Intervalo de descanso

34 7 2
                                    

§

Colocaba, martillaba, clavaba, colocaba, martillaba, clavaba. Un secuencia que a veces desordenaba. El objetivo era estar absorto en algo que no fuera el interior de su cabeza. Sumirse en una labor práctica era mejor que sobrepensar el futuro y generarse algún ataque de ansiedad.

—Debió de haberte dejado dinero. Ahora tendremos hormigas por toda la casa. —Zeke llegó con limonada y galletas de vainilla que él mismo presumía de haber preparado.

—Son pequeñas y no tienen a dónde ir, déjalas estar. —Eren bebió de la limona, limpió el sudor con la palma de su mano; quería crear un huerto para la mata de fresa, estaba quedando lo bastante bien para presumir como Zeke presumía sus galletas. Se felicitó, estaba orgulloso de por fin darle un lugar digno a la planta y a las hormigas, cosa que Levi nunca quiso hacer.

Zeke terminó ayudándole con la construcción, para cuando el último clavo fue martillado, ya era tarde, el sol comenzaría a despedirse dentro de minutos. Eren reaccionó con los rayos del sol. Todavía tenía cosas que hacer y qué pensar aunque hiciera el intento por bloquear todo burbujero en el cuerpo.

—¿Ya te vas?

—Tengo qué, ya habíamos acordado en que lo ayudaría a hacer el equipaje, todavía hay mucho que arreglar.

Vió como Zeke se quedaba en el marco de la puerta de su cuarto mirándolo buscar ropa y un abrigo. El pronóstico era que llovería entrada la noche. Su hermano tocaba sus propias manos, tallando las palmas una con otra, tirando de los hilos de su camisa y arrancando algunos otros. Eren lo analizó rápidamente, estaba seguro que Zeke no quería hacer tan obvia su preocupación, aún así, seguía siendo el menor que no sabía disimular.

—¿Pasa algo?

—No, o bueno, quizá —Zeke liberó todo el oxígeno de sus pulmones, entró de lleno al cuarto de Eren—. Mira, cuando era niño siempre soñaba con conocerte y tenía que conformarme con verte en fotos que robaba de la cartera de papá. Era horrible saber qué tenía un hermano mayor que no sabía de mi existencia. Luego pasó lo que pasó y cuando papá me dejó acercarme a tí, tú no querías saber nada de mi. Y no te culpo, es como si fuera el niño que arruinó a tu familia.

—Yo no pienso eso.

—Pero lo pensabas, no necesitas negarlo. Se escuchaba en tu voz cada que hablábamos por teléfono, lo acepté hace mucho. Tu familia se fue separando y necesitabas a alguien a quien culpar. Ni siquiera el tiempo que viví contigo me dirigiste la palabra. Yo quería ser tu hermano menor, pero tú no estabas listo para eso, haberme ido fue lo mejor decisión que pude haber tomado, tú necesitabas tu espacio y yo todavía procesaba la muerte de mi madre. Luego me enteré por papá de todo lo que habías pasado y decidí que haría lo necesario para estar para ti así no me quisieras en tu vida.
Zeke trago duró, parecía que llevaba semanas preparando su discurso, seguro le sudaban las mano y rezaba por no atragantarse con su saliva.

—Lo que quiero decir con todo esto es que no quiero que pienses que estás solo, porque nunca lo has estado, solo estás algo desubicado. Estoy yo, está papá, he incluso está Levi aunque a mí no me caiga bien, pero sin él lo más seguro es que ni tú ni yo estaríamos aqui y ahora. Y yo... bueno, yo... —Zeke había comenzado a lagrimear, sorbía su nariz con dureza, el rostro se le había puesto rojo y parecía morder el interior de su labio con la misma fuerza que apretaba su ropa con los puños—. Yo... te quiero mucho, te admiro, y estos días contigo han sido como siempre soñé, y no quiero que vuelvas a pasar estás cosas tu solo, eres el hermano que siempre quise y... y... solo quiero que seas feliz, aunque eso implique al otro estúpido de Levi y yo... yo, agh, por un demonio. No puedo con esto.

Estaba a segundo de salir corriendo y encerrarse en el baño, que la vergüenza se fuera por el escusado y él con ella; sentía que el calor le subía por la espalda he infectada todo su rostro haciéndole llorar como un niño pequeño por alguna película de terror.

