Debido a las circunstancias, dejé que tu madre, al igual que mis padres lo hacían, creyera que seguíamos juntos y técnicamente, lo estábamos. Estuve contigo hasta que saliste del hospital, me quedé algunos días en tu apartamento para cuidarte, me quedé hasta asegurarme de que podías valerte por tu cuenta y aun así cuando volví a la casa de Jeongin, iba casi todos los días a tu casa para encargarme de que por lo menos te alimentaras bien y te ayudé en lo mayor que me fue posible.
— Deberías seguir quedándote aquí, así te ahorrarías estar viajando de un lado al otro — sugeriste mientras yo terminaba de organizar la cocina para comenzar a preparar tu comida.
— Gracias por tu preocupación, de todas maneras, no creo que sea necesario. Te ves mejor, parece que pronto dejaré de venir. Además, por lo que veo, estos dos últimos días te fue muy bien por tu cuenta — resalté. Debía ser honesta, ya no necesitabas mi compañía y mis cuidados, físicamente estabas muchísimo mejor, aunque en otros aspectos no parecías estarlo. Tus lesiones casi sanaban por completo, pero tuve que ausentarme dos días para que me demostraras aquello.
— Cuando me recupere, ¿dejarás de venir completamente? — preguntaste, algo triste.
— Sabes que cuando eso pase, no tendré razones para verte — nos veíamos como si estuviéramos bien, como si no hubiera ningún problema entre nosotros, pero en el fondo ambos sabíamos cómo era nuestra situación realmente.
No se dijo ninguna otra palabra en ese momento. Terminé de arreglar la cocina y me dispuse a preparar los ingredientes para empezar a cocinar, pero solo pude alistar un par de estos cuando sentí que te hiciste detrás mío, rodeaste mi cintura con tus brazos a la vez que apoyabas tu cabeza en mi hombro.
— ¿Se te ofrece algo? — no quería darle importancia a esas pequeñas acciones, pero eran difíciles de ignorar.
— ¿Puedo ayudarte a cocinar? — preguntaste de manera un poco juguetona.
— Deberías ir a recostarte y descansar — te sugerí, se supone que eso debías estar haciendo. Escuché una corta risa de tu parte y luego de unos segundos, te atreviste a dejar algunos besos en mi cuello de manera lenta. Mi cuerpo se tensó al instante.
— No quiero, estoy cansado de no hacer nada — te escuché decir cerca de mi oído, con un tono bajo de voz, el cual era adictivo. Tus manos se deslizaron debajo de mi blusa y continuaste dejando besos en mi cuello. Definitivamente eso causaba muchas cosas en mí.
Sabía lo que querías y no iba a permitir que eso sucediera, me solté de tu agarre y me giré a verte, dispuesta a detenerte y poner un límite, pero cuando vi tu rostro y a los pocos segundos tus labios se apoderaron de los míos, me di cuenta de que yo no sería capaz de detener aquello. Algo que empezó como un beso normal, rápidamente se convirtió en un beso apasionado y a los pocos minutos terminé sentada sobre la isla de la cocina, sin mi camisa y sin poder despegar mis labios de los tuyos.
— ¿Qué pasa? — por la falta de aire nos habíamos separado, pero cuando te acercaste para besarme de nuevo, te detuve.
— No creo que esto sea lo correcto para tu estado — no fui capaz de decirte que no debíamos caer en ello por nuestro bien, para mantenernos separados, no pude decir esas palabras por más de que sabía que eso era lo debí haber dicho. En su lugar dije otra cosa, que, aunque era cierta, no era mi verdadero objetivo cuando te detuve.
— Serás cuidadosa conmigo, ¿cierto? — esas palabras, tu mirada intensa, tu cabello despeinado, esa sonrisa tuya. Dime, ¿cómo podía resistirme a eso? ¿Cómo?
— Lo seré — no me resistí, caí en ti nuevamente.
Nos fuimos a tu habitación y allí pasó lo que ambos estábamos deseando en ese instante. ¿Excusas? Yo tenía muchas para justificar por qué permití que eso pasara, como que lo hice para que aliviaras tu estrés y te olvidaras de todo por un momento, para quizás mejorar tu ánimo, porque quería que fuera nuestra despedida o por la simple razón de que te deseaba demasiado. Sinceramente, no me importó mucho la causa, solo sabía que quería que sucediera y quizás por el hecho de que llevábamos muchos meses sin estar juntos, fue la razón por la que sentí que toqué el cielo contigo ese día.
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Obliviate | SKZ | LEE KNOW |
Fanfiction"Tus huellas se han convertido en una carga, en un virus doloroso, un virus incurable. Quiero olvidarte, pero tu imagen y voz están tan vivos en mí que, solo un mágico hechizo podría borrarte por completo. Por ahora solo me queda recoger mis tristes...