio-
–Oye, tranquilo Nadia. No vas a hacer nada malo, sólo, no irás a trabajar
–¿Qué? ¿No ir a mi trabajo?
–Tú me hiciste perder 3 clases, ¿cierto? Es justo que tú pierdas un día de trabajo
–Oye, no eres la única que perdió esas clases, también lo hice yo
–Ok, pero tú fuiste quien tuvo la idea, y por eso, hoy no irás a tu trabajo
–Y si no iré a trabajar, ¿entonces qué haremos?
–Primero iremos a comer -sonreí victoriosa-
–¿Y después?
–Después sólo improvisaremos, tú eres experto en eso -dije sonriendo-
Salimos de la casa, escondimos la escalera y luego nos dirigimos a comer.

Aidan Gallagher, el primer chico del que me enamoré (Aidan y tú) [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora