Serenata azul

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Varios días pasaron. Poco cada vez dormía mejor y despertaba con mas ánimo por alguna razón que incluso él desconocía. Éste estaba ansioso por ir al bar y hablar con sus amigos. Sin embargo, tenía muchas mas ganas de tocar su guitarra junto a Piper de nuevo. Claro... sin calaveras con sangre esta vez.
Mientras iba a la cantina, Poco se encontró con Colt y Shelly.

Shelly: ¡Hola, Poco! Vamos con Barley. ¿Vienes?

Poco: Por supuesto. Tocaré de nuevo mi guitarra para el público. Además lo haré junto a Piper.

Colt: ¡Perfecto! La última vez lo hicieron muy bien. Estoy seguro de que hoy también será así.

Los tres llegaron al bar y observaron el lugar. Habían varios brawlers, muchas risas y conversaciones. Barley cumplía las ordenes de los clientes mientras recibía a Poco, Colt y Shelly.
Todo sucedía como todos los días.

Piper: ¡hey, Poco!

El esqueleto miró hacia Piper, quien lo estaba saludando sentada en una mesa desde lo lejos.

Poco: Hola. Tocamos en el mismo horario de antes, ¿cierto?

Piper: Exactamente. Quedan unos veinte minutos. Mientras tanto podríamos comer algo. ¿Qué te parece?

Poco: Buena idea. La verdad me olvidé de desayunar por la emoción de querer tocar.

Piper soltó una pequeña risa, de la cual Poco ésta vez respondió con una sonrisa. La chica se sentía bastante enamorada del mariachi. Éste último se dió cuenta desde hace días, pero no gracias a las típicas señales de amor. Realmente lo supo gracias a su poder. Poco sabía todo lo que ella sentía. Solamente con rozar las cuerdas de su guitarra se daba cuenta. Piper también se había enterado de que Poco conocía sus sentimientos, ya que, como el mariachi ya sabe, ella entiende su música. Sin embargo, eso no le impidió a ella seguir actuando como una chica enamorada.
Ambos ordenaron comida y conversaron sobre música, hasta que llegó la hora de subir al escenario.

Piper y Poco se prepararon. El esqueleto tomó su guitarra y miró a su compañera antes de comenzar a tocar. La coordinación entre los dos no faltó. La magia que bailaba en cada movimiento del dedo muerto del mariachi daba vida al hueso de amor que Piper hizo flotar sobre el sombrero del sentimiento.
Ambos terminaron de tocar y cantar, inundando el lugar con su música, su poder, su amor.
Todos los brawlers aplaudieron a Piper y Poco, los cuales agradecieron al público y bajaron del escenario, dejando caer mas pintura musical por fuera de la máscara del espectáculo.

Piper: ¡Estuvo increíble!. Debemos tocar mas a menudo.

Poco: ¡Si, lo hicimos muy bien!

Ambos se fueron del bar. Decidieron ir al lugar lleno de pasto, en donde Poco habló acerca de la calavera con sangre que Piper vio.
Ninguno le habló al otro en el camino. La música que el mariachi tocó era suficiente... suficiente para que el verde que atrapaba el cielo llenara de gotas las hojas... las gotas que solo ellos veían.

Poco X Piper - Notas lluviosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora