Capítulo 2 ¿Fin o propuesta?

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   Cinco años transcurrieron. Nuestra protagonista se convirtió en una mujer de pies a cabeza. No pasó una noche en la que no recordara aquel día en el campo de rosas blancas y sus pétalos manchados de sangre, asimismo al joven ninja que la salvó de una repugnante violación y de la muerte. De regreso con los suyos no mencionó lo qué sucedió, se guardó en su memoria lo que pasó aquella tarde. Sin embargo, juzgando como llegó a la cueva del clan Jipushī, los miembros comenzaron a hablar que había sido víctima de una violación, y que por ello no seguía siendo señorita. Con ese rumor corriendo de boca en boca dentro del reducido clan redujo la posibilidad de llamar la atención de los pocos jóvenes disponibles. La joven morena supuso que a los chicos no se interesaban en ella por las marcas de nacimiento en todo su cuerpo y los falsos rumores sobre la pureza que se le arrebató.

Dejando a un lado las historias de amor de las otras chicas, se interesó en el arte ninja. Deseó convertirse en una kunoichi, la primera del clan Jipushī. Al principio los mayores se burlaron de ella, puesto que pensaban que una mujer no era capaz de sostener un espada o kanata, y que se defendiera del ataque de un hombre. Desilusión por la forma de pensar de los hombres del clan, se sintió humillada por ser mujer. Pero el destino tenía preparado una tragedia en donde la valentía de la morena la puso una prueba...

Una mañana acalorada, los hombres del clan salieron a cazar carne, una hora después los vulnerables miembros que esperaban dentro de la cueva fueron atacados por dos ninjas de un clan rival. Fue una momento aterrador, ver a los ninjas destrozar los campamentos, lo poco que tenían, golpear a los mayores de edad, y tocar a las mujeres jóvenes a su antojo en presencia de los niños. Todos se encontraban aterrados por la violencia y el descaro de esos dos, pero no Sayuri, quien recordó como fue sometida por uno asqueroso gordo de mierda.

Llena de valor por defender a los suyos, se dijo a sí misma que esos dos terminarían yéndose de la cueva.

Mientras todos eran sometidos como animales temorosos en una esquina, esos dos disfrutaban el temor que provocaban, la morena se escabulló cautelosamente al cuarto de armas de los hombres del clan. Tomó una kanata, la cual era pesada, sin embargo, logró levantar la empuñadura, acto seguido, buscó a los hombres y encontró a uno buscando cosas de valor en un cajón de la casa del líder, la cual se encontraba a un lado del cuarto de armas. Antes de ejecutar su primer asesinato, cerró los ojos con fuerza y tomó un bocado de aire. Puede ser que ese día contaba con suerte, porque logró atravesar la hoja de la katana por su cuello. Cuando el hombre trató de girar a verle en sus último aliento se desplomó hacia delante sacándose la hoja de la katana del su cuello.

Sangre cubrió el piso en donde yacía el maldito perro.

Las manos de Sayuri temblaban como jamás sin soltar la empuñadura de la arma que usó para asesinar por primera vez a sus dieciséis años. Sus ojos ámbar también temblaban por lo que ve ante sus pies: un hombre medio degollado. Y el almuerzo cubriendo sus pies descalzos, puesto que no pudo tragarse el vómito.

Pétalos De Sangre (En Emisión)Where stories live. Discover now