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El mago

El día anterior me habían sucedido muchas cosas, primero me desperté en un laboratorio luego de varias horas estando desmayado, luego descubro que tengo extrañas habilidades, después Will se entera de que Maddie tiene cáncer y de que robe en un banco, mas tarde me encontré con una amiga que no veía hace diez años, y finalmente, me entero del origen de los Averiados. Muchas cosas para un solo día, era mucho que procesar, y aún así, estaba yendo al trabajo como si nada de eso hubiera ocurrido.

—Lleva un waffle a la mesa 2 —Me ordeno Carl cuando llegue a la cafetería.

—Enseguida jefe —Obedecí tomando un waffle.

—Solo dime Carl —Dijo sonriendo mientras me palmeaba la espalda.

—Parece que alguien esta de buen humor, ¿se puede saber porque?

—Solo ve a llevar ese waffle —Respondio volviendo a su habitual tono malhumorado.

—Enseguida Carl.

Lleve el waffle a la mesa 2 y al volver observe a Carl hablando muy animadamente con una mujer, que aparentaba tener la misma edad que Carl, en una de las mesas de la cafetería.

"Con que eso era lo que lo tenia de buen humor"

Pensé sonriendo mientras miraba disimuladamente como hablaba con la chica.

Carl luego de hablar con la mujer se dirigió hacia la caja registradora y yo me acerque hacia el.

—Parece que alguien esta enamorado —Le dije burlandome.

—¿Que? No, para nada.

—Mmm a mi parece que si.

—Ok si, pero necesito que me ayudes.

—¿A que?

—A que se enamore de mi.

—Lo siento Carl pero me parece que te estas equivocando al pedirme un consejo de amor a mi, tampoco se me da muy bien con las chicas y hace rato que no tengo novia.

—Ah vamos, me vendrán bien consejos de alguien joven como tu.

—Esta bien, pero no prometo que darán resultados.

—Ok.

—Pues.... A las chicas les gusta que las escuchen y que las entiendan, osea no te la pases hablando todo el tiempo de ti mismo, debes escuchar lo que ella tiene para decir, también les gusta que las hagan reír tienes que ser divertido y dejarte llevar, y tienes que ir lento, no te apresures, tienes que ganarte su confianza de a poco.

—Entiendo, debo ganarme su confianza de a poco.

—Si... No puedo creer que le estoy dando consejos de amor a un viejo de 50 años.

—Hey ojo que soy tu jefe, igualmente gracias por los consejos.

—De nada, ¿Ahora tendré un aumento?

—No.

Cuando Carl se estaba armando de coraje para hablar con la chica, un hombre entró a la cafetería e interrumpió su acto.

—Quisiera un café por favor —Dijo el hombre.

—Si, enseguida sale, Ethan ve a preparar el café por favor —Me ordeno Carl

Entre a la cocina de la cafetería y mientras buscaba una taza comencé a oír gritos de los clientes. Me asome por la ventana de la cocina y observe que el hombre que acababa de llegar le estaba apuntando con un arma a Carl.

—Quiero todo el dinero que tengas —Le dijo el hombre a mi jefe.

—No te daré nada —Dijo Carl mientras apretaba el boton de alarma silenciosa que se encontraba abajo de la caja registradora sin que el hombre lo vea.