Black Mirror - Be Right Back

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Reseñado por lobodepeluche

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Reseñado por lobodepeluche

Uno de los conceptos teóricos de la robótica que más ha calado y se ha hecho más famoso entre el gran público es el del Valle Inquietante. La idea viene a querer decir que, en cuanto nuestros modelos alcanzan un cierto nivel de realismo y se vuelven capaces de replicar algunas características humanas a la perfección, no podremos parar de fijarnos en aquellas que NO se logren copiar con el mismo nivel de detalle. Nos resultarán, dicen, siniestras y desagradables. Pueden ser unos ojos sin vida, un caminar antinatural, una piel demasiado sintética... cualquier elemento que rompa la ilusión y nos recuerde que lo que tenemos delante no es realmente un ser humano, sino otra cosa.

Esto puede aplicarse, salvando las distancias, a cualquier arte que pretenda representar la realidad. Y es la razón por la que, hasta Toy Story 2, Pixar apenas mostraba personas. Ahora nos parece elemental, pero llegar a la fórmula correcta para que los humanos de CGI estilizados se vean como dibujos animados y no como monstruos deformes de plástico, requirió un proceso.

 Ahora nos parece elemental, pero llegar a la fórmula correcta para que los humanos de CGI estilizados se vean como dibujos animados y no como monstruos deformes de plástico, requirió un proceso

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Pero, ¿se trata de un fenómeno puramente visual? Pues yo pienso que no, y creo que cualquiera puede experimentar una sensación parecida hablando con un bot de chat. Lo que empezará como una conversación natural se irá degradando poco a poco, según la máquina incurra en los errores típicos de estos trastos; se olvidará de cosas que dijo minutos antes, se trabará con alguna de tus frases y contestará generalidades, no mostrará la emoción correcta en base a lo que dijiste... y nunca tomará la iniciativa. La ilusión se rompe, y la cosa da grima.

Charlie Brooker, el guionista de la obra de hoy, debió pensar lo mismo que yo. En su esencia más pura, Black Mirror: Be Right Back no deja de ser una historia sobre una chica frustrada porque no logra entenderse con uno de estos bots. ¿Cómo puede uno de los mejores dramas psicológicos de la televisión reciente salir de una premisa tan tonta? Ahora lo veremos, porque tiene miga.

Para los que no lo sepan, Black Mirror es una serie de antologías. Cada episodio te cuenta una historia propia, con su planteamiento, nudo y desenlace y personajes propios, y tú puedes ver solo los que te interesen como si se trataran de películas. Lo único que comparten entre sí es un tema básico: explorar el impacto de la tecnología de maneras retorcidas.

La ciencia de la pantallaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora