Capitulo 5

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Habían pasado dos días desde que Elidia llegó a la casa y aún no teníamos una presentación formal, pero por como iba la cosa a ella no le agradaba para nada lo formal. 

Me encontraba en mi oficina totalmente estresada, las cosas no iban muy bien con Jairo, habíamos perdido un poco la chispa de lo que teníamos pero supongo que era por todo lo que pasaba a nuestro alrededor. 

Alguien tocó mi puerta y le dejé pasar, observe sorprendida como Fernando se sentaba frente a mi y dejaba dos vasos de café sobre mi escritorio. 

-Te he traído un café, en forma de agradecimiento.- sonreí, habíamos estado hablando por mensajes desde que le conocí. 

-¿No te parece que es suficiente ya con los agradecimientos?

-Solo tomate el café y me dejaras contento.- rodé los ojos y agarré el vaso. Estaba caliente.- No he venido solo por esto.- le presté mas atención.- Me ha dicho el mecánico que necesita una ficha llenada por ti con todo el desperfecto que ha tenido el coche.- asentí, con la ansiedad que tenía por saber que pasaba con Elidia me había olvidado completamente de esto. 

-Bien, necesito los papeles del automóvil.- él sacó su billetera para buscar los papeles y yo busqué la ficha en uno de los cajones del escritorio. 

-Aquí están, todo esta en orden.- me los alcanzó y leí los papeles. Allí estaban todos sus datos, pude notar que él era divorciado.- Es lo único que me ha quedado de ese matrimonio, el coche.- aseguró divertido. 

-¿Es complicado?- pregunté curiosa.

-¿El divorcio o el matrimonio?- pensé en Jairo y por algún motivo me puse triste, no quería separarme de él, pero me daba curiosidad saber por lo que se pasaba en un divorcio en caso de que suceda. 

-El divorcio.- dije algo insegura y me puse a llenar la ficha tratando de evitar su mirada. 

-Es complicado, mas aún que el matrimonio.- comenzó a explicar.- en el divorcio te das cuenta realmente con quien te has casado.- un escalofrío recorrió mi espalda. 

-Ya está lista.- dije alcanzándole la ficha junto con sus papeles. 

-Si quieres podemos seguir hablando luego, te invito a cenar.- sonreí levemente. 

-Fernando, soy casada.- avisé. 

-Bueno, eres casada pero me estas preguntando por el divorcio, significa que algo no anda bien.- guardo todos los papeles en uno de sus bolsillos. 

-No hablaré de mi vida privada ahora que estoy en el trabajo.- aclaré. 

-En el trabajo no, pero en una cena si, piénsatelo.- hablo divertido y se levanto de su lugar.- tienes mi numero, solo escríbeme.- caminó hacia la puerta.- ha sido un gusto verte hoy Stella Cruz.- sonreí y lo vi marcharse. 

Por lo menos lograba sacarme de esa burbuja de pensamientos negativos que me rodeaba. 

Acomodé mis cosas y me dispuse a marcharme, ya había cumplido con mi horario de trabajo y ahora quedaba lo mas difícil, irme a casa. 

Estacione correctamente el coche, no como lo hacía Jairo. Creo que jamás había aprendido a hacerlo y eso me divertía de el, porque no le preocupaba lo que los demás le dijeran y estacionaba como quería. 

Abrí la puerta principal rezando por que todo estuviese bien, cada vez que entraba a aquí me daba miedo de encontrarme con una casa completamente destruida. Sorprendentemente todo estaba en silencio y la casa estaba limpia, creo que debería dejar de pensar en cosas malas porque al final, nunca pasaban. 

-He llegado.- avisé en voz alta pero nadie respondió. Suspiré sonoramente, solo esperaba que no estuviesen en la misma habitación. 

-Entra de una vez, anda.- escuché la voz de Luca en la entrada de la casa y me volteé sorprendida.- que sea la ultima vez que haces esto.- gritó y abrió la puerta bruscamente. 

-¿Que pasa?- Elidia ingresó a la casa con las manos esposadas y abrí los ojos de par en par.- ¿Qué ha hecho?

