Capítulo 3

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SAMTH

—Tu turno —digo bebiendo más del tequila.

—No, Samth, yo ya no quiero jugar...

—Vamos Niko no seas gallina —dice Pablo con diversión.

—Déjalo, es un marica —dice José tomando más tequila. Si seguimos así mañana no podremos ir a la universidad de la tremenda resaca que tendremos...

—Vamos Niko, solo es un jugo —digo con diversión. Amo la adrenalina por lo cual, juego y practico cada deporte o actividad que me pueda dar una buena descarga de adrenalina —Apuesto quinientos dólares a que no puedes hacerlo —lo reto con deseos de seguir jugando. La adrenalina es como mi marca personal de heroína. Es como una adición, una vez que inicio ya no pudo parar y no es que no quiera parar, es que no sé cómo.

—Está bien tú ganas —toma la botella de tequila, se bebe prácticamente la mixta de esta —Ustedes son unos putos enfermos —dice sonriendo con malicia y de pronto....

Me despierto de golpe sintiendo como si el corazón, se me fuera a salir del pecho. Diablos, diablos, diablos y más diablos. Otra vez volví a soñar con ese maldito día, otra vez volví a revivir ese día infernal que marcó mi vida para siempre y no solo eso. Si no que me costó mi felicidad y la de la mujer que amo con toda mi alma. Diecisiete años después, sigo pagando por una maldita apuesta que hice cuando apenas tenía dieciséis años. Era solo un niño estúpido, amante a la adrenalina y los deportes extremo, que no sabía como dejar su adicción a ella. Cómo diablos iba yo a saber que las cosas iban a terminar mal, como iba a saber que ese día me arruinaría la vida para siempre y no solo a mí, sino también a la chica más dulce, bella, inteligente, maravillosa tierna y única que he conocido en toda mi vida. Como ella no existen dos... Me costó un año completo de terapia y esfuerzo superar ese día, hasta me cambié de universidad para dejar todo eso atrás y seguir adelante. Creí que lo había superado y que ya podría seguir adelante, hacer mi vida normal y ser feliz con la chica que amaba....

Cuando conocí a Ashley. Ella era la chica más hermosa, dulce, tierna y amable que había visto en mi vida. Era tan hermosa que me embobaba cada vez que la veía, me traía como loco. En el primer año de universidad no le hable, ya que ella era muy tímida, era muy inteligente y solo estudiaba (era la nerd) así que nuestra comunicación era mínima, por no decir que nula. Luego eso cambió por completo, un día alguien la estaba molestando, yo la defendí y cuando nuestros ojos se cruzaron por primera vez lo supe, supe que ella era la mujer de mi vida y que quería pasar el resto de mi vida con ella. Y aunque en ese entonces éramos muy jóvenes (ella acababa de cumplir 18 y yo 19) yo sabía perfectamente lo que quería y se lo hice saber a ella. Le dije que me gustaba y empezamos a salir. Cuando teníamos siete meses saliendo, hicimos el amor por primera vez y para mí fue el día más hermoso y feliz de toda mi vida. Es que fue realmente hermoso y aunque suene cursi, para mí fue mágico... Pero como todo lo bueno en mi vida, se acaba, mi felicidad al lado de ella también se acabó. El papá de ella se enteró de mi pasado (un pasado que quería borrar con todas mis fuerzas para siempre de mi memoria) y me dijo que si no me alejaba de ella me iba a hacer la vida imposible y a mis padres, quienes en ese entonces estaban pasando por una situación económica difícil. Al principio me negué y le dije que no iba a ceder a su chantaje. Y me costó caro mi desafío, muy caro, ya que al día siguiente llegó una notificación de embargo a mi casa y todo eso fue debido al señor Ponce. El uso su dinero y poder para que el banco ejecutará la hipoteca. Cuando me vi en esa posición, tuve que elegir entre dejar a mis padres en la calle o dejar a la mujer que amaba. Así que ya se imaginaran cuál fue mi decisión. No podía dejarlos en la calle después de todo lo que habían hecho por mí... El amor de los padres hacías sus hijos es incondicional e infinito, ellos nos aman, nos cuidan y nos protegen sin pedir nada a cambio, lo hacen por puro amor. Pero como buenos hijos que debemos ser, yo considero que lo mejor que podemos hacer para darle un poquito de ese amor incondicional que ellos nos dan, es hacer sacrificios por ellos y yo hice el mío. Sacrifique mi amor por ella y la sacrifique a ella por amor a mis padres...

Ese día no fui a la universidad y fue a la oficina del señor Ponce y le pedí, le rogué que por favor, no me hiciera elegir. Le supliqué que no lo hiciera, pero él solo me miro y me dijo que su hija se merecía algo mejor que yo y que él se iba a encargar de conseguirlo... Derrotado y con el corazón hecho pedazos, fui a su encuentro a la universidad. Me sentía devastado, triste y humillado, pero aun con todo y eso tenía algo claro, si le iba a romper el corazón, al menos no lo iba a hacer en público. Así que la lleve al rincón más apartado y solitario de la universidad y use las mismas palabras que su papá me dijo que le dijera. Cada palabra la repetí como si fuera una grabadora y estuviera reproduciendo un casete. Ese día fue el día más doloroso que he vivido en toda mi vida. Con cada palabra sentía que moría y ver el dolor inmenso que le estaba causando, plasmado en sus maravillosos ojos. ¡Dios! Eso me rompía por dentro. Ese día no solo rompí su corazón, también destrocé el mío. Ese día marcó mi vida para siempre...

Luego de eso yo ya no podía seguir yendo a la universidad y verla cada día, no podía ver su cara todos los días y ver el dolor inmenso que le había causado. Por culpa de su padre y una estupidez de juventud, pero al fin y al cabo las palabras que le destruyeron la vida salieron de mi boca. No podía verla así, eso era... Era como si me apuñalaran continuamente y yo no podía aguantar eso, no podía, ni quería. Así que me fui del país, termine mis dos carreras en «Ingeniería Mecánica» y «Tecnología En Mecánica Automotriz» y me gradúe con honores. Dos años después de graduarme mis padres murieron en un accidente y me dejaron una pequeña herencia, que con el paso de los años he ido agrandando y hoy en día soy dueño de la más importante y la mejor automotriz del país y tengo mi propia marca de autos de carreras de la fórmula uno. Pero aun con todo y eso me siento vacío, es como si algo me faltara y es ella. Me falta ella. Pero ya tengo un plan para tenerla de nuevo conmigo y esta vez sí que será para siempre, yo me encargaré de eso y pienso pasar por encima de quien sea para conseguirlo...


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