Omega Dominante // Stony [Pausada]

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La sangre brotaba de su labio sin parar, aquel mordisco había sido demasiado fuerte, pero mientras que el castaño sé quejaba y evitaba que la sangre, y el labio, salieran de su boca, Steve lo sostenía de la cintura con cierta posesividad manteniendo sus cuerpos cerca con una sonrisa ladina y victoriosa, buscando besar y morder el labio ajeno, sintiendo su  intenso, y a veces empalagoso, aroma.

En un rápido movimiento, Tony soltó un golpe dirigido al rostro del Alpha, aparentemente había usado demasiada fuerza, algo que no le disgustaba, pues, cuando el rubio recibió el golpe, sé separó automáticamente sosteniendo su mandíbula para luego recibir una patada en su entrepierna y un puñetazo final en su rostro nuevamente tumbandolo al piso.

— Eres un inútil y un desgraciado Rogers. – soltó el Omega con cierto odio mirando al contrario desee arriba con algo de asco sosteniéndose el labio y agradeciendo que no halla alcanzado a dejar algún tipo de marcas en su cuello.

— Y t-tú eres una simple puta, e-eres muy poco para mí.

Dijo el Alpha con la intención de insultar el ego y ofender al castaño, quien le soltó una última patada en la cara para salir de aquél lugar susurrando un simple "Imbécil"

A pesar de haber recibido varios golpes, y tener sangre en su cara, había cumplido con su cometido, ofender a aquel joven y lastimar su ego.

Con algo de dificultad se puso de pié, aún cubriendo su miembro con las manos, para luego sobar un poco su cara moviendo la mandíbula nuevamente con una mano mientras se sostenía el estómago con la otra.

— Maldito Omega... Lo marcaría sólo por arruinarle la vida.

Murmuro con un gruñido para luego pensar en aquella idea sentándose en la cama cerca suyo.

¿Cómo se comportaría aquel castaño en celo? Sabía que su olor se intensificaría, y que, probablemente, sería un fácil y un regalado, pero, después de todo, era un Dominante, no sabía cómo reaccionaría.

— No me disgusta la idea~

Volvió a hablar para imaginarse a aquel Omega, pidiendo ser tomado, mandando a la mierda esa dominancia Y pidiendo por cierta "atención" Con su exquisito aroma, y su hermoso cuerpo...

Sintió como su pantalón empezaba a apretar un poco, sólo entonces abrió los ojos y miró para abajo, notando que tenía una creciente erección, cayendo en cuenta de algo.

— ¿¡Pero en qué mierda estoy pensando!? – sé reclamó así mismo en un grito al darse cuenta de eso para gruñir. — Maldito Omega...

Maldijo nuevamente para cerrar la puerta con candado entre suspiros y maldiciones acostándose en la cama, agradecía que fuera la habitación de Tony, pues su aroma seguía por ahí.

Primeramente de quitó su correa para luego empezar a desabrochar su pantalón bajando los hasta las rodillas junto al boxer, soltando un suspiro aliviado al liberar su erección.

Entre gruñidos y maldiciones agarró la almohada que estaba en su cabeza para ponerla en su rostro con cuidado cerrando los ojos y sintiendo el aroma, bajando su mano hasta su falo, empezando a subir y bajar ésta por toda la extensión, imaginando que era la mano de Tony la que estimulaba su miembro.

Se mantuvo en silencio simplemente soltando algunos suspiros y jadeos, secando accidentalmente algo de su sangre con aquella almohada, a la cual le gruñia, deseando qué fuera aquel maldito Omega.

Era la primera vez, al menos la primera vez que él recordaba, que conocía a un Omega, que tenía a uno cerca, y era, por ende, la primera vez que uno lo retaba, sabía que era normal que se sintiera sexualmente atraído por él, pues a penas lo descubrió y entendió varias cosas, cómo lo dulce y a veces atrayente de su aroma, y aunque éste puede ser algo hostigante o molesto cuando es de tequila intenso, le sigue llamando la atención.

En esos momentos agradecía que Tony tuviera una habitación con una buena puerta, y no viviera en una carpa igual que los demás, porque, de otra manera, cualquiera hubiera podido verlo o escucharlo en medio de aquel acto.

Después de "darse placer" A sí mismo por varios minutos y acabar sobre su propio abdomen, se limpió, se puso de pie y se dispuso a irse como sí nada hubiera sucedido.

→→→→→ Mientras tanto ←←←←←

El castaño caminaba desesperadamente, o más bien, corría, intentando escapar, intentando llegar a un lugar que pudiera considerar seguro para sí mismo, pero se dió cuenta de la estupidez que estaba haciendo, cayendo en sus absurdos instintos de miedo buscando seguridad.

¿¡Qué dirían sí lo vieran escapando!? En especial de ése soquete... Maldición, sería la burla de todos.

Respiró profundamente deteniendo su caminar en medio del bosque, cerrando sus ojos para relajarse y pensar bien.

— De acuerdo Tony, volverás ahí, y si te encuentras a ese bastardo, le harás saber lo que vales y que no le tienes miedo, porque no lo haces

Se animó a sí mismo pensando un poco las cosas, para volver a caminar con un porte elegante, y algo intimidante, de vuelta al campamento.

Cuando iba de camino a su habitación, pudo notar que aquel olora sangre se intensificaba cada vez más, existía la posibilidad de que el Capitán siguiera en aquel lugar, p e o, cuando entró, se llevó con una gran sorpresa, no había nadie, sólo perdurará el intenso aroma de Steve mezclándose un poco con el suyo, que, para dormir ahí, a duras penas se notaba.

— Mierda, sí me duermo aquí es probable que me desmaye o que no despierte...

Susurró tapándose la nariz para entrar y prender su ventilador mientras echaba algo de perfume por el lugar, intentando cubrir o deshacerse por completo del aroma del Alpha, pero parecía que nada de eso funcionaba, de todas días, siempre le recordaban que el olor de un Alpha perdurará por días.

Entre murmuros y maldiciones,Antuco las ventanas abiertas y el ventilador prendido toda la noche, intentando no ahogarse, aunque, sinceramente, se veía tentadora la idea de morir así... ¡No! Él no era tan débil.

Cuando se acostó en su cama, notó qué ésta también tenía aquel intenso aroma, en especial su almohada, ¿qué carajos hizo ése tipo en su habitación?

— Mañana me las pagarás Rogers...

Maldijo una última vez vertiendo agua y perfume a su almohada para, poco después y con algo de dificultad, caer dormido.