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esperaba pacientemente enfrente de la puerta después de haber tocado el timbre de la gran casa unas cuatro veces. se impacto al ver la sonrisa de el mayor que no notó cuando este había gritado de la emoción atrapandolo en brazos y repitiendo varios saludos, que apenas pudo sonreír en grande y palmear la amplia espalda de su mayor.
— ¡chenle, te extrañe tanto, demasiado! — apretó el cuerpo del menor una última vez para tomarlo de los hombros y mirarlo — , siento que haz crecido más.
— igual estoy feliz de verlo señor lee — se dejo mimar por el adulto.
— no me digas señor no tengo la edad de uno — lo empujó dentro de su hogar — , solo dime taemin.
la sala principal estaba repleta de las maletas de su mayor y ni hablar de los regalos, había demasiados. a su novio no le molestaba estar solo en casa de echo le beneficiaba tener para todo el solo, se quedaba en la sala en pijama todo el tiempo. el padre de su novio era modelo lo cual casi nunca estaba en casa, cuando él era mucho más joven adoptó a park jisung cosa que nunca se arrepintió de hacer.
cuando el señor lee regresaba era todo ruido en la casa muy contrario a su hijo, solía invitar a mucha gente para tener compañía y buscaba cualquier excusa para estar cerca de park. a jisung no le parecía agobiante la presencia de su padre, se sentía muy feliz de verlo de regreso aunque le costara demostrar, y le parecía algo lindo cuando él quería compartir tiempo con su hijo, excepto cuando hacía las cosas incómodas con preguntas incómodas y respuestas incómodas, esos momentos los odiaba.
— me gusta el nuevo color de tu cabello le — canturreo colocándose el mantel de cocina.
el pelinaranja asintió — muchas gracias... taemin.
y decir que el padre de su novio no era un risueño era una total mentira, siempre con una sontisa en su rostro y tratando de volver el ambiente feliz. — esta vez el desayuno-almuerzo me salió bien, me aprendí una nueva receta — sirvió dos platillos concentrado — me levante algo tarde porque estaba muy cansado anoche.
chenle abrió la boca para hablar pero calló con una sonrisa mirando a la persona que entraba a la cocina no sin antes saludar con la mirada — muy cansado me imagino.
