MALICIA #2

10 Me temo que me viciaré mucho a ti

Hola amores! Ya está disponible el capítulo 10. ❤️

Después de tantos capítulos sin contenido sexual por fin puedo decir con orgullo:

ADVERTENCIA: ESTE CAPÍTULO CONTIENE CONTENIDO SEXUAL EXPLÍCITO Y SE RECOMIENDA DISCRECIÓN.

Jason aferró sus manos a los muslos de la muchacha y la alzó estampándola contra la puerta principal sin dejar de devorarle los labios. Había pasado tanto tiempo desde aquella sensación indescriptible que era incapaz de parar.

—¿A qué te refieres? —preguntó Jason con la voz agitada incapaz de despegarse de los labios de la muchacha.

—Hazme olvidar de todo esta noche —musitó Roxy chocando suavemente su frente contra la de Jason —, hoy te necesito más que nunca y quiero ser tuya.

Jason sabía que se encontraba débil por la situación de su padre, pero maldita sea, no era lo suficientemente caballeroso para dejar pasar aquella oportunidad.

Jason siguió devorándole los labios mientras se iba dirigiendo con pasos torpes hacia su habitación. La depositó suavemente encima de la cama y se le quedó mirando de pies a cabeza. Le rompía el corazón verla de aquella forma, pero no sabía si estaba haciendo lo correcto, suspiró frotándose el cabello con desesperación.

Dio un paso lejos de la cama con temor a caer en la tentación.

—No me puedo aprovechar de tu situación Roxy —masculló Jason viendo el aspecto derrotado de la muchacha —, y créeme, estoy haciendo un esfuerzo descomunal para controlarme.

Roxy sabía que decía aquellas palabras porque le tenía cariño y por miedo a que sintiera rencor hacia él por aprovecharse de la situación. Pero nunca había estado tan despierta en toda su vida. Finalmente se incorporó y se puso a horcajadas encima de la cama, alzó los brazos en la dirección de Jason y le miró con súplica.

—Ven a la cama —murmuró Roxy con una voz ronca y con un toque de vergüenza.

—No me tientes Roxy —masculló Jason dando vueltas por la habitación como si eso le ayudaría a pensar mejor las cosas.

Roxy se levantó lentamente de la cama, se acercó con cautela hacia el muchacho y acarició su mejilla. Jason cerró los ojos disfrutando del toque de aquella mano suave. Cuatro meses, cuatro malditos meses llevaba sin probar aquellos labios que le perseguían en sus sueños.

—Si en cualquier momento cambias de opinión no dudes en pararme —masculló Jason observando cómo Roxy le miraba con aquellos ojos cristalizados y las mejillas sonrojadas.

Roxy volvió a dirigirse hacia la cama y le dedicó una mirada cautivadora que enloquecería a una persona cuerda. Jason la observó con ojos hambrientos, había fantaseado tanto con aquel momento durante meses, e iba a saborear cada caricia y cada roce. Exploraría cada esquina de su cuerpo y no la dejaría descansar hasta que se hubiera saciado de ella.

La muchacha no podría ni caminar al día siguiente, se aseguró sin dejar de devorar con la mirada aquel cuerpo afeminado y robusto cubierto apenas con una camiseta ancha y unos vaqueros cortos que mostraban sus piernas bonitas.

A medida que el muchacho iba acercándose hacia la cama se fue quitando lentamente la camiseta dejando a relucir ese glorioso cuerpo y aquellos tatuajes que cubrían su piel oliva. Roxy mordió su labio inferior y apoyó su espalda contra el respaldo de la cama.

—Me temo que me viciaré mucho a ti —masculló Jason tendiéndose en la cama junto a ella.

De inmediato, la boca voraz de Jason buscó la de la muchacha exigiendo poder. Exploró cada esquina mientras que sus manos iban acariciando lentamente todo el cuerpo de Roxy, demorándose en cada curva femenina que encontraba debajo de la camiseta ancha que llevaba puesta. Luego su boca abandonó los labios tiernos de la muchacha y fue deslizando lentamente desde su mejilla hasta su cuello depositando pequeños besos húmedos.