Prólogo |NAVIDAD|

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Hoy

Estaban acostados sobre la alfombra del departamento, escuchando el sonido de los grillos cantar en la calle. Algún gato nocturno, algo melancólico maullaba a la distancia. La alfombra era suave y de un tenue color verde olivo, porque Jimin lo había elegido, decía que el verde le recordaba la naturaleza, y lo tranquilizaba, lo hacía feliz, así que Jungkook condujo por toda la ciudad hasta encontrar dicha alfombra. No importó tardar todo el día, ni que tuviera que discutir con una señora por llevarse la última que tenían en la tienda, porque Jimin le regaló la sonrisa más hermosa cuando llegó a casa.

"No tenías que conseguirla, pudimos comprar una en el bazar de la esquina"

"Lo hice porque sabía que te haría feliz"

"Jungkook tú me haces feliz, todo lo demás es secundario"

Lo besó, como tantas veces lo había hecho antes, con dulzura y cariño.

"¿Entonces la devuelvo? Quizás la señora aún la quiera"

"¡Claro que no!, te amo, y no me importa lo material, pero creo que se verá preciosa, vamos, ya quiero colocarla"

Siempre veían películas sobre esa alfombra.

—Hablé con Tae en la mañana. —comentó con entusiasmo Jimin.

—¿Sigue en Chicago?

—Regresará para noche buena, dijo que quería pasarla con sus padres, yo creo que solo es un pretexto, hace semanas que se queja de la comida norteamericana.

—¿Dices que volverá solo por la comida?

—Tal vez extraña a su perro.

Hubo un silencio que se coló en la sala como el viento fresco decembrino.

—¿Qué haremos nosotros? —preguntó Jimin dedicándole una mirada llena brillante.

Pero el chico castaño estaba demasiado distraído contemplando con detenimiento el techo como para notarlo, las estrellas que su novio había colgado se mecían con suavidad por el aire. Eran muy bellas.

—Debo trabajar hasta las once, necesitan personal en la empresa ese día.

La expresión de rubio decayó al escuchar las palabras de Jungkook.

—Oh ya veo, bueno podemos pensar en algo. —Jimin no quería que su voz se escuchara decepcionada, pero fue inevitable— Sé que no faltarás, aunque te lo pida porque eres muy responsable, además no podría pedirte eso, y también sé que no cancelarás, aunque sea lo justo porque vamos, es noche buena ¿Quién trabaja en noche buena? Y bueno creo que si lo hicieras dudo que tu jefe acceda porque es un señor gruñón y amargado.

—Jimin

—Sí lo sé, me callo, pero es que no es justo, es navidad. Es una fecha importante y yo quería hacer una cena, ya sabes que ambos cocinemos pavo y también hornear galletas, ver los capítulos navideños de Friends juntos, cantar villancicos y quizás visitar a nuestros amigos. Podríamos regalarles galletas a los niños del vecindario y usar suéteres feos, ambos, juntos.

Quizás era algo tonto, quizás para Jungkook solo era un día más, pero para Jimin era una fecha importante, en la que las personas que se aman la pasan bien, celebrar no tiene sentido cuando estás solo, él lo sabía mejor que nadie, pero Jungkook últimamente trabajaba tanto que Jimin comenzaba a sentirse invadido por ese horrible sentimiento de soledad. Ese sentimiento odiaba tanto.

Observó con los ojos tristes el árbol de navidad. Las lágrimas picaban, y entonces se sintió algo tonto, como un niño inmaduro, se supone que él era el mayor, debía comportarse como un adulto.

Things |KOOKMIN|Where stories live. Discover now