Eren lo tomó del brazo, los rizos rubios fueron apoyados en su hombro, Zeke agradeció dejar los lentes en la sala, sino ya estuvieran hechos una porquería, llenos de lágrimas y mocos.

—No te quiero perder de nuevo.

Eren sentía como su hermano apretaba su ropa, su cuerpo temblaba. Solo Zeke sabía cuánto había anhelado ese momento: en el que Eren sobara su espalda y lo abrazara a la vez, un acto que el propio Eren consideraba tan íntimo que solo lo había realizado con dos personas: Levi y su propia madre cuando descubrió que Grisha tenía otra familia. Ella había llorado por una "infidelidad" que todos veían venir hace años. El matrimonio no era bueno. Eren solo pudo estar para ella de la única forma que sabía: abrazándola, consolandola, haciéndose cargo de la vida de su madre, quedándose con Farlan, sin ser un problema más o causarle más dolor. No quería verla así de rota de nuevo.

—No me vas a perder, Zeke.

Eren se hubiera reído de si mismo, de lo contradictorio que hoy eran las cosas con las del pasado. Sin Farlan, sin su madre, abrazando a quien ella antes había maltratado y maldecido, viviendo con su padre, estando con Levi y a la vez sin él.

Después de un rato Zeke limpió su desastre de lágrimas de su rostro con la manga de su suéter, aún seguía rojo y lagrimeando.

—Gracias por decírmelo —Revolvió los rizos, como espabilando la tristeza de ese rostro todavía frágil y lleno de pecas. Después de un momento de lucha con su yo del pasado, dejó salir:— Yo tambien te quiero.

Zeke volvió a llorar.

§

Terminó de meter su ropa en cajas, de acomodar todo lo necesario y dejar todo limpio. El departamento había sido rentado con amueblado, nada de ahí era realmente suyo, se consideran una persona práctica y didáctica, con solo lo necesario.

Acababa de dejar caer su peso sobre uno de los sillones, el plástico con el que lo había cubierto hizo escándalo. Entonces escuchó la puerta del departamento abrirse, solo había un persona aparte de él que tenía la llave de aquel lugar.

—Llegas tarde, te dejé la vajilla, si quieres empacar cubiertos —dijo Levi.

—Lo siento. —La otro parte luchaba por quitarse el abrigo y las botas de hule en la entrada. Levi lo mataría si pasaba con ella todas llenas de tierra. Cuando logró deshacerse de ello, volvió a hablar:— Responsabilidades de hermano mayor.

Levi no dijo nada, porque en realidad no había mucho que decir, por el momento, aún no. Lo vió entrar e ir directo hacia él. Eren también dejó caer su peso a su lado.

—Papá te mandó esto —dijo Eren, dejando una botella de vino en el suelo— Dijo que era una felicitación por ti trabajo, y lo siente por no despedirse.

—¿Quieres beberlo?

—Tú, yo y alcohol. Es una mala combinación, ¿sabes?

—O una muy buena.

Guardaron silencio

Fuera del departamento, no llovia pero el viento arreciaba piedras contra el mundo.

—Ve por vasos.

—Voy por vasos.

§

¡Hola! Aquí Lee habla.

He vuelto, en una forma muy extraña, he vuelto, quizá no al mundo de fanfiction completamente, sino paulatinamente.

No hay mucho que decir en realidad, solo que terminaré "SUN", en realidad falta muy poco para que acabe, y volveré a otros ff que tengo abandonados, más que nada es porque les tengo un aprecio enorme, son recuerdos muy bonitos y merecen una conclusión limpia. Además de las personas que siguen acá leyendo (si todavía hay alguna viva), en necesario.

No hay más que decir, solo que no actualizaré semanal, estoy metida en varias cosas a la vez, como una ficha, y a veces no tengo mucho tiempo para respirar. Me vuelvo loca muy fácil. Solo no me desparecé tanto tiempo como lo he hecho.

Gracias a todo aquel que lee justo ahora y los que leyeron.

Un abracito y un besito 💚

¡Gracias por leer!
-Bichito de Lee-

SUNWhere stories live. Discover now