24

700 81 9
                                    

El día para partir llegó, Link volvió a un rostro sin expresiones por resto de aquella noche como a la mañana siguiente, Zelda se limitó a abrazarlo -Para mi, eres y siempre serás el héroe de esta época y mi mejor amigo, Link- susurró, sólo sintió cómo hacía un gesto afirmativo con la cabeza.

Mipha aprovechó la distracción para tocar suavemente una de las alas de Revali -Se amable con él, te necesita- susurró -Si me muestro así con él creerá que le tengo lástima- replicó Revali, incluso cuando se fueron a dormir, supo que su compañero tardó mucho en dormir, lo escuchó moverse y dar vueltas toda la noche.

Una vez que los campeones se despidieron de las princesas, Link presionó un ícono que llevaba a la torre Necluda; Cuando estuvieron allí, ambos contemplaron el paisaje matinal frente a ellos -Si quieres ir a probarte, no te detendré- habló Revali tras un largo silencio.

-Pero quiero decirte que, es normal sentirse como un impostor- añadió volteando a verle de reojo por unos segundos antes de volver sus ojos al frente, el rubio le miró con cierta sorpresa ¿Sabía cómo se sentía? ¡Era como si alguien se hubiera levantado, apuntado con su dedo y gritado que no era el héroe legítimo!

Revali seguía con la vista fija hacia aquel paisaje -Tuve problemas al nacer, desde que era polluelo siempre fui el más bajo y escuálido de mi tribu a comparación del macho común, a decir verdad, los adultos y ancianos creían que sólo iba a sobrevivir un año o dos- empezó a decir

-Entrené día, tarde, noche a veces sin parar con el arco, volando hasta fracturar algún ala, a veces pasaba días sin comer por estar bastante inmerso en el entrenamiento- el aire jugaba con las trenzas del arquero quien se veía sereno -me metía a competencias para probarme que mejoraba, pero nunca fue suficiente para mi, incluso cuando me escogieron como general para repeler las amenazas de los monstruos tampoco; en mi interior, siempre sentí... no, siempre sentiré que soy ese polluelo escuálido y pequeño, aún cuando me escogieron como campeón de los orni, pienso en muchos otros que podrían portar el título mejor que yo- decía mirando su ala, haciendo la forma de un puño.

Link vio la tableta Sheikah, luego a Revali, antes de gesticular algo el arquero le interrumpió -Si decides ir o no, iré a preparar el desayuno, aún debes resolver algo con tu hermana - dicho esto emprendió vuelo hacia la fortaleza de Hatelia.

Le había confesado sus más profundos sentimientos, no por atracción, tampoco por lástima; Link se había vuelto alguien de suficiente confianza desde antes de ir al castillo; No sentía arrepentimiento mientras sentía el aire de la mañana enfriar su pico, jugar con sus plumas, Revali cerró los ojos dando un profundo respiro; Un peso menos en su corazón.

Al llegar a la fortaleza de Hatelia quien le recibió primero fue Eria que se asomaba a los lados del orni buscando a su hermano -¿Donde está Link?- No podía contar lo descubierto en el palacio, eso sería algo que Link debía hablar personalmente si quería -Se quedó en la torre, yo me adelanté para preparar el desayuno- respondió, empezó a caminar hacia la olla de uso común.

La niña le seguía -Maestro Revali, el me odia, por lo que le dije de mamá ¿Verdad?- preguntaba, Revali suspiró, cuando llegó a la olla se sentó en la tierra e invitó a la menor a sentarse de su lado; Descubrió con los meses por qué le agradaba tanto Eria, se portaba tosca y agresiva si era necesario, no guardaba sus comentarios, era decidida, perseverante... Pero era insegura acerca de lo que pensaban las personas que le importaban, como él.

-Link es un tonto- empezó a decir, Eria le miró frunciendo el ceño -Lo es- continuó -Es tan tonto, que no es capaz de odiar a alguien, ni si quiera a su hermana ¿Acaso no recuerdas que te dijo antes de que fuéramos al castillo? ¿O eres tan sorda como él lo es de tonto?-

Propósito [COMPLETADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora