XXIII

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Capitulo veintitrés:

Era el último día que tenían juntos y lo estaban disfrutando al máximo. Tenían la casa solo para ellos dos, claro, con sus cachorros, pero como estos no eran para nada molestos, era como si estuvieran solos.

Taehyung se iría en unas cuentas horas más, queria disfrutar con su novio el poco tiempo que le quedaba antes de que viajara rumbo a la casa de sus padres, las semanas que estuviera allá no serían para nada fáciles y él lo sabía perfectamente, porque de algún modo sentía que las cosas saldrían de control y eso lo tenía algo preocupado.

De todos modos trataba de no prestarle tanta atención ya que estaba compartiendo tiempo con su lindo novio y no quería que eso se arruinara por sus inseguridades. Porque Taehyung tenía muchas inseguridades en relación a este tema que le surgió, era culpa más que nada, aunque no era culpable de nada él sentía que si. Es entonces cuando trataba de darle freno a esos pensamientos, porque solo lo ponían mal, y si se ponía así seguramente Jungkook se preocuparía y él no quería eso.

Su cabeza le jugaba en contra y siempre le terminaba ganando.

Entonces no. Decidió alejar esas malas vibras y concentrarse en el hermoso ángel que tenía en frente de él, su novio.

—Amor. —lo llamó Jungkook, y el rizado le asintió en seguida para que siguiera. —¿Están ricas? ¿Salieron bien? —finalizó notando su preocupación.

Pero Taehyung le sonrió para hacerle saber que no debía preocuparse para nada, porque Jungkook hacia las mejores galletas del mundo y tenía muchas pruebas sobre eso.

—Están deliciosas, bebé. Cocinas de maravilla. —le sonrió, baboso de amor.

—Gracias. Me alegro que te gusten. —respondió y sonrió Jungkook de igual manera.

Y así prosiguió su tarde.

Planearon una merienda para ellos solos, como mencioné tenían la casa sola y como hace mucho que no merendaban juntos, decidieron hacer galletas y té para acompañar. Todo esto en el jardín trasero de la casa del menor, en el cual los perritos jugaban contentos mientras los muchachos compartían la rica merienda.

La idea de ver películas ya la descartaban, porque mayormente hacían eso entonces ya no les daba gana. Tampoco tenían ganas de salir a algún lado y menos temprano, por lo que en la noche irían a caminar por el parque para pasar otro ratito juntos. La merienda fue algo que surgió de repente y ambos aceptaron, terminando irían a su paseo por el parque acompañados de la hermosa luna y las brillantes estrellas que tanto amaban ver y disfrutar.

Ni hablar de lo bien que se sentían.

Se disfrutaban el uno al otro de una manera hermosa, y no paraban de sonreír al saber que se tenían y se amaban. Taehyung y Jungkook eran de esas parejas que no necesitaban de mucho para ser felices y pasarla bien. Lo material quedaba en un plano totalmente secundario y con solo estar abrazados en la cama dándose cariños ya era suficiente. Porque sus momentos siempre serían así de lindos, hagan lo que hagan, planeado o no, siempre terminaban a gusto.

—¿Tus papás regresarán tarde? —retomó la conversación el rizado.

Jungkook dio un sorbo a su té y luego respondió.

—Realmente no lo sé, ¿por qué?

—¿Si llegan y nosotros no estamos? No hay que preocuparlos. —mencionó.

El menor le sonrió.

—Les avise que saldría contigo antes de que se fueran, tranquilo. Si llegan y no estoy no se preocuparan. —le respondió sin problemas.

Leucemia | KTH + JJK ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora