La Respuesta (Mi Decisión I) +21✔

24. ¿Cuál de ellos?

Abrí la puerta y me miraron de arriba a abajo. De repente se miraron entre ellos y se negaron con la cabeza.

No entendía que estaba pasando… ¿Vinculo mental de mellizos del que no estoy al tanto?

Además, era tan raro verlos devuelta. Es imposible yo lo sé, pero hasta se veían más altos.

Un segundo después David me miró con mucha bronca, me agarró del cuello y me apretó contra la puerta. Casi me levanta en el aire, pero quede de puntitas de pie intentando agarrar su mano para que me suelte.

Todo paso muy rápido, fue en un solo segundo.

No podía hablar, pero si le clave fuerte las uñas para que reaccione y me deje. Javier se asustó y lo agarró del brazo, para que me suelte. Pero no se movió y ahí si yo me asusté.

¿Qué pasa que no reacciona?

Todavía podía respirar un poco pero no me alcazaba.

¿Qué le hice que se puso así?

Sentía que después de ese momento todo pasaba en cámara lenta. David estaba muy agitado, y parecía querer decir algo, pero como que no podía, hasta que Javier se enojó y le gritó.

—BASTA, SOLTALA, DEJÁ QUE SE EXPLIQUE. —Yo no entendía nada y estaba temblando. Cuando me soltó caí al piso, cerré los ojos e intenté agarrarme las piernas para protegerme. Javier le siguió gritando a David y lo empezó a empujar —¿QUÉ TE PASA? ¿NO TE DAS CUENTA LO QUE HICISTE?

Yo seguía con los ojos cerrados y en el piso. Ahora me tapaba los oídos porque no los quería escuchar gritar. Quedé muy afectada y me hizo acordar a lo mal que la pasé en mi infancia.

Alguien dio dos golpecitos en el piso delante de mí, así que levanté la cabeza, para mirar... Era Javier, que se agachó, y había golpeado un par de veces el piso con su dedo índice. Me miró un poco apenado y me extendió su mano, para que la agarre. Dudé pero la agarré y él me levantó.

David estaba sentado en la mesa y ya no estaba tan agitado. Me di cuenta que arriba de la mesa estaba mi lista con sus pros y contra y fui corriendo a la mesa a sacarla, para que no la vean. Creo que cuando hice eso David se asustó y pensó que estaba corriendo a golpearlo. Cerró los ojos y se quedó quieto.

¿Enserio se iba a dejar golpear por mí? Tenía que haberlo golpeado... Lo tenía bien merecido, después de asustarme así.

Cuando no sintió ningún golpe abrió los ojos y me vió esconder mi papel detrás de mi.

Javier se había quedado atrás así que no lo podía ver. Hice un bollo mi papel, lo puse debajo de mi almohada y volví a la mesa. Javier me hizo señas para que me siente y quedé de frente a David.

—¿Qué cara*jo era eso que guardaste? —Preguntó David.

No le contesté y no tenía por qué. Este era mi hogar y él no era mi señor.

Que se aguante no tener respuesta, así se da cuenta como me sentía yo, cuando él no me contestaba y me ignoraba.

Javier nos agarró a los dos las manos que las teníamos como puños y en cualquier momento nos matábamos.

—Vamos a calmarnos y a no hacer nada estúpi*do.—Dijo Javier y en la última palabra lo miró a David, logrando que este resoplé.

—Laila no está entendiendo nada así que primero vamos a explicar y después vamos a recibir respuestas... David te fue a ver hoy al trabajo solo para que sepamos que estas bien, solo eso. Cuando llegó te vio hablando con un chico y este, según David, estaba muy cerca y te estaba tocando el pelo —¿Qué? UNA, una sola vez me tocó el pelo. Respiré y me quedé callada, porque tenía que haber más que eso. —Después vio que te subiste al auto de ese chico y te fuiste. Entonces me llamó enojado a contarme que ya nos habías olvidado y que tenías novio o que tal vez tenías novio desde antes de conocernos… —¿QUÉ? —Como no nos habías llamado decidimos venir para saber si era verdad y que no debíamos esperarte más. Pero cuando llegamos y vimos que tenías esos chupones —me señaló el hombro—, la cosa se calentó un poco, porque habíamos quedado en que ninguno de los dos te iba a marcar de esa manera, no hasta que aceptes ser nuestra... Por eso estábamos seguros que nosotros no fuimos. No te queríamos asustar solo queremos la verdad así los tres podemos seguir adelante.—Nos soltó las manos a mí y a David y se me quedaron mirando a buscar la respuesta.