Capitulo 33 Pétalos de rosas blancas

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A dos días de convencer al líder de darme la oportunidad de demostrar que mi vida podía servirle de algo, una noche se acercó borracho a preguntar qué más podía hacer con mis "poderes gitanos", a lo que yo le respondí que muchas cosas y, que entre ellas, podía obligar a una mujer amarlo hasta la muerte, después le pregunté qué deseaba, a lo que el cerdo respondió que lo que más deseaba era cogerse a su sobrina, y que ella fuera primero en buscarlo para un encuentro carnal. Escuchar sus enfermizos deseos hacia con una adolescente que era hija de su hermana, me hizo sentir náuseas, pero gracias a ello comencé con mi plan de escape. Tras ganarme la confianza de que era una buena bruja, pues él así comenzó a llamarme, no dudo en hacer lo que le pedí para lograr sus perversos deseos.

—No entiendo por qué específicamente necesitas esas rosas blancas. ¿Por qué no puedes usar otras de otra parte?

—Porque las rosas de ese campo son mágicas y funcionan con más rapidez cualquier hechizo de amor.

—Pero eso significa que tenemos que volver cuando hemos ganado camino. Mis hombres no aguantaran más días, están cansados, lo único que quieren es regresar.

—Lo entiendo, pero a veces tienes que hacer sacrificios para lograr lo que más deseas. Si regresamos por esas rosas tendrás a tu adorable sobrina a tus pies dispuesta a cualquier cosa que tú le pidas.

Lo convencí de regresar al campo de rosas blancas sin estar segura de lo que tenía en mente funcionaría. Encadenada de los brazos por atrás de mi espalda y los dedos envueltos en bandas para no intentar hacer señales de manos, junto a un equipo de cinco ninjas tomó 4 días regresar a donde sucedió la batalla fallida del ocho colas. Mentiría si no tuve la esperanza que alguien regresara a buscarme mientras los ninjas cortaban las rosas blancas, volteé a todos lados en busca de que Hashirama apareciera pero nada. Para este tiempo me dan por muerta. A lo que no les importo no sienten nada, pero aquellos que sí han estar sufriendo.

—¿Ahora qué harás con esto? —me preguntó el líder con dos bolsos de herramientas llenas de pétalos de rosas blancas.

—Tengo que hervir por dos días los pétalos —respondí sin perder la esperanza de que Hashirama de pronto apareciera. Si mi plan no funciona seré la esclava de este perverso bastardo hasta que se cansé o que me equivoqué cada vez que me pide que le lea la mano.

—Lo haremos devuelta en La Aldea Oculta de las Rocas.

—Pero eso tomará mucho tiempo, tengo que hacerlo con los pétalos frescos porque no funcionarán cuando se marchiten.

El líder se acercó bruscamente y me tomó del cuello para hablar con su mal aliento cerca de mi rostro.

—Maldita bruja, comienzo a pensar que todo esto es una farsa porque quieres que regresen por ti, ese hijo de la gran puta de Uchiha Madara.

Madara advirtió miles de veces que si me quedaba atrás no regresaría. Esa vez solamente regresó por el ocho colas, no por una kunoichi débil.

—Para este tiempo me dan por muerta, nadie regresará por mí. Ten confianza, tengo que hacerlo antes que los pétalos marchiten.

—Si me mientes dejaré que estos cinco te cogan uno tras uno —amenazó soltando mi cuello —. Busquemos un lugar lejos de aquí para acampar por dos días.

Nos alejamos del campo de rosas blancas y nos instalamos dentro de una cueva, que al parecer usaron antes para esperar al equipo especial de la captura de los Bijuus, fue lo que escuché que decían mientras preparaban el fuego con una olla con agua. Alguien de la aldea de la Hoja es un traidor, y ese alguien trabaja cerca del Hokage. Por más que quise escuchar más sobre esta persona nunca mencionaron su nombre o algo que lo describa. Esta información es valiosa para la aldea, ahora más que nunca tengo que regresar, pero si no lo hago más shinobis seguirán cayendo en este tipo de trampas.

Pétalos De Sangre (En Emisión)Where stories live. Discover now