6.- Salga a sus lugares favoritos, si quiere puede llevar amigos.

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7.-Desagace de todo lo que tenga que ver con aquella persona una vez que el alma haya sanado. Puede conserva algo pero solo pasajero.

§•§

Hacía calor, aunque estaban a mitad de temporada de invierno y por las noches bajaban la temperatura, el día había amanecido bochornoso, a perlándoles la piel y obligándolos a que ocuparan ropa holgada.

Eren había optado por un short a la mitad de sus muslos, y una playera verde limón que Levi había dejado guardada en el fondo de ropero, seguramente por la frase estampada; se leía sobre el pecho: "todos me la pelan". Seguramente había sido el regalo de alguien. A pesar del calor, Levi seguía vistiendo lo más formar posible, una playera verde olivo y un pantalón ajustado de color negro.

Llevaban encerrados casi todo el fin de semana, de no ser porque necesitaban víveres para comer, ninguno hubiera creído necesario salir del departamento. Era un estado de confort que ninguno quería romper si eso significaba estar acurrucados uno al lado del otro, Eren mordiéndolo inesperadamente y Levi besándolo cada que le daba en gana.

Los besos seguían subiendo de tono, esparciéndose con calma en el cuerpo de ambos, si Eren no dejaba una marca en el cuello de Levi, Levi lo haría seguramente y no solo en el cuello, se encargaría de dejar pequeñas marcas rojas en sus hombros, brazos, pecho y hasta uno que otro que ya estaba en su abdomen. Ambos querían brincar la línea que los detenía de terminar en una situación lo bastante sexosa como para ya no dar vuelta atrás.

Levi lo quería dejar hecho un desastre. Lo había aceptado después de casi dejar el trasero de Eren al aire un día antes.

Eren no sabía bien qué es lo que quería, pero que Levi lo besara y jugara con su cuerpo era la mejor experiencia que había experimentado en años, ni en todas sus relaciones de preparatoria un roce de labios lo había dejado con las rodillas temblando, ni siquiera con Farlan y eso que se suponía que ambos debían saber cómo complacer al otro por todos los años de relación que llevaban.

El Ackerman aun asimilaba todos los sentimientos cada que estaba con Eren, aún no tenía bien en claro cómo llamar a aquellas sensaciones.

— ¿Por qué no me besas? —preguntó Eren, mirándolo.

— ¿Quieres que te bese? —Levi recorrió con sus manos los hombros del castaño hasta llegar al rostro, acunó la nuca con tres de sus dedos tirando levemente de los cabellos de Eren, estaba dejándose crecer el cabello.

—Quiero que tú quieras besarme tanto, que simplemente lo hagas. —Eren rosó levemente sus labios sobre los propios, olía a miel y a frutas por el desayuno.

Llevaban en aquella posición al menos diez minutos: Eren sobre el regazo de Levi, con ambas piernas separadas y jugando a dar besos por todo su rostro, provocando a quien estaba debajo de él hasta querer devorarlo.

Cuando Levi lo iba a besar, Eren lo detuvo metiendo una de sus manos entre los labios. Levi frunció el ceño enojado.

—No te lavaste los dientes en la mañana —dijo, como si fuera una calamidad.

Eren se levantó del regazo, librándose astutamente de que le volviera a tomar y a sentar de golpe, corrió descalzo dirección al baño montándose sobre el lavamanos y recargándose en el espejo, cruzó las piernas levemente morenas una sobre la otra; a un costado suyo, estaban los cepillos de dientes y la pasta dental. Levi no tardó en entrar al cuarto de baño.

— ¿A qué estás jugando? —dijo, parecía levemente molesto. Eren sonrió.

—Tú eres quien se queja siempre de la limpieza y la higiene personal —Mordió su labio, dejando su peso sombre el espejo, el short se recorrió más arriba del muslo, dejando casi visible el bóxer negro ajustado a su cadera, el calor de la mañana le daba cierto brillo a perlado a su carne—. Deberías darme las gracias, comienzo a cuidar-

SUNWhere stories live. Discover now