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¿qué hora era? ¿qué día era? ¿ya terminó la semana? ¿qué año era? ¿era hora del almuerzo o de la cena? oh el desayuno.
eran las preguntas que se hacía siempre cuando estaba perdido entre sus videojuegos, más sin embargo las preguntas se iban una vez llegaban porque estaba ocupado jugando, si pensaba más podía perder. el brillo se reflejaba en sus brillantes ojos, apretaba los labios de vez en cuando, sus dedos estaban concentrados en los botones del mando y su mente se mantenía flotando dentro de la animación, donde todo era lindo y sin preocupaciones. aunque en su mundo virtual faltaba algo, sería perfecto que en el estuviera chenle.
oh diablos, pensó demasiado que había perdido.
busco en su extensa cama su móvil encontrándolo debajo de la almohada, mierda en que momento ya eran las diez de la mañana, la última vez eran las tres.
"te veo en donde siempre pollito^^"
sonrió al ver el mensaje de chenle, pero su sornsia desapareció sabiendo que día era hoy.
los sábados chenle y sus amigos se reunían para desayunar sin falta y eso le parecía excelente sabiendo que a su pareja le gusta mucho divertirse a fuera, lo único malo es que el también tenía que ir. los amigos de chenle le agradan y ellos a el por lo que había escuchado aunque no creía que fuera así, pero no quería salir con más personas, solamente con zhong. solo lo hacía porque lo amaba, en realidad nunca pensó en convivir pero sabía que a chenle le hacía feliz eso y claro que quería ver a su persona especial feliz.
pero ahí estaba, sentado mirando hacia su platillo de waffles como si fuera la cosa más divertida.
— y me entregó tarde la libreta — chenle abulto su labio — , todo por tu culpa.
xiao dejun volteo los ojos — lo que deberías es agradecerme — miró al chico a su lado — porque no le preguntas al super inteligente de jiji.
las mejillas del nombrado se tornaron rojas provocándole una sonrisa algo recta.
zhong rió — no quiero molestarlo...
el pelinegro acarició su mano por debajo de las mesa haciendo que su rostro se vuelta de tonalidades rojas, lindo, siempre se veía lindo — pero sí molestar a xiaojun — dijo kun contagiando la rosa a los demás, luego el menor se levantó de su asiento anunciando que iría a los sanitarios.