-Llama a Jairo y dile que ya esta todo bajo control, la debe estar buscando como un condenado.- habló estresado mi amigo, Elidia solo sonrió en voz baja. De alguna manera saber que Jairo la esté buscando desesperadamente me daban un poco de celos. Saqué mi móvil de mi cartera y le llamé, pero nunca respondió. 

-¿Se ha ido corriendo? Su coche esta allí.- indiqué recordando lo que vi al principio. 

-Él ha salido despavorido.- Luca tomó su móvil y comenzó a teclear cosas. 

-No creo que te pueda responder, ni siquiera a mi me ha contestado.- puso el móvil en su oreja y espero. 

-Jairo, estoy en tu casa y tengo a Elidia.- sentí una punzada en el pecho ¿por que no me había respondido a mi y a Luca si?- está bien, te espero aquí.- él se acercó a la chica esposada y se las quitó.- Vete a tu habitación y no salgas de ahí.- indicó. Ella se fue divertida del lugar y yo me quedé allí, sin saber lo que sucedía. Me senté en uno de los sillones y observé mi móvil, ni siquiera me había devuelto la llamada. 

"El mecánico ha dicho que todo esta correcto, gracias de nuevo Stella Cruz."

Un mensaje nuevo llegó al aparato, era Fernando, otra vez. La puerta de la casa se abrió bruscamente otra vez y vi a mi esposo entrar rápidamente. 

-Menos mal que la has encontrado, si le hubiese sucedido algo me moría.- alcé una de mis cejas, no era posible que haya podido escuchar eso. Luca me observo incomodo y Jairo dirigió su mirada hacia mi también.- Hola cariño.- habló cambiando totalmente el tono de su voz. Observé el mensaje de Fernando de nuevo, tenía que salir de aquí, necesitaba un poco de aire. 

"¿Aún tengo tiempo de ir a cenar contigo?"  Escribí. 

"Claro que sí, te envío la ubicación y te espero en media hora allí."  Respondió. 

Respiré profundo y me levante del sillón. No tenía nada que hacer aquí. 

-Iré a buscar algo a la cocina.- Luca salió pitando del lugar. 

-¿Que pasa? ¿Por que estas tan seria?- Jairo se acercó a mi con las manos en los bolsillos. Verle ya no me daba la misma alegría de antes, algo no me lo permitía. 

-Nada, no me pasa nada.- respondí débil, si le prestaba mas atención me quedaría en la casa, escuchando como disfrutaba del tiempo con Elidia. Tome mi cartera y me dispuse a ir a ducharme, en media hora iba a ir a comer con Fernando y no tenía mucho tiempo. 

-¿Dormirás?- pregunto mientras caminaba hacia la habitación.

-No, saldré.- me detuve solo para decir eso. 

-¿A donde? ¿No cenarás con nosotros?- se acercó. 

-No, tengo una cena de negocios. No me esperes, volveré tarde.- advertí y mentí al mismo tiempo. Comencé a caminar nuevamente en dirección a la habitación pero Jairo me tomo por el brazo y dio vuelta mi cuerpo para que lo observara. 

-Cariño ¿Con quien irás?- preguntó nervioso. 

-Comisario, ya tengo una idea de lo que podemos cocinar para hoy.- Elidia se posicionó a nuestro lado y Jairo me soltó.- ¿interrumpo algo?- preguntó observándonos. 

-No, tranquila. El comisario te atenderá en un momento.- miré a Jairo por ultima vez antes de retirarme del lugar. Ya no tenía sentido quedarme aquí a dar explicaciones. A mi nadie me las daba. 

Me duché y me vestí cómoda, no tenía ganas de prepararme mucho, después de todo solo era Fernando. Salí de la habitación y al pasar cerca de la cocina pude verlos a los tres, cocinando alegres. Eso me recordó a cuando ellos me custodiaban, solíamos cocinar juntos. Suspiré sin que me escucharan y avancé hacia la salida, tal vez ya había alguien mas ocupando mi lugar. 

La chica del expediente IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora