Tercer Poema

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Como un Ícaro, triste fue mi historia,
Traté de iluso alzar el vuelo,
Tocar lo más alto en el cielo…
Maldecí el calor cuando yo fui el idiota.

Dédalo, ¡tú mil veces advertiste
y mil veces ignoré tu aviso!
Tarde noté mi despiste,
y ahora sin Sol y sin ti estoy en el piso.

Mis alas partidas imploran tu alivio;
vasta mi desdicha
buscando tu lira
cuando te has ido.
¿Por qué me doy cuenta ahora
del error que he cometido?
Fue esa maldita
con su astucia y malicia
la causa de mi martirio.

Fue en el momento que me dijiste:
Ni se te ocurra buscarme.
Mi corazón destruiste,
ni siquiera te despediste;
aunque en el fondo sé que soy yo el culpable.
Sé que no regresarás,
ni temprano ni tarde.
Cargaré con mi desgracia;
yo mismo me clavaré la estaca,
y tú no te inmutarás,
ni siquiera podrás recordarme.

Pero si pudiera redimirme,
¡seguro que lo haría!
Si me dijeras volveré,
¡siempre te esperaría!
Si pudiera regresar el tiempo,
cambiar el flujo de sucesos;
créeme... la mataría.
Pero ni soy Dios,
ni tú, un gato de siete vidas.
Yo no puedo volver al pasado,
ni tú perdonar mis fechorías.
Por eso cada cual…
Bueno, tú seguirás con tu vida.
y yo beberé del frasco,
con la savia que pueda
ponerle fin a mi biografía.

Aunque ni tú ni la historia se grabarán este día,
tú por desprecio y la otra por nadería;
y mucho menos la sinvergüenza,
que por ella,
hoy el olor muerte se respira.
Aun así quisiera que el 23 de marzo,
a las doce y cuarto,
hubiera sido para alguien
motivo de agonía.
                              

Blade D Ryuu








Poemario a la Luz de la LunaWhere stories live. Discover now