161 11 0
                                    

ᴘʀᴏᴘᴜᴇsᴛᴀ

ᴛᴇ ᴘʀᴏᴘᴏɴɢᴏ ᴀʟɢᴏ,
ᴛᴜ ᴍᴇ ᴀʏᴜᴅᴀs ʏ ʏᴏ....

Me encontraba patinando por las no tan solitarias calles de Tokio

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Me encontraba patinando por las no tan solitarias calles de Tokio. Me dirigía a máxima velocidad hacia el gimnasio, donde más que seguro Hori y Kasumi me mataría si no llego a tiempo.

Aun me sigo preguntando ¿Porque tarde tanto con el equipo de voley?

[ Momentos antes ]

El sonido de balones rebotando sobre el suelo me estaba despertando. Sentí un dulce y fuerte olor, un perfume. Pero no cualquier perfume, era uno dulce y a la vez punsante, uno que te da ganas de olerlo una y otra vez sin parar. Me sentía protegida. Eran unos fuertes brazos para ser  sincera.

Mis ojos poco a poco se iban abriendo y acostumbrando poco a poco a la brillante luz del lugar. Mientras más me acostumbraba más iba distinguiendo algo.

¿Cabello negro?

— ¿Teo? — pensaba aún algo aturdida. Pero mientras más me acostumbraba, pude divisar mejor a esa figura.

No, no eran Teo. El tiene una contextura más gruesa.

— ¿D-donde estoy? — dije reincorporandome.

— Oh, Nakamura-san. Lo sentimos mucho, no quisimos despertarte — Escuche una voz. Así que gire hacia ella. Era Yaku-San.

— N-no importa. Lamento los problemas que les pude haber cau- — intente levantarme. Pero en eso sentí unas manos en mi cintura. — ¿E-eh?

Al mirar hacia atrás, era un chico de cabello revuelto. Tenía unas pestañas no tan largas. Su rostro estaba tranquilo. Sentía como sus manos no querían soltarme.

— ¿Que sucedio? — pregunte con nerviosismo.

— Tuviste uno de tus ataques — dijo acercándose Nekomata-San Tu abuelo, se tuvo que ir, así que nos dejó a tu cargo. Más bien, dejo a Kuroo-Kun a tu cargo.

— Ya veo... — dije en un pequeño hilo de voz.

'Otro ataque, otro ma- espera'

'¿El se quedó cuidándome?'
Lo mire atentamente, parecía que dormía tranquilamente. No le molestaba en lo absoluto el ruido de los balones y las zapatillas.

Seguí observando su rostro por unos minutos más. Preguntándome el '¿Porqué me ayudó?'

— Si me sigues mirando así, pensaré que te estás enamorando de mi — dijo con una sonrisa ladina sin abrir sus ojos.

ʀᴇᴄᴜᴇʀᴅᴀᴍᴇ ᴇɴ ᴘʀɪᴍᴀᴠᴇʀᴀWhere stories live. Discover now