VI

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Capítulo seis:

Jungkook terminaba de alistarse frente al espejo que tenía en su habitación, acababa de bañarse, ya se encontraba vestido y ahora estaba en el último detalle; ponerse bálsamo labial. Sentía una mirada fija en su nuca y sabía perfectamente de quien se trataba. Lo ponía algo nervioso, pero trataba de disimularlo.

Y gran parte de esos nervios eran también, porque era la primera vez que no usaba su capucha, dejando a la vista el pelo que le estaba creciendo, no lo tenía como antes, pero calvo no estaba. Lo pensó por mucho tiempo, ya que desde que canceló su tratamiento decidió ponerse capuchas y no quitárselas en frente de otros, pero hoy tuvo ganas de no usarlas y así lo hizo.

Taehyung se encontraba acostado en la cama del menor, siguiendo todos sus movimientos en silencio desde su lugar, con ambos brazos cruzados sobre su cabeza, sin decir nada. Sobre el cabello tampoco dijo o preguntó algo, sabía que si Jungkook lo mostraba ahora era por algo, y él no quería cagarla, así que quedó callado, observándolo. Nunca se cansaba de mirarlo y jamás lo haría.

El hecho de que Kim se hayara tirado en la cama de Jungkook se debía a un motivo; fue invitado a cenar y por supuesto que aceptó. Llegó relativamente temprano sólo para pasar un poco de tiempo con Jungkook antes de la cena, cosa que estaba haciendo. Lo esperó mientras el menor se fué a bañar, y ahora esperaba a que terminara de arreglarse.

En la casa ya le tenían mucha confianza. Namjoon y Seokjin no tenían problemas en aceptar que Taehyung pasara tiempo con ellos, es más, estaban encantados con su presencia, por lo tanto, ya era algo común ver a Taehyung entrar y salir de la casa de sus vecinos.

La mayoría del tiempo la pasaba con Jungkook, claro está, pero ya hubo veces en las que compartió desayunos y almuerzos con toda la familia. Se los ganó en menos de un mes. Entonces, se podría decir que Taehyung ya era parte de la familia.

—Linda camisa.

La voz ronca proveniente de la cama causó escalofríos en Jungkook. Paró un rato sus movimientos porque todo había sido de repente, dejándolo en blanco por varios segundos. Sacudió su cabeza, volviendo a la realidad, girandose para encarar a su vecino y sonreírle.

—Gracias —le respondió, un poco avergonzado también. Y sintió un calor subirle al rostro cuando Taehyung le guiñó un ojo, acompañado de una sonrisa pícara.

Maldito Taehyung y sus encantos.

Desvío la mirada, volviendo a centrarse en lo suyo. Los jeans de mezclilla que llevaba puestos le quedaban bien, con aberturas en las rodillas y un cinto negro en la cintura, acompañado de una camisa en un tonto amarillo. Se sentía cómodo y con eso le bastaba.

Y mentiría si dijera que Taehyung no estaba babeando.

No lo culpen, es hombre, y Jungkook estaba muy guapo, nadie podía negar eso, que le parezca lindo no era noticia para impactarse. Claro que le parecía lindo, incluso más que eso, pero eso sólo lo sabían su cerebro y él.

Y por otro lado Jungkook terminaba de acomodar sus cosas en el pequeño mueble con espejo delante de él, sintiéndose satisfecho por como se había vestido. Revisó que todo estuviera en su lugar, y cuando lo comprobó volvió a girarse, comenzando a prenderse los botones de la camisa.

Todo esto bajo la atenta mirada de Taehyung.

Tensión, era lo que mejor definía a esta situación. Si bien Jungkook no hablaba y no lo miraba, sentía perfectamente la tensión que se estaba generando, y realmente, eso le daba miedo. Él y Taehyung eran amigos. Sólo amigos y así sería para siempre. Y lo tenía claro, pero era imposible tratar de evitar el peso en el aire que se sentía. Escuchó a Taehyung carraspear, e incluso lo sintió salir de su cama, en silencio, parándose enfrente de él.

Leucemia | KTH + JJK ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora