Capítulo 2: Campo

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Dedicado a ElyWilliams por la palabra que ha dado nombre a este capítulo

El aroma del óxido y hierro fue sustituido por uno más fresco y natural inundando sus fosas nasales. No era intenso pero la sutileza lo hacía más agradable. Podía distinguir que el perfume de la camomila predominaba respecto al de hierba recién cortada. Era como sentarse en un claro de bosque en la noche. No comprendía por qué pero sabía que la luna brillaba. Sentía, sin verlo, que el cielo era negro, profundo. No había sol. Se preguntó cómo podía saberlo si sólo era un aroma.

De pronto, cogió una bocanada de aire como si necesitará respirar después de estar nadando. Unos pitidos incesantes y robóticos procedentes de un aparato al cual se encontraba conectado se aceleraron. Fue entonces que una voz lo arrastró como una ola antes de salir de aquel mar en el que se encontraba.

—Ya está aquí, señor Yamazaki. —era suave y amable, varonil.

Su corazón acelerado casi se detuvo al ver el ser casi mágico parado frente a él. Era blanco y puro y su pelo dorado como el trigo antes de la cosecha. Sus ojos eran verdes resplandecientes como la primavera. Su rostro era el más impecable e inocente que había visto jamás, pero hacía contraste con su gran porte y musculatura. Una criatura así sólo podía tratarse de un ángel. Al fin, venían en su búsqueda. Ya no vagaría más entre auras y luces iridiscentes.

Creía, pues su vista se volvió nítida y distinguió una bata en lugar de una túnica blanca en la tenue luz. Frunció el ceño confuso.

—Comunicaré a sus familiares cuando se halle con fuerzas. De momento, descanse hasta el alba. —habló dulce y amable, aunque un tanto extraño. Fue consciente de la oscuridad tras la ventana.

El médico dio media vuelta con intención de marcharse pero Sousuke lo detuvo:

—¿Qué me ha pasado?

El muchacho que tendría apenas su edad, mostró una mueca compasiva.

—Le arrollaron.

Sousuke se frotó la sien. Lo recordaba perfectamente. El tráfico, el ambiente ceniza de la ciudad, sentir que era golpeado, dolor y sangre. En su pecho... Recordaba sentir que su vida se hacía pedazos y pensar que no volvería.

—No, quiero decir, ¿por qué sigo vivo?

La imagen de su torso brotando como un gran clavel, floreciendo, atravesado por un pedazo de carrocería.

Debería estar muerto.

El pensamiento le produjo un escalofrío.

El doctor alzó las cejas con mueca de asombro. Sin embargo, en seguida cambio su gesto por una risa suave que reconfortó a Sousuke al punto de tranquilizarlo. Si el tiempo se hubiera detenido en ese mismo instante, a él no le hubiera importado. El sonido de la pequeña carcajada le llenó el pecho de una inesperada satisfacción, el estómago de mariposas. Tragó saliva y miró a otro lado evitando el cautivador rostro del joven doctor.

—No era su hora, señor Yamazaki. —acabó por contestar tras pensarlo.

Hizo una reverencia antes de salir del cuarto dejando una gran ausencia. Sousuke frotó su frente de nuevo. Seguramente se había golpeado muy fuerte en la cabeza. No podía haber nadie tan hermoso en la tierra.

... 🖤🤍...🤍💙...

—Mamá. Papá. —saludó.

Había dormido por toda la noche como el médico le había aconsejado. Aún sospechaba que la visita que había tenido en la noche al despertar no era real, sino que se trataba de un mensajero de Dios. Y si así era, lo mejor era dejarse guiar.

Enamorando al Doctor [Free!] [MakoSou / SouMako] Where stories live. Discover now