29; Calidez en el frío.

2.5K 275 12
                                    


NARRADOR OMNISCIENTE.

—¿Lisa? ¿Estás bien? ¿Qué sucedió?

Los presentes alzaron la cabeza en cuanto escucharon a Bambam.

El tailandés había recibido una llamada en medio de su pequeña reunión de navidad y era de Lisa, quien había salido media hora antes.

Jungkook se incorporó en cuanto escuchó el tono preocupado y alterado de su amigo, sabiendo que se trataba de algo serio y tenía que ver con Lisa.

—¿Dónde estás?—Preguntó.

Pero, ella estaba tan golpeada que parecía estar inconsciente. No podía hablar y el frío del suelo contra su cuerpo no le permitía mover ni un sólo pelo.

—No lo sé.— Dijo con la voz temblorosa, después de obligarse a hablar.—Te juro que me duele mucho, por favor ven.—Pidió con la voz temblorosa.

Y, aquello sólo hizo que Bambam se preocupara aún más. Nunca había escuchado a Lisa tan angustiada y desesperada.

No dudó ni dos segundos en levantarse, sin decir nada y dejando a todos con el corazón en la boca. Pero, Jungkook no se quedaría como si nada si sabía que a Lisa le estaba pasando algo. Antes de que su amigo saliera por la puerta, alcanzó a agarrar su antebrazo, parandolo.

—¿Qué pasó?—Fue lo primero que pensó.

Bambam dudó en responderle y las respiraciones flojas que escuchaba de Lisa a través de la llamada le ponían los pelos de punta. Miró a Jungkook, notando cómo la preocupación brillaba en sus ojos y sabía que ella lo necesitaría.

Lisa necesita a Jungkook más que nunca.

—Tú ven conmigo.—Fue lo único que dijo, para después salir sabiendo que Jungkook iría detrás de él.

Bambam dejó toda una reunión que había planeado y a sus amigos abandonados, pero ahora su prioridad era encontrar a Lisa y saber que estuviese bien.

—Lisa.—Le llamó, ya que después de estar caminando no había escuchado más de ella.—Necesito que me digas dónde estás exactamente, te estamos buscando.—Dijo fuerte y claro.

Jungkook no sabía que pasaba, pero el tono de Bambam lo asustaba y preocupaba más de la cuenta. Miraba por todos lados, las calles llenas de nieve y el frío todavía calaba sus huesos incluso bajo ese abrigo grande pero, ya no sabía si era la temperatura o el miedo electrizante que le provocaba la idea de Lisa en un mal estado.

—Es un callejón.—Respondió la tailandesa con la voz entrecortada. Ya no podía sentir los brazos y luchaba por no cerrar los ojos.

— Un callejón. —Repitió Bambam, miró de reojo a Jungkook que con un asentimiento empezó a caminar más rápido a la par.— Hay varios por aquí, deberíamos separarnos.—Le dijo.

—Debes estar pendiente a tu teléfono y llámame si sucede algo, por favor.

Bambam asintió y se cue hacia la izquierda, mientras que Jungkook trotaba hacia la derecha.

Se alarmó cuando de nuevo, empezó a nevar. Cada vez estaba más frío y no quería imaginarse en qué condiciones se encontraría a Lisa, se le arrugaba el corazón.

Incluso después de todo lo que ha pasado entre ellos dos esos días, Jungkook no podía negar o dejar de lado cuánto amaba a Lisa, cuánto significaba para él y la sola idea de que algo pueda estar pasandole, le aprieta el alma y le humedece los ojos.

Pensar que la está pasando mal y él no estuvo allí, se quedaba en un sentimiento de frustración.

—¡Lisa!—Empezó a llamarle, y ya no le importó que lo escucharan, Jungkook estaba desesperado.—¡Lisa!—Gritó de nuevo, sintiendo los copos de nieve caer en su cara.

Caminó por cada andén, yendo por lo que creía podría ser un callejón, pero nunca daba con ella. Todo se quedaba en un tal vez, no la encontraba.

Las manos que tenía enfundadas con los guantes gruesos y cálidos le temblaban, pero estaba seguro de que no sólo era por la nieve.

A lo lejos vio un pequeño callejón, uno que no había visto. Se apresuró a cruzar la calle, parando un par de carros en el proceso y ganándose un par de insultos por meterse en el camino de esa manera.

—¡Lisa!—Gritó cuando llegó.

Estaba oscuro, pero eso no le impidió ver su cuerpo envuelto por un abrigo, en el suelo, medio inconsciente y con diversas contusiones en su rostro.

Jungkook sintió que el mundo se le cayó encima cuando vio esa imagen, sintió que podía caer allí mismo un rayo y partirlo en mil pedazos, porque tal vez eso no le dolería tanto como la imagen frente a él lo está haciendo.

Tomó una fuerte respiración y pasó saliva, acercándose rápidamente.

Tenía miedo de tocarla o de siquiera moverla, se veía tan frágil que Jungkook tenía miedo de lastimarla.

—Lisa...—Susurró con la voz entrecortada ya hora que estaba más cerca y podía ver su rostro mejor, se sintió llorar cuando vio su estado.—Mi Lisa.—Repitió, su voz rompiéndose al final.

Le quitó unos cuantos cabellos de la cara y notó como su labios inferior temblaba, junto con todo su cuerpo.

—Jungkook...—Dijo bajito, sin abrir los ojos.—Lo siento.

Jungkook frunció el ceño, sin entender a qué se refería.

—¿Por qué lo sientes?—Preguntó.

—Yo arruiné todo, de nuevo arruiné todo lo que pasaba entre nosotros y lo siento mucho.—Dijo con las lágrimas calientes brotando por sus ojos.—Si algo me pasa hoy, no quiero irme de aquí sabiendo que estamos mal, por favor perdóname, Kook.

Jungkook la miraba con los ojos húmedos, y ya no le importó ser cuidadoso, tomó su cuerpo frío y débil entre sus brazos.

Juntó sus cuerpos todo lo que pudo hasta poder oler su esencia. Evitó tocar mucho su espalda, ya que escuchó cómo soltó un quejido cuando la tocó levemente.

—Perdóname. —Sollozo en su pecho, aferrándose a él con la poca fuerza que le quedaba.—Yo te amo, Jungkook. Por favor, perdóname.

Jungkook cerró los ojos, dejando que las lágrimas que tanto había retenido, cayeran sin más. Acarició su cabello y la pegó aún más.

— Ya no digas eso.—Le pidió con la voz entrecortada.—Ya no, ya no más. Estamos aquí. Estoy aquí y no me iré nunca más, lo prometo.—Agregó.

Y Lisa se fundió en ese abrazo, el frío que había sentido todo ese tiempo parecía desvanecerse por unos segundos cuando estaba piel a piel con Jungkook.

De nuevo, tenía a su persona.

El contrato » lizkook (1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora