Stand by me (Ereri)

12. Almuerzo en familia

▪︎ Levi Ackerman ▪︎

Durante el trayecto a casa de mamá, Sabi no para de hablar emocionada con su profesor sobre la excursión al parque, los dos ríen cómplices sobre algunas anécdotas que han sucedido esta mañana con algunos de los pequeños durante la salida extraescolar.
Todo lo contrario que conmigo, todavía no hemos cruzado palabra desde que hemos subido al coche.
Este silencio me tiene confundido y el estómago hecho un manojo de nervios, creo que el castaño de ojos verdes que llevo de copiloto se está divirtiendo bastante a mi costa con esta situación. Sus insistentes miradas y su sonrisa burlona me hacen sospechar de ello.

El trayecto es una constante caza de miradas por su parte, el muy cabrón habla animadamente con Sabi mientras está al acecho de mis miradas fugaces. Relame sus labios y
me dedica una hermosa sonrisa cada vez que soy pillado in fraganti con mis ojos clavados en ese rostro moreno y jovial adornado por esas preciosas esmeraldas verdes.

Intento prestar toda la atención que puedo a la carretera, el tráfico a esta hora es una auténtica locura. Aunque con el profesor de Sabi tan cerca es bastante difícil tener todos los sentidos alerta.
Me detengo en uno de los semáforos del cruce de Shibuya, famoso por ser el más transitado del mundo.
Justo en ese momento mi teléfono me avisa que tengo un nuevo mensaje, nunca miro el móvil mientras estoy conduciendo pero esta vez es diferente. Estoy esperando que Farlan me confirme que ha podido firmar el contrato con una nueva agencia publicitaria.
Aprovecho los escasos cuarenta y siete segundos que dura el semáforo en rojo para echarle una ojeada al móvil.

~ Me muero porque me beses otra vez 🙈❤ ~

Como un puto imbécil suelto una risita nerviosa y centro mi mirada en el joven profesor que me mira expectante.

-Me encantó -sonríe y yo me derrito internamente.

-Fue apenas un pico -contesto restándole importancia a ese beso.

-No lo fue, pero igualmente me hubiera encantado -su guiño me hechiza igual que un mago haciendo su mejor espectáculo de hipnosis y su acaramelado tono de voz entra en mis oídos como una dulce caricia.

-El semáforo -hace un ademán con la mano. Ignoro ese gesto, ahora mismo todo mi mundo gira alrededor de esa sonrisa que no deja de mostrarme ni un sólo instante -El semáforo -insiste -Está en verde, Levi. Hay que estar más atento cuando se conduce -comenta con sorna.

-¡Joder! -bufo nervioso -¡Tú tienes la culpa de todo! -gruño molesto. Me incorporo a la circulación después de dedicarle una mirada asesina al castaño y al maldito estúpido de atrás que no para de tocar el puto claxon.

-Ey, ¿por qué tengo la culpa?

-Porque no dejas de coquetear ni un sólo instante.

-Y eso te pone nervioso, ¿cierto?

-Todo tú me pone nervioso -espeto sin pensar.

-Me encanta -comenta complacido después de dejar escapar una sonora carcajada.

-¿Ya sois novios? -pregunta Sabi con una sonrisa traviesa que puedo ver a través del espejo retrovisor.

-¡No! -contestó con rapidez. No quiero confundir a la pequeña. Ya debe de haber sido bastante impactante ver como su padre besa a su profesor delante de la puerta del colegio.

-¡Sí! -responde el castaño casi al unísono con mi respuesta. Reacciona y me mira sorprendido -¿No somos novios? -pregunta con carita de perro abandonado.

-No -titubeo.

-No lo dices muy convencido -levanta reiteradamente ambas cejas con sonrisa burlona -Somos novios -afirma con un pasmoso descaro.