Seungmin y Jeongin venían de familias adineradas. Seungmin solo era el chico rebelde en su familia, el único que tenía objetivos diferentes. Jeongin solo era un chico solitario, sus padres no le ponian atención, uno de sus hermanos vivía en el extranjero y el otro vivía en otra ciudad, sus padres a penas regresaban a casa, por eso él hacía lo que quisiera.
Así fue como resultamos en la casa de Jeongin, haciendo karaoke, bailando y tomando alcohol. Al inicio no te veías muy convencido y tuve que insistirte demasiado para que probaras tan solo un trago, pero después de ese trago todo cambió y parecía que estabas dispuesto a divertirte, si tan solo hubieras dejado de pensar en Sana.
— ¡Minho! Ya, suelta ese celular y canta con nosotros — en ese punto ya estaba ebria, aún era consciente de lo que sucedía a mi alrededor.
— Sana no responde mis mensajes, ¿le habrá pasado algo? — hablaste torpemente, era la primera vez que bebías alcohol.
— Tiene que dar clases hasta tarde, de seguro está ocupada. No pienses en ello, ¡baila con nosotros!
— O quizás ya se durmió. Todo debe estar bien Minho hyung — y Jeongin intentaba tranquilizarte también. No te veías muy seguro pero al final te uniste a nosotros.
— Soy el mejor en el karaoke — dijiste mientras te ponías unos lentes de sol que habían entre todos los accesorios extraños que habíamos decidido usar.
Cantamos con gran emoción, bailamos sin control alguno y cada vez estábamos más ebrios.
— Yo grito mejor que eso — dijo Jeongin luego de escucharme gritar, ¿por qué grité? No lo sé, solo lo hice y así fue como iniciamos una competencia de gritos. Jeongin gritó y me sorprendió lo agudo que era su grito.
— Eso no es nada, solo escuchen — te uniste y gritaste. Jeongin y yo nos reímos pero estábamos asombrados, recuerdo que te aplaudimos.
— Wow, él es increíble — te halagó Jeongin.
Fue una noche agradable.
— Min ~ ayúdame a llevar a bebé pan a su habitación — te pedí cuando me di cuenta que Jeongin se había dormido en el piso.
— Bebé pan pesa mucho — comentaste mientras me ayudabas a levantarlo — ¿Con cuántos costales de harina lo hicieron? — me reí por ello.
Logramos llevarlo a su habitación y la fiesta continuó entre nosotros, pero pronto te empezó a dar sueño.
— Mai ~ vamos a casa — pediste casi en un susurro.
— No te puedo llevar así a casa.
— Mai, Minho tiene sueño y se siente mal — hablaste como un niño pequeño, me encantaba cuando hacías eso.
— Hay un cuarto donde me quedo cuando duermo aquí. Vamos, te llevaré — y con pasos torpes fuimos hasta aquella habitación tan conocida para mí.
Te dejé en la cama, estaba a punto de irme a otra habitación pero me tomaste del brazo.
— Mai, quédate, no me dejes — me pediste y si estando sobria se me hacia difícil decirte que no, estando ebria me era imposible decirte que no.
Así que me quite mis tenis y me acosté a tu lado, inmediatamente me rodeaste con tus brazos. Me quedé viendo tu rostro dormido, completamente perfecto. Supongo que fue bueno que tuviéramos ropa deportiva, así no fue tan incómodo dormir.
Creí que estabas completamente dormido, yo solo estaba acariciando tu rostro, mi corazón latía con fuerza.
— Mai — hablaste de la nada, haciendome saber que aún no dormías — ¿Por qué terminaste con Yongbok? — y ebrio aún te hacías esa pregunta.
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Obliviate | SKZ | LEE KNOW |
Fanfiction"Tus huellas se han convertido en una carga, en un virus doloroso, un virus incurable. Quiero olvidarte, pero tu imagen y voz están tan vivos en mí que, solo un mágico hechizo podría borrarte por completo. Por ahora solo me queda recoger mis tristes...