Capitulo 27

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POV Jairo.

Habíamos llegado a los dos meses de embarazo y Stella aún seguía dormida. Su pulmón no respondía positivamente a los tratamientos así que seguía con la respiración mecánica y la sedación.

-¿Como está? ¿Ya se sabe que es?- pregunte ansioso mientras observaba la pantalla frente a mi. Me había puesto el traje especial de siempre para no afectarla y me habían dejado ingresar para ver la ecografía.

-Todavía el feto es pequeño, lo sabremos más adelante.- dijo la mujer analizando la imagen desde el otro lado de la camilla.

Tome la mano de mi esposa, ella estaba dormida. Eran pocos los momentos en los cuales despertaba y cada vez que lo hacía se desesperaba, se había dado cuenta de que hacía mucho tiempo tenía el tubo en su garganta y ya estaba harta de la situación.

-Está bien, la medicación de la madre no ha hecho efectos negativos sobre el cuerpo. Se está desarrollando como un feto normal de ocho semanas.- explico la médica. Acaricié el cabello de Stella suavemente y disfruté de verla. En pocos segundos me dirían que me retire.

-Te amo mi amor, sigo aquí. No me iré si no es contigo.- dije en su oído.

-Comisario, es hora.- dijeron por altavoz, asentí y la observe por un pequeño momento más. Hasta mañana no volvería a aquí. Me separé de ella sin ganas y camine hacia la salida.

-Señor, espere un minuto.- alzó la voz la médica que hacía la ecografía. Me detuve antes de salir y espere. No quería mirar hacia atrás, eso haría que vuelva y cada vez que me despedía de Stella era doloroso para mi. Siempre podía ser la última vez, aún no tenía garantías de que ella sobreviviera. -Creí qué tal vez le gustaría tener esto.- dijo ella llegando a mi lado. Estiró su brazo y me alcanzó una foto de la ecografía. Sonreí levemente.

-Muchas gracias, en serio.- dije tranquilo. El personal médico era espectacular aquí, siempre trataban de contenerme.

Caminé hacia la pequeña habitación en donde había que sacarse el traje y me encerré. Respire profundo varias veces, como lo había aprendido a hacer desde que llegué aquí. Era importante no perder el control de las cosas, sobretodo de mis emociones. Necesitaba estar concentrado en lo que hacía, aparte de cuidar a Stella también me dedicaba a investigar a Elidia.

De ella no teníamos ninguna pista clara, había desaparecido como un fantasma. Lo peor de todo es que sabíamos que cuando desaparecían así era porque volverían más peligrosos.

Guarde la ecografía en uno de los bolsillos de mi jean y salí del lugar. Me iba a encontrar con Luca en la cafetería del hospital, como todas las tardes desde que le dieron el alta.

Al llegar pude verlo organizar todos los papeles del caso sobre la pequeña mesa de comer.

-Insisto en que este no es el lugar correcto para tratar esta información, tienes que salir de aquí.- movió varios papeles más con una de sus manos y suspiro frustrado. Sabía lo que le hacía poner de mal humor, era el cabestrillo que llevaba puesto en el brazo. No tenía la total libertad de moverse aún y eso no le gustaba para nada.- llegas tarde y estabas aquí, en el mismo edificio.- me observo.

-Estaba con Stella, hoy tocó control de embarazo.- indiqué mientras me sentaba frente a él.

-¿Y cómo está mi sobrina?- se interesó y rodé los ojos. Él en serio estaba seguro de que era una niña, de hecho se había encargado de comprar ropa de bebé en color rosa. Decía que estaba preparándose, como si fuese él quien llevaba el embarazo.

-Dímelo tu.- quite la fotografía de mi bolsillo y la puse sobre la mesa, justo frente a él. Observo concentrado la imagen y entrecerró los ojos, como tratando de adivinar que era lo que veía.- ¿No entiendes nada, verdad?- cuestione divertido, yo tampoco lo hacía mucho. Trataba de seguir las explicaciones de la doctora.

-De hecho, si la entiendo. Es muy pequeño aún, pero sé que está es la cabeza. Está con sus mini piernitas hacia arriba.- indicó con su índice.

-Esta dado vuelta, parece que se divierte allí adentro ¿Como has logrado entender?.- respondí emocionado.

-Tiene mucho espacio para nadar. He logrado entender la ecografía porque me encargué de investigar y ver videos. Nunca está de más saber este tipo de cosas.- Luca sonrió tiernamente.- Bien, guárdala o nos pasaremos la tarde mirando la imagen.- hice lo que pidió y observe los papeles que me había traído.

-¿Algo nuevo?- pregunte tomando una carpeta con mis manos. 

-Si, de hecho, al fin tenemos algo nuevo.- le mire serio y me alcanzó un papel con una foto.- la han visto yendo a una farmacia. Parecía drogada, creo que por eso no trató de evitar que la vean.- ella ni siquiera respetaba a su hijo.

-¿La han detenido?

-No, ha escapado de nuevo.- apreté los dientes. Era cada vez más difícil localizarla.- pero, como nunca me rindo y aún estoy de licencia médica.- sonrió levemente y me alcanzó varias fotos más.- me encargué de seguir su rastro a través de las cámaras de seguridad instaladas en la vía pública.

-La ultima fotografía es en...-me congele.

-En la automotora donde han mantenido secuestrada a Stella, creo que ella está viviendo allí.- observe un poco más las pistas que teníamos.

-Tenemos que ir, hay que detenerla, si está allí es porque ha hecho trato con la mafia a la que pertenecía "el dientes".- me prepare para levantarme de mi lugar y él me detuvo con su brazo sano.

-No iremos, primero porque ambos estamos de licencia, segundo, al caso lo está dirigiendo Ortega y sabes lo mucho que puede enojarse si hacemos este movimiento sin avisar, suficiente con que nos deja investigar. Y tercero, es posible que ya no esté allí, es inteligente, ha estado cambiando de ubicación constantemente.

-No perdemos nada con intentarlo.

-Si perdemos, perdemos nuestras placas. No arriesgues nuestro trabajo.- pidió.- seguiremos investigando y si encontramos algo firme ten por seguro que te acompañaré.- suspire, Elidia me estaba cansando ya.- por mientras sigue cuidando de Stella, ella te necesita, por eso estás aquí.- asentí.

Seguimos buscando pistas hasta que cayo la noche, esa era la señal para que Luca se vaya a su casa. No quería hacerle esforzarse tanto, él seguía un poco mal física y mentalmente por lo que había pasado.

La chica del expediente IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora