Diabolic Lovers

Capitulo 16: kamisama

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Antes de nada quiero explicar para los que no saben lo que significa "kamisama". Kamisama    significa "Dios" en Japones.                                                                                                                                        

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Me levanté sobresaltada. ¿En el cielo?

- ¿Por qué no me despertaste cuando llegamos? - Le pregunté con un tono de reproche.

- Por que estabas muy cansada. Dios me dijo que cuando despertaras fuéramos a verle. Si quieres te puedo dar un poco de ropa mia.

- ¿¡QUE?! Oh no no no, no hace falta - La idea de llevar puesta la ropa de Chan me ponía nerviosa

- ¡Toma, póntela! - dijo riendo y tirandome la camiseta en la cara.

El olor de la camiseta se me quedó impregnada en las nariz. Ese olor...me traia tantos recuerdos. Abrí los ojos y vi a Chan mirándome con una expresión la cual no podía leer. Chan torció la boca con una expresión linda y graciosa a lo que respondí con una carcajada. Al final acabamos riéndonos los dos. Chan se levantó y se acercó a mí, extendió su mano hacia mi.

- ¿Vamos? - me preguntó con una sonrisa. Asentí con la cabeza y entrelace mis dedos con los suyos. Tiró de mí suavemente y empezamos a caminar.

Llegamos a un bosque blanco, todo en él era de un blanco luminoso, las flores, los árboles, los animales. Un pájaro revoloteó alrededor nuestro y acabó posándose en mi hombro. Acaricié las alas del hermoso pajarito, que me respondió con un gorjeo. Noté un pequeño tirón en mi mano. Asentí y Chan y yo seguimos caminando hasta llegar a un enorme claro. Lo primero que pude notar fue una enorme luz blanca, era más luminosa que cualquier otra cosa de aquella tierra, tenía algo, no se el qué pero algo me decía que estaba frente al dueño de aquellas tierras, frente al mismísimo Dios. A cada lado de la luz había 5 arcos, un tanto elevados del suelo. En cada uno de los arcos había un pequeño letrero. Me acerqué al arco más cercano y leí lo que ponía en el letrero; en el letrero ponía "Hanna". Siguiendo mi lógica, y por algún motivo también a mi corazón, me gire hacia el primer letrero empezando por la derecha. Al ver que no ponía lo que tenía en mente, corrí hacia los demás arcos y comprobé uno a uno los nombres.

- ¡Chan! ¿Por que tu nombre no aparece en ninguno de los letreros? - Dije algo desesperada. No quería sonar así pero realmente sabía que aquello era mi culpa.

- Parece que ya te diste cuenta - dijo algo apenado

- ¡Contestame! - las lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas.

- Yo antes estaba ahí - dijo señalando el primer arco - pero te conocí, me enamoré. Cuando tu padre mató a alguno de los ángeles y te llevó de vuelta al infierno yo fui tras él y traicione a Dios. ¡Pero no pasa nada! - Dijo esto último con voz alegre, despreocupada. Pero se notaba que aquello le dolía, que estaba realmente arrepentido de lo que hizo. Se acercó a mí con una sonrisa y me acarició el pelo - Pero no te preocupes, todo estará bien.

- Bienvenida de nuevo Nabi, me alegro de verte otra vez. - Dijo una voz. Era una voz profunda que venía del interior de la luz. Al oír la voz me sobresalté pero me relajé al notar los brazos de Chan alrededor de mi cintura.

Por alguna razón sentí la necesidad de mostrarle mi gratitud así que me arrodille ante él.

- Levántate. No hace falta que hagas eso - Me levanté y me acerque a él.

- ¿Qué pasará ahora que estoy aquí?