Capítulo 2.

2.5K 157 6
                                    

No veía la hora de salir de aquí. Odio este lugar. Ese maldito profesor no dejaba de hablar. Yo solo veía el reloj, esperando que marque a las dos en punto para irme.

Avani no había venido hoy, está enferma. Por eso mi día fue tan jodidamente infernal. En los recreos me fui a comer detrás de un árbol, no quería entrar a ese lugar donde mi hermana estaba comiendo en un grupo con sus mejores amigos y unas cuantas chicas. Recuerdo que cuando los veía así, iba corriendo, los abrazaba y luego insistía para ir a comer un helado. Tenía quien se años y no eran tan a puestos como lo eran ahora. Ahora son todos unos adultos, chase y bryce unos hombrecitos y dixie toda una mujer, eso diría mi padre. Me acerqué y no dije nada, mi hermana sabia que con mi presencia ya nos teníamos que ir. Pero ella ni me miró y siguió con su estúpida conversación.

- Sofía... - dije y todos voltearon a verme.

- oh, Addison...¿Qué pasa?

- pasa que me quiero ir a casa

- espera ahora vamos. - Dijo y siguió hablando. Me sentía como una maldita pequeña.

Todos estaban entretenidos en la conversación solo quería irme y no iba a depender de mi hermana, ella usa su camioneta y pues yo usaré mis pies. Empecé a caminar, caminar y caminar hasta casa. No quedaba cerca pero tampoco lejos. Sabía este camino perfectamente, pues siempre miro por la ventana cuando voy en el carro recuerdo cuando era mi padre quien me llevaba y cantábamos canciones juntos en el camino. Iba radiante y feliz a la escuela. Ahora todo era diferente, era mi hermana quien me llevaba siempre hablaba por teléfono o iba con la música a todo volumen. Desafortunadamente no teníamos el
mismos gusto musical. Llegué a casa, estaba cansadísima y subí corriendo las escaleras hasta encerrarme en mi habitación. Me di una buena ducha, salí y me puse lo más cómodo que encontré en mi closet. Un suéter de gato 1ue me llegaba hasta los muslos con un short corto que tapaba esta y medias. Dejé que mi cabello liso se secara y me puse a ver televisión, hasta que me quede dormida.

Gritos me levantaron.

-Sofía! Ah! Ah! - gemia aquella chica. Dios, ¿que mierda le pasa a Sofía para hacer esto en nuestra casa?
Maldita sea. Justo cuando la vea la mataré.

Me puse los audífonos y puse la música a todo volumen. No soportaba más, quería escapar. Quería irme lo más lejos posible. Le mandé un mensaje a avani preguntándole si iría al colegio a lo que me respondió que si iría al colegio. Bueno al menos mañana no será como hoy.

Me levante muy temprano, me metí
al baño y me arreglé. Me puse un jean y un suéter con una bufanda. Hacía mucho frio, me hice una coleta alta donde salían algunos pequeños mechones rebeldes y baje. Maldita sea abajo se encontraba Dixie y bryce riendo. Mi corazón empezó a latir muy fuerte hasta que vi a mi hermana. Me dirigí a la nevera sintiendo sus miradas en mi y saqué una manzana.

- ¿ya no das los buenos días hermanita?
- Dijo mi hermana. ¡Imbecil!

- buenos días los tuyos, ¿verdad? Digo, con la estupenda noche que tuviste ayer. -Dije, bryce escupió el jugo de naranja que tomaba y dixie soltó una carcajada. La había hecho reír, ¡si!

- Addison... - Dijo apenada.

- no Sofía. Deberías tener un poco más de respeto conmigo ¡esta también es mi casa! Lo de ayer fue asqueroso espero no se repita o juro que llamaré a mamá y le contaré de todas tus fiestas en su ausencia. Puedes hacer lo que quieras y con quieras pero no mientas yo este aquí.

- perdón, ¿si? Juro que no volverá a pasar. -Dijo arrepentida, yo solo la ignore y me dirigí hacia la puerta. Iría a la escuela caminado otra vez.

Sabi que me arrepentiria después de esto. Seguí caminando hasta que sentí que una moto se posó a mi lado. Oh Dios, es su moto.

- Addison, no tienes que caminar. Si quieres te llevo. - Dijo Dixie mirándome. Maldita sea, que recuerdos las veces que me decía que cuando se comprara una moto a la primera persona que llevaría seria a mí. Malditos recuerdos

- no gracias. No necesito tu simpatía Dix. - dije y seguí caminado.

- bueno pues si sigues así, llegaras tarde hoy todos tenemos reunión con el señor pike y no creo que querrás un regaño de su parte- dijo segura. ¡Maldita sea! Lo había olvidado. Me acerque a donde estaba y ella sonrió. Me subí y temblaba con la idea de que
tenía que abrazarla por todo el camino. Solo me quedé quieta

- Addison ¿es que acaso quieres tener un accidente? - dijo, bueno, la verdad, si agarrame si es que no te quieres caer
-Estreché mis brazos, la abrace por detrás y arrancó.

La apreté mucho más fuerte en el camino hasta que por fin llegamos al colegio y sentí todas las miradas en nosotras...

¡Mierda! ¡Y más mierda!


Eres mía, rubia (dixison) Where stories live. Discover now