Capítulo X: Reflexiones

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Dazai inhalo de manera profunda saturando el aire en sus pulmones un momento, exhalando con pesadez unos segundos después. Su cuerpo se encontraba recargando en el marco de la ventana observando la caída del atardecer, no obstante, su mente continuaba vagando en el recuerdo de cierto pelirrojo.

El beso con Chuuya había sido la acción menos esperada del itinerario de esa noche, sin embargo, había ocurrido y lo había disfrutado, demasiado como para perturbar la tranquilidad de su cabeza. Siendo totalmente honesto, Chuuya hace rato había empezado a rondar en su mente, en principio acuño el asunto a la diversión que le causaba molestar al chico, pero, desde hace un tiempo, la opresión en su pecho cuando escuchaba al pelirrojo hablar de su madre, o la ira que siento cuando supo que peleaba para una maldita pandilla aprovechada, era algo impropio de él.

Chuuya afloraba cientos de emociones en su ser, desde enfado, frustración y diversión, hasta empatía, cariño y pasión. «Estoy jodido», concluyó para sí mismo, además de Oda y Ango su cariño jamás fue dirigido hacia otras personas, y el problema ahora con el pelirrojo de por medio, es que sabía que para ninguno de los dos bastaría con quedar solo como amigos. Esa mañana, cuando ambos despertaron alrededor de los 9, como temió, las cosas se volvieron incomodas, se despidieron atropelladamente con la promesa de hablar de todo el lunes, entonces, ¿qué le diría Chuuya exactamente? Aún más importante, ¿qué respondería él si el muchacho se declaraba?

Inicialmente, la parte de él que se detestaba y odiaba pensó en no anteponer lo que sentía de ninguna manera, ya que si lo hacía, terminaría por joder su vida y la del pelirrojo, pero ¿realmente podría hacerlo? Si algo comprendía del amor era que este era egoísta, aunque el resto del mundo lo negara. Si amas algo lo quieres junto a ti, así de fácil, y si al final no se puede, dices entonces que el amor es sacrificio y dejar ir. «Mierda», maldijo por tercera vez en esa tarde.

Desesperado se alejó del marco de la ventana, tomo el teléfono que reposaba en su cómoda y busco el contacto de la persona que sabía, le tendría una respuesta. Tres toques fueron los necesario para que contestaran al otro lado de la línea.

— Hola Dazai, me sorprende que llames ¿sucede algo? – pregunto sin rodeos la apacible voz al otro lado de la línea.

— ¡Odasaku! – sonó animado el castaño. – ¿Acaso tiene que ocurrir algo para que llame a mi mejor amigo?

— Sabes que no- respondió dulce la voz del joven, - es solo que sueles escribir en lugar de llamar, eso es todo.

— Lo sé- suspiro Dazai echándose a la cama- pero ya extrañaba tu voz.

— ¿Seguro qué está todo bien Dazai? ¿Acaso supiste algo de ellos o...

— No Oda- le interrumpió firme el castaño. - ¿Sabes? – preguntó más sereno- ya se acercan las vacaciones de verano y Mori dejara que vaya a visitarlos una semana a Tokio, ¿no es eso genial?

— Claro que sí, con Ango nos encargaremos de darte un recorrido por los mejores lugares de la ciudad.

— ¿Y dónde está Ango ahora que lo mencionas...?

— Ocupado- comentó cabizbajo Oda- y muy estresado, desde la mañana salió por un proyecto grupal. Estoy esperando que llame para ir a buscarlo.

— Creo que las cosas no han cambiado mucho- se burló Dazai recordando al Ango que solía ver colapsando cada semana de exámenes. - ¿Así que lo estas esperando? Eso suena como si fueran una pareja o algo así. – Molesto ingenuo.

— ¿Y si lo fuéramos? - se atrevió a preguntar Oda inseguro.

— ¿De qué estás hablando? ¿Es esa una clase de confesión? - le cuestiono a su amigo quedando sentado en la cama.

— Se suponía que te lo diríamos a fin de año.

— ¿Iban a esperar tanto? – comentó molesto- ¿Cuánto tiempo llevan juntos?

— No estoy seguro, no es como si lleváramos la cuenta.

— ¡ODA!

— Casi cumplimos un año.

— Eso es mucho ¿acaso no confían en mí? - soltó decepcionado Dazai.

— Por supuesto que no- contesto de inmediato Oda, - realmente todo fue tan nuevo para nosotros que no sabíamos cómo actuar. Además, los padres de Ango no lo saben aún, ya sabes cómo son...

— Intentarán matarte cuando sepan que le pusiste las manos a su hijo.

— Eso no me alivia Dazai.

— Y no era mi intención- aclaro Dazai- pero creo que solo por eso puedo perdonarlos. – Puntualizo antes de añadir interesado - ¿Y cuándo supiste qué estabas enamorado? Realmente enamorado de Ango.

— Déjame pensar- suspiro reflexivo el muchacho. – Creo que los sabes después del primer beso, cuando sabes que no solo tu cuerpo se sintió satisfecho por el contacto, sino tu corazón también.

— Maldición- masculló Dazai levantando dudas en su amigo.

— Dazai, ¿a ti te gusta alguien? – le cuestiono cuidadoso.

— Oda- contestó derrotado el castaño- tenías razón, no llamaba únicamente para saber cómo estabas... Me gusta un chico- repuso nervioso.

— Oh, eso suena maravilloso. – Sonrió conmovido por la sinceridad Oda. – ¿Y cómo es él?- se atrevió a preguntar. 

— Es la persona más baja que podrás conocer en tu vida, sumamente fácil de enfadar. – Recordó feliz Dazai. - Pero también es un excelente luchador, es demasiado leal y considerado para mi gusto, pero supongo que por tratarse de él está bien. Se llama Chuuya.

— Chuuya- repitió pensativo al otro lado de la línea Oda- suena como el tipo de persona que evitarías para una relación, pero aun así estás enamorado.

— ... ¿no es muy precipitado decir eso?

— A mi parece que no.

— Odasaku, esto no pudo haberme pasado a mí.

— Dazai- intervino dulce Oda, - tienes derecho a sentirte así, a querer vivir, a buscar el tacto de otro ser humano, a querer y dejar que te quieran. Por mucho daño que nos hagan la última palabra sobre nuestras vidas la tenemos nosotros, no es lo que te hicieron, es lo que decides hacer con eso que te hicieron. Sé que no es fácil- explicó- claro que no, después de sentirte roto y desolado cualquier cosa que se sienta mínimamente buena parece una trampa, pero dime, ¿crees que ese chico sea capaz de dañarte sin detenerse a pensar un minuto en ti? No digo que nunca vayan a tener problemas y que todo saldrá bien, pero Chuuya no sueña como una mala persona.

— Claro que no, y ese es el maldito problema- soltó abrumado. - Chuuya es demasiado bueno para mí, si fuera un hombre como tú probablemente no dudaría ni tres segundos en pedirle matrimonio de una vez, pero me conozco y se la mierda que puedo llegar a ser y causar.

— Dazai, no puedes quedarte enfrascado en tus miedos ¿Por qué creer necesariamente que todo acabara mal? Si le quieres los sentimientos de cuidarlo, acompañarlo y apoyarlo estarán antes que nada- le animo Oda-.

— Agh... no lo sé Oda.

— Dazai- le hablo sereno el joven - si decides no hacer nada lo mejor será alejarte definitivamente de Chuuya. No hay otra opción.

— ...

— ¿Daza? ¿Sigues ahí?

— ... sí.

— No quise sonar duro es...

— Lo entiendo - lo detuvo Dazai - gracias por el consejo.

— Tú tienes la última palabra ¿sí?

— Lo siento, ya debo irme, Mori me está llamando para cenar- le cortó sin más. 




Nota:

El capítulo salió algo pequeño pero no quería dejar de actualizar. Muchas gracias en serio por leer la historia ❤❤❤

Zurcir [Soukoku]Where stories live. Discover now