Capítulo 7: Cumpliendo el castigo (Limpieza)

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En esta parte encontrarán las opciones de Luther, Klaus y Ben.

Tal como lo había dejado en claro, hasta la mañana siguiente su padre no les informó sobre quiénes conformarían cada grupo para realizar limpieza de la Academia

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Tal como lo había dejado en claro, hasta la mañana siguiente su padre no les informó sobre quiénes conformarían cada grupo para realizar limpieza de la Academia. Tan solo hasta reunirlos nuevamente en la sala principal.

Les explicó cómo dividirían las diversas alas de la mansión, qué habitaciones comprenderían y que deberían ustedes mismos llevar los artículos de limpieza. Y a continuación comenzó a agruparlos en equipos de dos o tres.

—Número Ocho, Seis, Uno y Cuatro. Se encargarán de la limpieza completa del ala Este —les informó Reginald.

Creíste que al ser cuatro les sería mucho más fácil poder hacer una limpieza más rápida y profunda, aunque claro, era algo de lo que deberían ocuparse a diario.

—Cuando mencionas "completa", ¿a qué te refieres exactamente? —le preguntó Klaus, probablemente ni siquiera había prestado atención a lo que su padre había estado explicando desde el inicio del día.

Luther sintió la necesidad de intervenir, para que su padre no lo tomara como una insolencia, y les extendiera el castigo.

—Toda el ala Este, cada una de las habitaciones —le explicó a Klaus.

—¿Incluidos los cuartos de baño? —cuestionó nuevamente el Número Cuatro, quejándose de que fuera demasiado.

—Creo que sí... —respondió Ben, encogiéndose de hombros.

Reginald simplemente ignoró lo que estaban diciendo, y continúo asignando los demás grupos. Por tu parte les sugeriste que buscaran los elementos de limpieza e iniciaran cuanto antes.

Se habían dividido algunas habitaciones, y en la primera que debías limpiar estabas junto a Luther. Casi nadie venía a ese sector de la mansión, sin embargo se había acumulado polvo y algunas telas de arañas. Estabas intentando llegar a una de las esquinas más altas para quitarlas, pero sin conseguirlo.

—Luther, ¿me podrías ayudar a quitar las de más arriba? —le pediste, señalándole lo que tratabas de hacer.

Después de todo, Luther era más alto que tú y alcanzaría con más facilidad. Mientras tanto tú te dedicarías a repasar algunos muebles. Pero la concentración de ambos se vio interrumpida cuando escucharon un golpe, seguido de risas.

Corrieron hacia la otra habitación por curiosidad, y se encontraron con que el piso estaba resbaladizo como si tuviera jabón. Luther tuvo que sostenerte para que no cayeras al resbalar.

—¿Qué están haciendo? —les cuestionó a sus otros dos hermanos.

—Esto es genial —comentaba Klaus y reía.

Mientras tanto, Ben se mantenía en un rincón, con temor de caer como él si se movía de allí.

—Klaus derramó la botella de detergente casi completa... —les explicó, señalando el recipiente caído a un lado del Número Cuatro.

—Es el detergente para platos, ¿para qué trajiste eso? —le cuestionó Luther, luego de leer la etiqueta.

—La pregunta es, ¿por qué lo tiraste de ese modo? —intentaste razonar con Klaus, aunque sí tenía razón Luther en que no era ese el artículo de limpieza que necesitaban.

—Bueno, creí que así sería más fácil para limpiar el suelo. Pero solo fue divertido —respondió, intentando incorporarse, aunque volvería a tambalear por no poder mantenerse en pie.

Te apresuraste a correr hasta él para que no se golpeara, y dado que no quedaban demasiados espacios libres de detergente, resbalaste igualmente y ambos terminaron cayendo al suelo sin parar de reír.

—Okey, sí es un poco divertido, pero... —mencionaste, cuando conseguiste calmar tu risa por un instante.

Afortunadamente ninguno de los dos se había golpeado tan fuerte como para lastimarse.

—Si nuestro padre viene hacia aquí dirá que es una pérdida de tiempo —les recordó Luther, intentando mantener la seriedad, pero su sonrisa delataba que también se estaba divirtiendo—. Y alguien puede salir lastimado.

—Vamos, no seas aguafiestas —le sugeriste, riendo.

Extendiste tu mano hacia él para que te ayudara a incorporarte, y seguido poder ayudar ambos a Klaus a levantarse también.

—Pero sí, será mejor que nos demos prisa —añadiste, estando de acuerdo en esa parte con el Número Uno.

—Todavía nos quedan muchos cuartos por limpiar —acotó Ben, trazando un camino por dónde podría salir a salvo de la habitación sin caer.

Con cautela lo seguiste con la mirada, para asegurarte de que Ben no cayera, preocupad@ por él. Y para cerciorarte de que así fuera pusiste manos en la obra de ir quitando parte del detergente para liberar espacio para que pudiera pisar sin ponerse en peligro.

Los cuatro se encargarían de continuar limpiando esa y otras habitaciones. Las risas y diversión no faltaron, gracias a las bromas de Klaus que ayudaban a que incluso Luther y Ben perdieran toda timidez y seriedad. Con ellos tres los días se pasaban muy rápido.

[...]

El próximo capítulo será uno en general, de interacción entre todos los hermanos Hargreeves, por esto no necesitan realizar una elección para ese.

Gracias por leer la historia!

Mi vida con los HargreevesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora