Soy Max

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Me levanto de manera perezosa y lo mejor que puedo expresar es un: "No, gracias". 

No quiero que me toquen la puerta, pasen y me quieran despertar a las 6 de la mañana. No sólo es demasiado temprano, sino que también no quiero ser levantado por una sirvienta.

Quisiera tener la experiencia de poder levantarme a la hora que yo quiera o también de despertarme por la alarma.

"Son quejas de un simple muchacho", diría mi padre. Mi padre es el presidente de Mül. En este lugar hay una extraña ley que dice que todos los gobernantes deben, por lo menos, tener una novia, haber dado ya su primer beso, el primer acto sexual y es opcional, ser infiel a la pareja actual.

En mi opinión: "TENGO EL DERECHO DE ELEGIR CUANDO PERDER MI BENDITA VIRGINIDAD" y de paso, escoger a mi novia en el tiempo que me requiera, no en un tiempo que me exijan. Es una ley de la cagada. No me gusta y antes de que mi madre falleciera, me dijo: "Nunca dejes que otros planeen tu vida".

Mi madre murío cuando tenía 8 años, para ser exactos, no comprendí bien lo que dijo, pero ahora sí sé. Y en definitiva, no quiero que mi padre elija mi destino.

- ¿Ya despertó? - Escucho una voz gruesa que proviene de al frente. Acomodo mis colchas y la sirvienta intenta por duodécima vez, arrebatarme las colchas.

"Si no quiero salir, no quiero ¿No entiendes?" Literalmente eso dice mi cara.

- Dejenos a solas.

Una orden de papá es acatada de inmediato, encambio, una mía cuesta que se realice.

- Ya en serio, ¿ahora qué?, ¿Cuál es el berrinche de hoy?

Papá se sienta al borde de mi cama y me incorporo poniendo mi espalda sobre el aire.

- Nada. No quiero nada, de verdad. -Mi papá me ve insistente. Me conoce, después de todo, es mi padre- bueno sí, hay algo. Quiero que mañana me despierte yo solo. -Hablo firme. Es una petición, pero quiero dar la impresión de estar serio.

- Está bien, mañana no hay nada que hacer. -sonríe con satisfacción.- Mañana es sábado.

Mi padre ríe. La cagué. No revisé las fechas con antelación.

- No cuenta. -Pongo mi mejor cara de serio, resignado.

Me quejo, pero es demasiado tarde. Papá se levanta y me guiña un ojo.

- Lo más tarde qué puedes despertarte es a las 10. -Volteo los ojos.- Mañana empieza la búsqueda.

Papá se retira y golpeo algo suave el aire que queda dentro de las colchas, haciendo que el colchón quede plano y arrugado.

Carajo, mañana es la famosa búsqueda. Como ninguna niña rica de sociedad logró interesarme. Papá decidió. Lean bien. ÉL decidió que buscaríamos a alguien de mi edad y que, por lo menos, perdiera la virginidad sin tener obligatoriamente una novia. Algo de sólo una noche, algo que sólo haría un maldito enfermo o un joven con serios problemas como yo, soy un buen ejemplo de la última situación.

Suspiro agobiado. Desordeno mi pelo y me levanto a hacer mi rutina, aunque mi rutina, técnicamente, es no hacer ni madres.

- Disculpe Joven, ¿quiere su desayuno?

- Si, por favor.

Camino hacia la puerta para abrirla y veo a Sofía. Una de las hijas de las mucamas, exactamente de quién, no sé, pero sé que es una hija de alguna. Al menos, me acuerdo de eso.

- Disculpe que haya que tenido que venir a abrirme la puerta.

Ella repite muchas palabras iguales cuando está nerviosa.

- No te preocupes Sof -agarro la bandeja y la coloco en mi escritorio. Me volteo y veo que Sof no me ha quitado la mirada de encima.

Claro, ayer me dormí sin camiseta.

- Disfrutando la vista -fanfarroneo y Sof se ruboriza.

- Perdón señor, me iré de inmediato. Que disfrute su desayuno.

Sof se retira de mi cuarto y me río. Ella fue una de las opciones que me dio mi padre, pero la rechacé. Cuando era más pequeño, ella siempre llegaba y jugaba conmigo. Su juego favorito era el de la princesa salvada por su gran caballero.

Y sé que no soy ese gran caballero por el que tanto anhela. Jugaba con ella a eso creyendo que sólo era eso, un juego. Pero conforme el tiempo ella quiso hacerse cargo de mis tareas como:

°Limpiar mi cuarto.
°Ir a recoger cualquier cosa que deseé.
°Si quiero que me ayuden a bañarme, ella lo tiene que hacer.
°Ir a dejar mis tres tiempos de comida.

Entre más tareas aburridas, pero ella quiso hacerlas... Luego me enteré que yo le gustaba o le atraía demasiado y por eso mi padre me la ofreció como posible candidata de novia.

Pero no, yo quiero escoger a mi novia. Y, aunque fuéramos buenos amigos en la infancia, ahora no la puedo ver más que como la chica que conozco desde la infancia.

...

Todo mi día fue realmente aburrido. Mis tareas domésticas las hace Sof. Las tareas del colegio no eran muchas. Este viernes no es divertido.

No puedo salir al jardín sin que alguien me vigilé. No puedo ir a la cocina sin chocarme con Sof u otra mucama.

Es molesto saber que siempre te ayudan. O sea, no es malo recibir ayuda, lo malo es que no te dejen apoyarlos a ellos también.

Recuerdo que cuando tenía 10 años, yo quise ayudar a lavar los platos porque veía a mi madre hacerlo a veces, aunque ella me decía: "No le digas a papá" con una sonrisa. Luego dejaba una notita con una bonita letra que ella hacía y decía: "Lo lavó tu ángel de la guardia".

Esos tiempos eran muy divertidos, pero en fin. Yo intenté eso, pero a papá no le agradó y pidió estrictamente que no se me permitiera ayudar a lavar los platos.

Creo que a papá le recuerda mucho a ella. También, creo que por eso no se acerca a la cocina cuando hacen la comida o cuando la limpian. De cierta forma, esas acciones hacen que mi padre recuerde a mi mamá.

Lo único que sé de papá. Es de que él tampoco siguió la ley de ser infiel. Siempre le ha sido fiel a mi mamá y dice que así se va a quedar, a menos que mi mamá le mandé otra persona de quién enamorarse.

El Hijo del PresidenteWhere stories live. Discover now